Proyecto Gran Simio un camino hacia la igualdad - Pedro Pozas Terrados

ADDAREVISTA 35

La situación de los grandes simios en libertad está siendo extremadamente grave, y se teme que en veinte años -o incluso menos-, los bonobos, orangutanes, gorilas y la mayoría de las poblaciones de chimpancés hayan desaparecido. Nuestros hermanos evolutivos, que durante miles de años han compartido no sólo un mismo ancestro, sino también un largo camino paralelo a nuestra evolución, están siendo eliminados por los mismos de su propia familia, el Homo Sapiens.

Ésta es la realidad a la que nos enfrentamos, teniendo en cuenta además, que si ellos desaparecen es porque hemos destruido su casa y sus bosques primarios; no debemos olvidar que estas mismas selvas son las que regulan el clima mundial y en consecuencia, la estabilidad planetaria. Cómo efecto bumerang, su eliminación será el principio de nuestro autodestrucción. Las causas son muchas, y todas originadas por el ser humano, que camina sin ser consciente de sus acciones: unas veces por estar mal informado y otras debido a enormes intereses económicos. La tala de árboles indiscriminada y criminal, la caza furtiva para el tráfico de especies, la ingestión de carne de animales que viven en la selva, el virus Ébola, (que diezma a las poblaciones tanto símias como humanas) o la plantación de palmas para biocombustibles tras arrasar la selva, son sólo la punta del iceberg de una extinción planificada.

Por otro lado los grandes simios, los numerosos seres cautivos para el disfrute de los visitantes en el interior de Parques zoológicos o temáticos, y los que están recluidos en circos itinerantes, fincas y domicilios privados, se encuentran en su mayoría en condiciones nulas de habitabilidad y maltratados de forma inhumana, por no hablar del resto de primates más pequeños y otros animales que, en España, aún son carne de laboratorio y de animalarios dependientes de Universidades.

Estas cuestiones son las preferentes en el trabajo del Proyecto Gran Simio en España, sin olvidar los programas de educación en los que estamos sumidos, en el mismo corazón del problema. Desde hace año y medio nos hemos embarcado en Proyectos educativos en Congo Brazeville, con jornadas para la protección de las selvas, grandes simios y animales que en la misma habitan, y en teatros móviles para llevar a las Aldeas un día de diversión y educación. La reciente muerte de cinco gorilas de montaña en el Parque Nacional de los Volcanes de Virunga, se habría podido evitar si los agricultores y nativos que malviven al borde del parque, hubieran sido educados por el propio gobierno de la República Democrática del Congo, que recibe millones de euros para ese menester. Los gorilas fueron abatidos por los agricultores, cansados de que un grupo de ellos entrase en sus plantaciones para comerse patatas, tras haberlo denunciado repetidamente a la policía forestal, sin que se les hiciera caso. Los agricultores no saben que el gorila está protegido ni reciben indemnizaciones; todo el dinero que llega de la UNESCO es enviado a los sacos de riqueza del gobierno corrupto. No puede existir protección de una zona o especie sin que los nativos se impliquen, eduquen y participen. Desde el Proyecto Gran Simio estamos haciendo un gran esfuerzo en este sentido sólo con el dinero de los socios, pues no estamos recibiendo hasta el momento ninguna subvención.

Con respecto a los grandes simios cautivos, estamos elaborando un censo a nivel nacional para ubicarlos y hacerles un seguimiento de por vida, además de denunciar aquellas situaciones en las cuales estos animales se encuentren en un estado lamentable y se proceda, en consecuencia, a realizar una campaña o efectuar su rescate.

Esto no quiere decir que sólo y exclusivamente estemos realizando campañas a favor de nuestros primos hermanos: El PGS ha rescatado a otros animales que procedían de circos, particulares y zoológicos y les ha buscado un lugar decente donde vivir. No somos especistas, como algunos quieren mantener en nuestra contra. Tenemos un claro objetivo, pero estamos participando en campañas puntuales con otras asociaciones de defensa animal y trabajando con otros grupos animalistas para conseguir una Ley de animales a nivel nacional. Recientemente hemos rescatado a dos chimpancés y cinco osos pardos del zoo de Almendralejo (cerrado desde hace un año) que iban a ser sacrificados, y les hemos encontrado un hogar donde puedan descansar.

