Palomas en la ciudad, una propuesta sostenible - Carmen Méndez

ADDAREVISTA 28

Una de las características de muchas ciudades en todos los continentes son las numerosas colonias de palomas. Los orígenes de su domesticidad ya se remontan a la época de los romanos y son unos animales que se acomodan bien a todos los climas, exceptuando las regiones árticas y antárticas. La especie denominada "Columba livia" es la más extendida y común en las ciudades, donde vive bien adaptada al medio urbano.

ASPECTOS GENERALES EMBLEMÁTICOS

Tradicionalmente su presencia forma parte del paisaje urbano y se encuentra muy identificada y unida a determinados lugares emblemáticos, o populares, de numerosas ciudades -Plaza San Pedro (Roma), Plaza San Marco (Venecia), Trafalgar Square (Londres), Plaza Catalunya (Barcelona) cuyos ciudadanos, tanto autóctonos como foráneos, dedican una parte de su tiempo a contemplarlas y suministrarles ali­mento.

Las palomas también representan en occidente el sím­bolo de la Paz, aunque esta simbología muy a menu­do no ha respondido a un verdadero deseo de concor­dia. En el aspecto religioso cristiano la paloma simbo­liza el Espíritu Santo. Durante determinadas épocas de la historia de la humanidad las palomas domesticadas y entrenadas como mensajeras prestaron una inestimable labor como portadoras de correo, estando especialmente protegidas. A pesar de la espectacular evolución tec­nológica, siguen siendo aún utilizadas y entrenadas para este fin. Poseen un gran sentido de la orientación para volver y encontrar su nido y pueden llegar a rea­lizar desplazamientos de hasta 1.000 km, a una velo­cidad media de 60 km/hora. Existen numerosas socie­dades colombófilas dedicadas a la cría, adiestramiento y selección de una gran variedad de especies. La palo­mina, excremento de las palomas, es muy rica en substancias nitrogenadas y fosfatos y es muy valorada y utilizada en los cultivos y jardinería por su gran poder fertilizante.

CICLO REPRODUCTOR

En la zona mediterránea el ciclo reproductor oscila principalmente entre los meses de marzo a julio y setiembre a octubre. Parecer ser que la época de mayor intensidad coin­cide con los meses de abril y mayo. Acostumbran a ser monógamas y su emparejamiento puede durar, si las circunstancias lo permiten, toda la vida. Comparten la construcción del nido: el macho transporta los mate­riales necesarios y la hembra los dis­tribuye a su alrededor. La puesta suele ser de dos huevos.

También comparten la incubación, relevándose alternativa­mente, y establecen turnos para atender el cuidado y la alimentación de los polluelos. Entre la sexta y sép­tima semana, y después de diez o doce días fuera del nido, los polluelos se suelen independizar. Pueden realizar hasta cinco nidadas al año y las esti­maciones realizadas señalan que alrededor de un 50% de los polluelos perecen por muerte natural.

ASPECTOS CONFLICTIVOS

En general, las palomas son bien toleradas y aceptadas por la mayoría de los ciudadanos, acostumbrados, desde siempre, a que únicamente con su presencia y vuelos contribuyan a enriquecer y humanizar el tan artificial y distante de la naturaleza paisaje de la ciu­dad. A muchos ciudadanos la presencia cotidiana de los animales que configuran la "fauna urbana" domestica y semidoméstica de la ciudad les influye benefi­ciosamente, ya sea de forma activa o pasiva, a la hora de establecer un vínculo de simpatía y solidaridad con ellos.

No obstante lo anterior, las palomas, al igual que otros animales urbanos, también cuentan con sus detractores por diferentes motivos:

  • Elevadas concentraciones de individuos en determi­nados lugares.
  • Molestias por la suciedad de sus residuos.
  • Deterioro de la superficie de fachadas antiguas o singulares debido a sus excrementos, que pueden ser corrosivos y manchar los materiales de determinados edificios.
  • Arrullos y nidos viejos que, por su proximidad, en ocasiones molestan a los vecinos.
  • Determinadas fobias o patologías de algunas perso­nas hacia los animales, en general, o, en particular, a los animales alados. 
  • Determinadas antipatías hacia quienes cuidan y ali­mentan a los animales. 
  • Miedo a un posible riesgo como vectores transmiso­res de alguna enfermedad. Las denuncias de los ciudadanos que no simpatizan con las palomas, una vez iniciadas, van dirigidas directamente a la administración, a quien se exige de forma reiterativa y persistente la solución del "pro­blema".

La suma de factores negativos, unida a las denuncias, ha venido provocando que la actuación de las admi­nistraciones se limite a sistemas de captura, consis­tentes en batidas mediante redadas, y la eliminación, de mala manera, de la población.

