Los peligros de la importación de aves exóticas para los animales y los humanos - Paola Cascha

ADDAREVISTA 32

Importantes organizaciones europeas se unieron para frenar las importaciones de aves exóticas salvajes. Un grupo de 226 Organizaciones No Gubernamentales, que representan a millones de ciudadanos dentro y fuera de Europa, desean el cese inmediato y permanente de la importación de aves salvajes en la Unión Europea.

Cada año cientos de miles de aves salvajes son cazadas e importadas por la Unión Europea. Estas importaciones representan un alto y serio riesgo de extinción para estas especies y para la salud de los ciudadanos europeos. La Unión Europea reconoció estos riesgos cuando impuso una moratoria preventiva sobre las importaciones de aves salvajes. Desde un punto de vista colectivo, es la forma más responsable, humana y científica. Se pide a los responsables políticos de la Unión Europea el cese inmediato y permanente de la importación comercial de aves salvajes.

UN GRAN RIESGO PARA LA SALUD HUMANA Y LA ECONOMÍA

Los movimientos internacionales de la fauna incrementan el riesgo de enfermedad en los humanos, los animales transportados y la fauna local. A pesar de los esfuerzos realizados para establecer cuarentenas y controles de seguridad respecto a las enfermedades contagiosas, la historia demuestra repetidamente que la llegada de estas aves salvajes genera riesgos serios y recurrentes para la salud tanto humana como animal. Estos brotes de enfermedades son difíciles de prevenir, costosos de controlar y sus impactos repercuten en las economías. Los recientes brotes de gripe aviar ejemplifican la preocupación y las dimensiones de este problema.

GRIPE AVIAR

Actualmente la epidemia de gripe aviar en Asia es sólo uno de los brotes de esta virulenta y mortal enfermedad. Diversos brotes de varios tipos de cepas de esta gripe también están devastando la industria avícola en Europa como lo hicieron en los Países Bajos, Alemania y Bélgica en el año 2002 y en América del Norte en el año 2004 (Columbia Británica, Delaware, Nueva Jersey, Pennsylvania y Tejas). Estos brotes crean interrupciones masivas en el comercio, el sacrificio de millones de aves y en algunos casos graves enfermedades en los humanos e incluso la muerte, como la actual gripe aviar proveniente de Asia que ha llegado a Europa con el peligro latente de que el virus mute y sea contagioso de humano a humano.

Brotes recientes de gripe aviar han tenido consecuencias económicas muy serias para los Estados Miembro. Por ejemplo en el año 2003 un brote en los Países Bajos y Bélgica requirió el sacrificio de más de 30 millones de aves, infectó a más de 80 personas y mató a un veterinario. En el brote de gripe que se propagó en Italia entre los años 1999 y 2000 se tuvo que sacrificar a 16 millones de aves y el coste estimado fue de 510 millones de euros. Aunque las muertes totales de estos brotes siempre son difíciles de determinar con exactitud, la mortandad de aves se estimó en más de 100 millones. A pesar del cese comercial desde Asia tanto a la Unión Europea como a los Estados Unidos, fue el mayor brote de la historia.

LA ENFERMEDAD EXÓTICA DE NEWCASTLE, END

En el brote de la “enfermedad exótica de Newcastle, END” del año 2004, al este de los Estados Unidos, al Gobierno le costó controlar la enfermedad 175 millones de dólares. Aunque la fuente de este brote prácticamente no se llegó a determinar, los loros adquiridos en el sur de California en la primavera de 2002 fueron diagnosticados portadores de la cepa END. Generalmente los loros y las aves domésticas se ven implicadas en la propagación de esta enfermedad. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos resaltó como factor de alto riesgo a las aves importadas, declarando: “… las aves, especialmente los loros amazónicos de Sudamérica, suponen un gran riesgo de contagio de la END para nuestra avicultura doméstica. Los loros amazónicos portadores de la enfermedad, que además no muestran ninguna sintomatología, son capaces de contagiar el virus END durante más de 400 días”.

