Los ocho delfines de la Virgen María - Richard O'Barry

ADDAREVISTA 29

La leyenda de los ocho delfines de la Virgen María comienza en una pequeña aldea de pescadores de Bayahibe, ubicada en la costa sudeste de República Dominicana. En el año 1925, los pescadores locales de Bayahibe organizaron sus fiestas patronales con su habitual celebración anual para solicitar la protección de la Virgen María, a quien consideran la Divina Pastora de los botes de pesca de su localidad. Estas fiestas, que tienen una duración de nueve días, llegan a su punto culminante con una colorida proce­sión marina, formada por los botes engalanados de los pescadores, que recorre parte de la costa.Con el transcurso de los años estos festejos adquirieron popularidad y llegaron a oídos de muchas personas. En 1954, un monje franciscano que había oído hablar de esta celebración viajó desde Brasil para participar en ella. Aquel monje trajo como regalo una bella pin­tura de la Virgen María, que delicadamente restaurada se colocó en un lugar prominente: sobre el altar de la iglesia de la aldea, que por su advocación se llama la iglesia de la Virgen Divina Pastora.

El 2 de mayo de cada año, que resulta ser el noveno y último día de las festividades, la pintura es conducida solemnemente fuera de la Iglesia para ocupar un lugar de honor: la barca que encabeza la procesión. El bote es decorado con multitud de flores que rodean el cua­dro de. la Virgen María. Estas fiestas, que tienen una duración de nueve días, se celebran desde hace años y han adquirido una gran importancia para las gentes, en su mayoría humildes pescadores de Bayahide, y son cada vez más numero­sos los visitantes que participan en ellas. Es su forma genuina y modesta de agradecer a la Virgen María que los preserve todo el año de los peligros que, a menudo, acechan a los pescadores, como tempesta­des, huracanes y tifones.

El 2 de mayo de 2002 ocurrió algo tan inusual como hermoso. Durante la procesión de las barcas, un grupo de delfines -algunos dicen que un grupo de ocho- rodeó el bote que llevaba a la Virgen María. Ésta era la primera vez que sucedía algo así y, de hecho, la primera vez que los lugareños pudieron ver a los delfines desde tan cerca. Los delfines de Bayahibe se han mantenido siempre alejados de los huma­nos, como hacen la mayoría de los delfines salvajes, y nadie en la aldea recordaba que un hecho tan peculiar se hubiese producido anteriormente. Esta emotiva escena maravilló a las personas que pre­senciaron la procesión. La imagen de la Virgen rodea­da de flores y acompañada de los delfines quedó gra­bada en la mente de todos los asistentes. Estaban tan impresionados por lo que habían visto que encarga­ron a un grupo de artistas que pintasen un mural sobre tan espectacular escena. Como tan peculiar suceso corrió de boca en boca, tan sólo tres meses después de la celebración, en agosto de 2002, a primeras horas de la mañana, mientras la gente aún dormía, se produjo un hecho terrible y cruel: ocho delfines fueron capturados de forma vio­lenta en las aguas del Parque Nacional del Este, la reserva natural protegida más importante de Repú­blica Dominicana. Las capturas fueron realizadas por el parque marino local, el Manatí Park Bávaro. La aldea, que se sintió ultrajada y asaltada, prometió liberar a los ocho delfines arrancados de sus aguas.

Comenzó entonces para los habitantes de Bayahide la ansiosa búsqueda de los delfines, que ya considera­ban como suyos. Suponiendo que tal vez estuviesen encerrados en algún cercado marino en algún punto de la costa, iniciaron una exhaustiva búsqueda sin ningún éxito. En este caso, si los hubieran encontrado hubiesen podido liberarlos inmediatamente cortando la cerca que los separaba de su familia y demás miem­bros del grupo. Pero los aldeanos no pudieron encon­trar a los delfines, ya que su captura había sido cuida­dosamente programada: las ocho víctimas estaban escondidas bajo estricta vigilancia en un tanque ubi­cado en la parte posterior de las instalaciones del Manatí Park Bávaro, a tan sólo una hora de la aldea. Ahora, descorazonados, se mantienen vigilantes para no permitir que esto pueda volver a suceder y para que no se capture a ningún otro delfín, a la vez que gestionan reiteradamente la devolución de "sus" delfi­nes y, así, poder mantener los favores de su Virgen María Divina Pastora. Oran a la Virgen para que guíe sus esfuerzos para liberar a los ocho delfines.

El grupo ambientalista local Fundación Bayahibe cobró protagonismo y organizó una campaña para lograr su liberación. Se comunicaron con la Academia de Ciencias, y las dos organizaciones ambientalistas de bienestar animal más importantes de República Dominicana: la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (FUNDEMAR) y el Patronato Amigos de los Animales (PADELA). Los abogados de la coali­ción entienden que las capturas violan la ley de Repú­blica Dominicana, específicamente el artículo 175 de la ley 64-00 de Medio Ambiente, que declara que está prohibida la captura y explotación de recursos que puedan ocasionar perjuicio o muerte de especies legalmente protegidas como los delfines. Además, subrayan que estas acciones violan el protocolo para la flora y la fauna que se acordó en la Convención de Cartagena, así como otros tratados tanto regionales como internacionales.


El ministro de Medio Ambiente, quien debe otorgar los permisos de captura, ha actuado ante lo sucedido con dejadez, y Manatí Park, capturando delfines en el santuario marino conocido como Parque Nacional del Este, es de suponer que ha violado las leyes de Repú­blica Dominicana.


Relación de contenidos por tema: Mamíferos marinos


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