Dolores Marsans i Comas - Carmen Méndez y Max Argerich

ADDAREVISTA 14

Dolors Marsans i Comas, que pronto celebrará cinco décadas en la defensa y protección de los animales, ha sido premiada en múltiples ocasiones por diferentes entidades públicas y privadas como reconocimiento a su compromiso. A sus 89 años, sigue trabajando cada día, durante casi 8 horas, en lo que ella considera una de las razones más importantes de su vida.

Dolors Marsans i Comas nació el 27 de julio de 1906 en la masía "Sol de Baix" del barrio de Les Corts, en el seno de una familia acomodada y conocida de Barcelona. Al parecer fue en la casa de sus padres, que estaba llena de caballos y perros, donde nació su amor por los animales. Esta incansable luchadora comenzó su carrera proteccionista en 1947, cuando aceptó, "porque no quedaba nada más" -según explica-, la vocalía de Plantas de la Liga para la Protección de Animales y Plantas de Barcelona, la asociación decana española. Pocos meses después era su Secretaria General, y posteriormente también fue nombrada Tesorera, cargos que ejerció durante 9 años.

En 1950, paralelamente a su actividad en la Liga, Dolors Marsans participó, a nivel estatal, en la fundación de la Federación Española de Sociedades Protectoras de Animales y Plantas, FES-PAP, en la que ocupó el cargo de Secretaria General (1982) y de la que actualmente es Presidenta desde 1984. Otro hito importante en su excepcional curriculum fue la creación de la publicación "PREGÓN en Defensa de los Animales", premiada en varias ocasiones, y que cuenta en la actualidad con 143 números editados. También fue fundadora, y ocupó diferentes cargos, en la Asociación contra la Crueldad en los Espectáculos.

CRUZANDO FRONTERAS

Pero la labor de Dolors Marsans no se limita a nuestro país. Muy pronto, en 1952, entró a formar parte como miembro directivo de la Federación Mundial de Protección de los Animales, con sede en Londres, de la que fue dos veces Vicepresidenta y de la que continúa siendo miembro directivo. También fue presidenta, durante 6 años, de la Asociación Internacional Contra los Experimentos Dolorosos sobre los Animales, así como representante del proteccionismo español en el EUROGROUP, con sede en Bruselas. Madre de tres hijos y abuela con 13 nietos, afirma que siempre ha deseado "deshacer el mito de que quienes aman a los animales son personas solitarias, hurañas o fracasadas". A lo largo de su dilatada carrera, Dolors Marsans ha tenido ocasión de viajar por toda España y Europa, lo que le ha permitido hacer numerosas amistades. Sus responsabilidades en diferentes asociaciones internacionales la llevaron a América en varias ocasiones, donde visitó Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia y Venezuela. También estuvo en África, concretamente en Kenia, Tanzania y Gabón. Tan sólo hace tres años que dejó de viajar para asistir a los innumerables congresos, seminarios y cursos a los que es invitada.

SU LABOR EN LOS MATADEROS

La década de los 60 tiene un especial significado en la vida de esta defensora de los más débiles: atendiendo a la campaña internacional que la "World Federation for the Protection of Animáis" lanzaba a todos sus afiliados bajo el lema "pro matanza sin dolor", Dolores Marsans se puso manos a la obra: había que visitar mataderos, interesar a los responsables, escribir a las autoridades explicando la existencia de métodos humanitarios de aturdimiento previo, convenciéndolos de que la incorporación habitual de estos métodos podían ahorrar mucho sufrimiento inútil a los millones de animales que son sacrificados para el consumo humano.

Sensible y pionera en esta causa, logró un significativo avance en este campo y tuvo el coraje de presenciar, asesorar y comprobar en persona la puesta en práctica, en algunos mataderos, del "pistolete" y las "pinzas eléctricas". En 1969, una empresa española hacía donación en Girona de "medios eutanásicos para el sacrificio de reses y para la muerte sin dolor de animales domésticos". La entrega tuvo lugar mediante un acto oficial. En el transcurso del mismo, y durante su turno de palabra, Dolores Marsans aludió al hecho de que "en tanto el hombre se dispone a descender a otros planetas, los sistemas de muerte en los mataderos tienen carácter medieval".

PIONERA EN LOS TIEMPOS DIFICILES

Dolors Marsans, lejos de creer que su lucha y la de todos los animalistas sea en vano, opina que todo depende de cómo se hagan las cosas: "Si hacemos una labor interesante y de cooperación, la Administración nos escucha con atención e incluso muchas veces nos lo agradece". En cuanto a la educación del ciudadano, Dolors Marsans, que vive rodeada de dos perros y cinco gatos recogidos en refugios y en la calle, afirma: "Espero que nuestra lucha sirva para que la gente considere sus animales como parte de la familia. Mi sueño es que algún día dejemos de ver perros abandonados y desgraciados. Que los dueños irresponsables desaparezcan y las personas compartan sus vidas con sus animales".

Seguramente quedan cosas importantes por referir en su larga trayectoria, pero hay una que no podemos olvidar y que la hace valedora de un merecido reconocimiento: haber trabajado en favor de los animales en una época y en un país tan difícil y contradictorio como ha sido, y sigue siendo, España. Hasta hace muy poco eran demasiadas las personas que sentían rubor y cierto complejo por alzar su voz en favor de los animales. Ahora ya son menos y esperamos que en un futuro, no muy lejano, la vergüenza sólo sea para aquéllos que maltratan y torturan los animales.

¡Felicidades, Dolors Marsans, por su cincuenta aniversario en esta lucha y por haber abierto camino en su andadura!


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