La Oficina Internacional Responsable las Epizootías, OIE, refiriéndose a la END declaró:

  • Puede existir una condición de portador en los psitácidos (loros) y otras aves salvajes. 
  • Se ha demostrado que algunas aves psitácidas esparcen el virus ND intermitentemente por más de un año.

Europa no es inmune a ninguno de estos riesgos. Una remesa de 4.000 loros salvajes y otras aves importadas a Italia desde Pakistán, dieron positivo al END (año 2004). Todas las aves se sacrificaron. Desgraciadamente, otros importadores europeos no fueron alertados sobre estas aves infectadas provenientes de la misma embarcación; ni la OIE, ni las autoridades competentes de la Unión Europea conocieron el problema en el momento adecuado.

Dada la virulencia y el impacto económico causados por estos brotes, no sorprende que los expertos en bioterrorismo vean al END como una amenaza muy significativa y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos lo haya catalogado como un agente biológico preocupante en el Acta de Bioterrorismo en Agricultura del año 2002. Con la masiva importación de aves salvajes a la Unión Europea se está facilitando la introducción de estos determinados agentes.

Como casi todas las enfermedades aviares, la gripe aviar y el END continuarán amenazando a Europa por medio de varios medios, incluyendo las aves migratorias y el comercio tanto legal como ilegal de aves domésticas y salvajes. La importación de aves salvajes a la Unión Europea es un factor de riesgo bien documentado, que ha sido eliminado en otros países con relativa facilidad deteniendo la importación de aves domésticas y salvajes de países asiáticos. Esta tarea representa todo un desafío para las fronteras internacionales a fin de limitar la introducción de enfermedades contagiosas. Con el rápido crecimiento de la Unión Europea en marzo de 2004, los intentos de reforzar el CITES (Convención Internacional de Comercio de Especies en Peligro) para implementar políticas de comercio e intentar controlar los cientos de miles de aves importadas, pasará de ser una tarea difícil a imposible. En un reciente estudio sobre los efectos del crecimiento de la Unión Europea sobre el comercio de la fauna, TRAFFIC Europa encontró serios problemas entre los países candidatos, como “… falta de personal, recursos y dinero, la capacitación de los inspectores así como falta de comunicación y coordinación“.

Con cientos de miles de aves salvajes llegando cada año a Europa (legal e ilegalmente), los brotes de enfermedades infectocontagiosas en la industria avícola europea son inevitables. Los recientes eventos demuestran que simplemente es una cuestión de dónde y cuándo aparecerá otro brote, como ha sucedido en el año 2005, y de cuántos millones de euros le costará a la Unión Europea abordar esta nueva situación.

LA IMPORTACIÓN AMENAZA LA SUPERVIVENCIA DE LAS ESPECIES

El principal instrumento internacional para el control internacional del comercio de especies salvajes es la Convención Internacional de Comercio de Especies en Peligro, CITES, ampliamente tratado en esta publicación (ver ADDA Defiende los Animales, n.º 30). Desde principio de los años 70 todos los países europeos han trabajado dentro del marco CITES para asegurar que el comercio internacional de especies en peligro, animales y plantas, no quedasen al margen del peligro de extinción. En el año 1975, 24 especies de loros se incluyeron en el Apéndice 1 del CITES -el más restrictivo-, prohibiendo así el comercio internacional con estas aves. Desde ese primer listado, las continuas amenazas del comercio internacional han llevado a aumentar en 32 variedades adicionales de loros el Apéndice 1, incluyendo nueve más en los últimos cuatro años.

Sin embargo, cientos de otras especies continúan siendo comercializadas, y demasiado frecuentemente la normativa vigente ha demostrado ser inadecuada para prevenir la disminución de muchas de éstas. Aunque tanto el CITES como las normativas de la Unión Europea requieren que las exportaciones de aves salvajes capturadas no pongan en peligro el hábitat, no existe la más mínima información científica para saber si es así. Ejemplo de ello es el Loro del Senegal (Poicephalus senegalus), el que más se ha comercializado de todas las aves aparecidas en el Apéndice II, con un promedio de 44.000 aves anuales desde 1998 a 2001, de las cuales el 85-90 por ciento son importadas por la Unión Europea. Hasta hoy no se han hecho estudios sistemáticos de campo o una evaluación científica de las tendencias de población de estas especies, pero las cuotas de importación para el año 2004 superaron los 44.000 ejemplares.