SISTEMAS CRUENTOS E INEFICACES

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Barcelona, UB, al que se han referido determinadas publicaciones (El Mundo, 13/10/98), subraya que el biólogo Daniel Sol sostiene que "matando las palomas que ya hay en la ciudad, sólo se consigue que vengan otras de fuera a reemplazarlas". Es decir, que "provoca que ejemplares de la periferia se integren en la ciu­dad". Comprobó la investigación que el número de palomas volvía a ser el mismo tres días después de las capturas y que, por lo tanto, el método utilizado no era eficaz.

El programa de investigación y control sobre las palo­mas urbanas elaborado por encargo del Ayuntamiento de Madrid coincide de igual forma con el de la UB, y se puede citar como referencia al respecto: "Estudios realizados por el Servicio de Animales Salvajes y Peces de los Estados Unidos han demostrado que si una cuarta parte de la población de palomas es eliminada, la colonia puede recuperar su densidad original en menos de 24 meses. Incluso puede dar resultados contrarios a su objetivo inicial, dado que durante algunos años la comunidad de palomas puede alcanzar un mayor número de aves que antes de efectuar su "exterminio".

Otra referencia del mismo estudio señala que Guy R. Hodge, Director del Departamento de Datos e Infor­mación de la Humane Society de los Estados Unidos, afirma que "la matanza de palomas abrirá el camino para que otros pájaros se implanten en la zona, pudiéndose convertir en un ciclo final de muerte de palomas y repoblación por otras aves".

OPINIÓN CONTRARIA A LAS BATIDAS Y EXTERMINIO

Las asociaciones de defensa y protección de los ani­males son quienes con mayor incidencia, y de forma cada vez más numerosa, reciben las quejas y el males­tar de los ciudadanos respetuosos con los animales; ya que, al ser testigos o conocedores de las batidas de palomas, se sienten violentados y desorientados para canalizar sus denuncias, sin saber exactamente a dónde acudir y cómo evitarlo. Especial mención merecen aquellas personas que, regularmente, las ali­mentan y que súbitamente notan una drástica dismi­nución de animales o su temporal desaparición. Estas personas se sienten muy frustradas, añadiendo a ello la permanente incomprensión que soportan, en muchas ocasiones, por parte de otras personas,con el consecuente sentimiento de rechazo; decepción muchas de ellas sufren al considerar que su labor diaria, hasta el punto devocional, no es compartida por el resto de los ciudadanos. Si el núcleo urbano como conjunción de caracteres, avenencias, desavenencias, contrastes y un cúmulo de situaciones como resultado de la racionalidad humana no puede coordinar un mínimo de respeto mutuo, no puede o debe considerarse como centro de convivencia.

Corresponde, pues, al legislador y a la administración local el intentar sopesar las variadas situaciones que presenten, apoyando y tomando las medidas necesarías para mitigar, en todo lo posible, situaciones no son convenientes y que, por regla general, recaen finalmente sobre el colectivo más sumiso y débil, no por ello menos representativo.

CONSIDERACIONES

Cuando el número de palomas es muy elevado, deja de ser considerado colonias para ser, a nuestro entender erróneamente, denominadas "plagas". Los factores que influyen en su elevada concentración en determinadas zonas, así como las molestias más evidentes, según todos los indicios vienen originadas, más por el alimento que reciben de algunos ciudadanos, por la posibilidad de anidar en determinadas que des de viejos edificios, que resultan ser el lugar idóneo y seguro. Es por eso que las zonas o puntos más conflictivos acostumbran a ser donde se ubican edificios antiguos.

No hay que olvidar que las palomas poseen un sentido de la orientación y pueden anidar en una zona determinada de la ciudad e ir a alimentarse cuantas veces sea necesario, diariamente, a otra. Es evidente que sería necesario que los ayuntamientos encargasen un estudio dirigido a analizar cuestiones previas tan importantes como ésta.

FACTORES SOCIALES BENEFICIOSOS

Están sobradamente estudiados y documentados los aspectos beneficiosos que aportan el contacto y la interrelación entre animales y personas. El hecho de alimentar a gatos o palomas, significa abandonar determinado aislamiento, hacer ejercicio, buenos principios y sentidos de la responsabilidad: factores enriquecedores de su propia autoestima en beneficio de su propia salud.

ANTECEDENTES DE EXPERIENCIAS REGULADORAS MEDIANTE ANTICONCEPTIVOS

Citando datos recogidos por el programa de investi­gación del Ayuntamiento de Madrid, se dan referen­cias concretas de ciudades como París y Genova, que se remontan al año 1970, centradas en el método de uso de anticonceptivos derivados de la progesterona, que se suministra mezclada con el grano de la comida. Un ejemplo es el de la ciudad de Genova (Italia), donde los resultados de reducción de la población de palomas obtenidos con dicho método fueron los siguientes: en el año 1970 contabilizaron 40.000 palomas; en 1972, 25.000 palomas y el año 1978, tan sólo 10.000 palomas. Las épocas de tratamiento serían: 3 meses en prima­vera (abril a junio) y 2 meses en otoño (septiembre a octubre). Con un tratamiento mínimo de 2 años con­secutivos se consigue una disminución paulatina del 10 al 15 % por año.