En aquellos raros casos donde se han efectuado evaluaciones científicas, los hallazgos son frecuentemente ignorados. Por ejemplo, en un análisis sobre el comercio de Loros Grises en Guinea y elaborado por CITES y el IUCN, se supo que estas especies se encuentran en peligro debido a su excesiva comercialización. Aunque el estudio recomienda la suspensión de todas las exportaciones desde Guinea, la cuota en 2004 se mantenía igual. En un intensivo análisis llevado a cabo en la amazonia argentina, durante una captura de loros, 97 especialistas en estas aves provenientes de todo el mundo concluyeron que la caza de esta especie no podía ser sostenible. Sin embargo ni CITES ni la Unión Europea hicieron nada para terminar con este espolio.

En un informe científico del año 2001 sobre la caza furtiva de loros en el Nuevo Mundo se derrumbó el mito sobre el comercio de aves salvajes. En el estudio se demostró que, contrariamente a la antigua creencia, las prohibiciones de comercio de la fauna exótica no conducen al incremento del mercado negro. Es decir, cuando por el Acta de Conservación de Aves Salvajes del año 1921 los Estados Unidos prohibieron su comercialización, el mercado negro desapareció completamente.

Los resultados obtenidos en América del Norte y otros países demuestran que las reglas simples y claras, esto es, “no se admiten aves”, son las herramientas más efectivas para la conservación, por dos razones: por un lado porque para el personal inspector de fronteras es más fácil poner en funcionamiento esta prohibición que diseñar una compleja regulación; y cuando la prohibición abarca a todas las aves, incluso es más efectiva. Por otro lado, las normas claras anulan a futuros contrabandistas porque saben que no podrán hacer pasar a un loro u otra ave por ningún otro mamífero o reptil. Más importante aun, prohibir las importaciones puede cambiar la actitud del consumidor, reduciendo la demanda de animales salvajes. El éxito del Acta para la Conservación de Aves Salvajes en Estados Unidos fue una poderosa evidencia de que una restricción legislativa puede tener un gran impacto en los mercados de la fauna y beneficios para este comercio. El estudio elaborado por Wright en Estados Unidos demostró el declive en el porcentaje de la caza furtiva, cayó del 48 al 20 por ciento. El mensaje inequívoco para el comercio de aves exóticas es que la legislación funcione extremadamente bien. Desde 1992, esta única medida legislativa ha salvaguardado la vida de alrededor de 8,5 millones de aves.

Antes se pensaba que la adquisición de aves salvajes podría ayudar a la conservación de la naturaleza al concederle valor a su hábitat y crear un medio de trabajo para los indígenas. Durante las últimas tres décadas esta esperanza no se produjo y los beneficios generados en el comercio de las aves salvajes han sido abrumadoramente monopolizados por intermediarios y comerciantes al por menor, creando sólo pequeños sueldos temporales para los cazadores locales. Se dice que el tráfico de especies protegidas tiene el mismo parangón que la droga: nada en origen, todo al final. Es decir, explotación del nativo y de su hábitat para recibir todo el beneficiario final.

De hecho, en la caza de loros salvajes la especie queda completamente eliminada. Un ejemplo muy claro es el de una especie de loros poco común en Bolivia, el loro de garganta azul (Ara glaucogularis). Documentado por primera vez por investigadores occidentales en el año 1992, fue reducido a menos de 100 ejemplares a los 20 años de ser descubierto. La población residual lo ha convertido in situ en una especie rarísima, por los cientos de loros de garganta azul que se encuentran ahora en cautividad tanto en Europa como en Estados Unidos.

En el contexto más amplio de que las prácticas comerciales reflejan nuestros valores y principios como ciudadanos globales, hay muchas razones de fondo para terminar con este comercio hoy por hoy. Al apoyar el espolio de aves salvajes, las importaciones europeas impiden el desarrollo del uso positivo de la fauna, como favorecer el ecoturismo.

El mercado europeo representa la principal amenaza para la conservación internacional de la fauna, conduciendo a la sobreexplotación de sus recursos naturales y la erosión de la biodiversidad a muchos países en desarrollo. Una simple, clara y factible puesta en funcionamiento de la legislación puede eliminar la amenaza que representa este mercado, prácticamente de la noche a la mañana. De hecho, es una rara oportunidad que se está brindando cuando, con sólo un pequeño cambio legislativo, que no crea ninguna controversia, puede generar tremendos beneficios positivos para muchos sectores de la sociedad, y al mismo tiempo modernizar y armonizar las políticas europeas con la de otros países más progresistas.

IMPORTACIÓN INHUMANA

Para los loros salvajes el volar es algo más que un mero medio de transporte: su psicología, anatomía y estilo de vida están diseñados alrededor de esta cualidad de los pájaros. Se agrupan y movilizan en bandadas con otros de su misma especie y viven multiplicándose prósperamente en su hábitat natural. La venta en los comercios es el resultado de arrancar a estos pájaros de su medio salvaje natural por métodos que son dolorosos, violentos y muchas veces letales.

Una vez atrapadas, las aves son forzadas a comer nuevos y dañinos alimentos. Muchas mueren de inanición pero las bajas ya están contabilizadas en el cálculo de beneficios. En los mercados de exportación de los países en desarrollo las aves están hacinadas y mezcladas entre diferentes especies. Son expuestas a una variedad de enfermedades y privadas de cualquier vestigio de su ambiente natural. En la Unión Europea las aves que sobreviven al transporte son sometidas a condiciones muy semejantes a las anteriores, privadas de libertad para volar y de sus dietas naturales. Cargamentos completos de estas aves pueden morir al menor síntoma de enfermedad, simplemente por ser contagiadas por otra. Aquellas aves que logran sobrevivir a la cuarentena -si existe ésta- y al transporte marítimo hasta su destino final, encaran un fatídico destino, muy distinto al que vivirían en su medio natural. La mayoría son vendidas como mascotas para vivir sus días en jaulas demasiado pequeñas como para ni siquiera poder estirar sus alas. Las adultas nunca podrán ser domesticadas, y son propensas al desarrollo de psicosis inducidas por la cautividad, disminuyendo su calidad de vida y haciendo de ellas mascotas incontrolables e indeseables. Incluso puede que vayan de hogar en hogar o sean dadas a centros de acogida para animales o dejadas en libertad con el consiguiente peligro para el resto de especies autóctonas.

Víctimas de un sin fin de agresiones desde su captura en su hábitat natural hasta su destino final, sucumben a una gran cantidad de enfermedades y a la desnutrición; y mueren. Está muy bien documentado que la captura y transporte de aves salvajes hacia la Unión Europea afecta negativamente a muchas más aves de las que llegan a las tiendas de animales. Estudios realizados en África y América han demostrado que entre un 40 y un 70 por ciento de todas las aves salvajes capturadas mueren incluso antes de ser exportadas. Es mayor el número de pájaros que mueren durante el transporte marítimo, cuarentenas y distribución que el número de aves que llega al consumidor en este destructivo comercio.

Estudios recientes muestran que los loros y otras aves tienen un comportamiento cognitivo y social similar a los primates, delfines y niños pequeños. Comprometer a cientos de miles de aves salvajes a tales destinos, no puede tan siquiera calificarse de “humano”. Es imposible mantener los argumentos de que este comercio sea de alguna manera “bueno para los países en desarrollo”, “sostenible y bien controlado” o “cause un mínimo impacto en la conservación del medio ambiente”. Los estados miembros de la Unión Europea deberían terminar con este comercio masivo, inhumano y destructivo para la vida de estas aves.