Otro producto derivado de la progesterona, el ornitrol, es utilizado en Estados Unidos. Consiste en una simple aplicación del producto durante un período de 2 semanas, lo que inhibe la producción de huevos fértiles durante un período de 5 a 6 meses. Aunque la colonia permanezca estéril, no por ello se impide que puedan aparearse con otros individuos, aunque sin originar descendencia. Reduce la fertilidad durante un período de 6 meses en la hembra y 3 meses en el macho.

El anticonceptivo ornisteril es la hormona sintetiza empleada en más de 20 municipios franceses. Ayuntamientos de ciudades francesas como Toulouse, Clotillon, París, Boulogne, Monteouge, Clermo, Ferran, etc., están incorporando desde hace varios años, y con el fin de no seguir exterminando a las palomas, sistemas alternativos que se centran en la instalación de los palomares ecológicos.

PALOMARES ECOLÓGICOS

Es responsabilidad de la administración y los ciudadanos que colaboran con ella el buscar soluciones alternativas, innovadoras, cívicas y efectivas. Las matanzas de palomas son una brutalidad innecesaria: que, como se ha demostrado, no resuelve el problema de la superpoblación y exceso de concentración animales, ya que el "vacío" provocado es inmediatamente reemplazado, e incluso incrementado, por otros individuos. El coste económico que implica para la administración el uso de los sistemas de exterminio debe ser reconducido hacia otros sistemas más respetuosos y educativos.

Siguiendo el ejemplo de las ciudades francesas que, de forma gradual, están implementando los palomares ecológicos, debe solicitarse a los ayuntamientos ini­ciar, en el plazo más inmediato, lo que podría deno­minarse "Plan de integración animal al medio urba­no", que comprendería, de forma armonizada, los dis­tintos métodos no violentos ni agresivos disponibles en la actualidad para el control y el disfrute de la fauna urbana.

Respecto al problema de las colonias de palomas urbanas debido no ya a la densidad de su población sino a la concentración de las mismas en determina­das zonas, se podrían descongestionar los puntos conflictivos contando con la instalación de los palomares ecológicos y con la colaboración de los ciudadanos, previamente bien informados de la labor que deberían realizar. Así se permitiría evitar el exterminio masivo de las palomas y tener una población estable y en mejores condiciones. Estos palomares, que según el diseño que se proyecto pueden acoger cada uno hasta una población estable de 200 palomas, instalados en zonas determinadas de la ciudad -jardines y plazas públicas- permiten la substitución de los huevos, la provisión de alimentos tratados, la limpieza y el con­trol sanitario e higiénico de los nidos. Además, para los ciudadanos constituye tener zonas alternativas donde observar y alimentar a las aves. Otro de los aspectos que se ha de valorar es la recuperación, apro­vechamiento y reciclado de la palomina, abono muy valorado en la agricultura y jardinería, algo que sería un buen ejemplo de uso sostenible de recursos en una ciudad preocupada por el medio ambiente.

ASPECTOS ECONÓMICOS

El coste económico de la administración del sistema ecológico que se expone podría ser prácticamente nulo, tanto el coste de su instalación como el de su mantenimiento. Uno de los aspectos que se ha de contemplar en su diseño externo sería reservar uno de los laterales disponibles para la publicidad o la empresa esponsorizadora.

Símbolo de la Exposición Universal.

La ciudad de Barcelona, quizás en el corazón de esta urbe, la Plaza de Catalunya, posee una interesante y curiosa historia de su introducción. Tal como refiere La Vanguardia (01/11/1987) y basado en testimonios personales y escritos, la colonización de las palomas en la Plaza Catalunya barcelonesa fue intencionadamente proyectada por Manuel Ribi Labarta, jefe de la Guardia Urbana, con motivo de Ia Exposición Universal de 1929. Don Manuel, que había conocido Ia presencia de palomas en plazas de otras grandes ciudades, pensó que la Plaza Catalunya mejoraría con la presencia de las aves: Habiendo advertido que las palomas acudían diariamente a las caballerizas de la Guardia Urbana (junto al parque de la Ciutadella) para alimentarse del grano que el oficial Félix Torrubia repartía a los caballos, observó que las aves sólo seguían al oficial cuando iba éste de uniforme y no lo hacían si iba de paisano. Siguiendo órdenes, el oficial, uniformado, inició un día el camino hacia la Plaza de Catalunya ya dejando, a su paso, el pienso para las palomas, que formaron un larga comitiva en pos del grano.

Una vez en la Plaza de Catalunya, el oficial cambió su informe por un traje de paisano, la gorra por un sombrero, y se fue. Allí quedaron las palomas que durante unos cuantos días fueron expresamente alimentadas por la Guardia Urbana para que se habituasen al lugar.

Desde entonces, allí siguen. Y durante todos estos años miles de niños y adultos, residentes o foráneos de Barcelona, han visitado este lugar con el principal objetivo de "verlas y darles de comer".


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