¿POR QUÉ LA UNIÓN EUROPEA?

Es sorprendente que políticas tan arriesgadas y nocivas para el medio ambiente son aún aceptadas en la Unión Europea. Tal vez el Parlamento Europeo esté adoptando una clara y potente resolución para terminar con este comercio. Casi todos los especímenes nacidos y criados en cautiverio de varios cientos de especies son fácilmente accesibles a los coleccionistas, criadores y dueños de mascotas en la Unión Europea. De hecho, los avicultores europeos reproducen más aves de las que se necesitan para cubrir la demanda interna, y las aves exóticas ya han empezado a llenar los centros de acogida. Su continua importación bajo estas circunstancias desafía toda lógica.

Entonces, ¿por qué continúa la Unión Europea importando cientos de miles de aves salvajes? Aparte de la falacia sobre el comercio para la conservación, descrita anteriormente, un grupo de comerciantes justifica estas importaciones simplemente porque la compra y venta de loros salvajes les resulta un negocio lucrativo. El lucro de unos pocos no puede sopesar más que los riesgos tan tremendos que conllevan para la salud y bienestar de muchos, así como el impacto sobre las especies comercializadas y la inaceptable inmoralidad de la participación europea en este inhumano y despilfarrador comercio.

Económicamente tampoco tiene sentido el comercio de loros salvajes hacia Europa. La producción autóctona y venta de pájaros en la Unión Europea financia a veterinarios, criadores y otras profesiones asociadas. Contrasta este hecho con el impacto negativo causado por la importación de aves exóticas, que supone millones de euros al exterior. Por esta razón, muchos criadores americanos que en un tiempo comerciaban con aves salvajes, ahora contemplan el cese de estas importaciones que en los años 90 significó un paso positivo gigante para su industria interna. En cualquier caso, sólo el coste para controlar un único brote de cualquier infección aviar, fácilmente eclipsa el valor total del comercio de aves salvajes.

Por razones como éstas, muchos países desarrollados como Australia, Canadá, Estados Unidos, Israel y Suecia han preferido terminar con el comercio de aves exóticas, beneficiando sustancialmente tanto la salud humana como la animal, el conservacionismo y sus economías. Al mismo tiempo, un número creciente de países antes exportadores de aves a todo el mundo ha reconocido la amenaza tanto de sus recursos naturales como de su herencia natural y han terminado o reducido sustancialmente su participación en el comercio de aves salvajes.

Documentación: Pedersen et.al 2004. USDA 2003. WHO 2004. CREV 2004. OIE 2004. Landolfo 2004. CIDRAP 2003. USDA 2002. Dierauf 2004. Byme 2004. Berkhould 2002. Clemmons 2003. FWS Setter 2003. Wrigth et al. 2001. Thomsen et al. 1992. Wiedenfeld et al. 1999. Snyder et al. 2000. Hunt 1996. Pepperberg and Lynn 2000. Emery and Clayton 2001. Parlamento Europeo 1991.

MANIFIESTO

La Unión Europea es actualmente el mayor importador de aves salvajes del mundo entero. Tal política es arriesgada, inhumana y regresiva. Ya no tiene cabida en una Europa moderna. Las organizaciones y ONG con experiencia en la conservación de la fauna salvaje, conocedores de su comercio, de los impactos económicos y de la de salud y bienestar animal, se manifiestan unidos en la creencia de que la Unión Europea debería cesar de inmediato, permanente y completamente todas sus importaciones de aves llamadas exóticas, salvajes y ajenas a nuestros hábitats. Respetuosamente se insta a que se actúe inmediatamente para cesar este comercio. (Firman 226 organizaciones mundiales, entre ellas ADDA).

RESULTADO

En el mes de octubre del año 2005, los Estados Miembros de la Unión Europea, de acuerdo con los informes de la Comisión, prohibieron la importación de aves exóticas provenientes de terceros países. Y esta moratoria, más tarde, fue ampliada hasta el 31 de mayo de 2006.


Relación de contenidos por tema: Tráfico de animales


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