Muchos de los lectores habrán sido testigos de aquel 26 de abril del pasado año, en el que presentamos al PGS en el Congreso de los Diputados a los medios de comunicación y Diputados que quisieron asistir. El día estuvo envuelto en una polémica originada por una clara manipulación informativa: los titulares de un periódico anunciaban que “El PSOE iba conceder derechos humanos a los grandes símios”. En primer lugar no era el PSOE, sino el PGS, movimiento totalmente apolítico que defendía los derechos de los grandes símios en el Congreso tras una Proposición No de Ley, presentada por Francisco Garrido, (diputado de los verdes) que en esta legislatura consta como inscrito al Partido Socialista . En segundo lugar, no se trataba de “derechos humanos”, sino de la concesión de tres derechos fundamentales: el de la vida, la libertad y la “no-tortura”. De todas formas, se desató una polémica positiva que, según se iba conociendo al PGS y su labor, fue cambiando hasta que los propios medios que nos atacaron y ridiculizaron sin tener la deferencia de ponerse en contacto con nosotros, elaboraron reportajes a favor nuestro y de los grandes simios. A nivel internacional todo ello corrió como la pólvora, y muchas agencias internacionales nos entrevistaron. La agencia internacional alemana me llenó de orgullo cuando me dijo que ya no se hablaba de “ la España de los toros”, sino de “ la España avanzada en la protección de los derechos de los animales”. Recibimos el apoyo de muchos científicos y de numerosas Universidades. Algunas Asociaciones de defensa animal nos apoyaron, y desde aquí, aprovecho para dar las gracias a la Directiva de ADDA y a todos sus socios, porque en esos momentos en los que el PGS era criticado duramente sin darle opción a defenderse, recibimos vuestro apoyo junto con el de otras Asociaciones.

La Proposición No de Ley a la hora de escribir este artículo, aún no ha sido debatida desde el 5 de septiembre de 2005 (hace dos años y pico), fecha en que fue presentada en el Congreso de los Diputados. Creemos que es la primera Proposición, que una vez admitida a trámite por unanimidad de los partidos, ha quedado bloqueada intencionadamente. Esperamos y deseamos que se debata en los próximos meses. El contenido es sencillo: adherirse a los objetivos del PGS e impulsar la protección de los grandes simios respecto al maltrato, tortura, muerte y extinción. La misma proposición ha sido presentada y aprobada en la Comunidad de Baleares, siendo el primer Parlamento del Mundo que se adhiere al PGS y a sus objetivos.

“Romper la barrera de la especie” es uno de nuestros lemas. Estamos luchando por los derechos de los grandes simios y una vez lo consigamos, rota esa barrera, el PGS no habrá terminado su lucha, sino que la habrá comenzado, ya que hay que seguir trabajando para extender esos mismos derechos al resto de los animales. ¿Y porqué a los símios antes? Existen cientos de informes científicos que avalan las grandes capacidades cognitivas de los símios; con esos informes, más los genéticos (compartimos un noventa y nueve de los genes totales con el chimpancé) tenemos un gran camino andado para conseguir sus derechos, y por tanto, será más fácil lograrlo. Cuando lleguemos a ese histórico momento, los cimientos estarán bien fijados y servirán de base para extenderlos al resto del reino animal.

Aprovecho esta circunstancia para plantear públicamente una lucha estratégica que deberíamos seguir todas las Asociaciones que nos dedicamos en este campo. La tauromaquia, lo queramos o no, debe ser separada en la lucha por una ley nacional de los animales. Eso no quiere decir que sea abandonada, sino que las Asociaciones especializadas tienen que seguir paralelamente la misma lucha, pero sin mezclarla. Hay mucho poder político y económico detrás de la barbarie y asesinato a sangre fría de toros indefensos, y es este poder el que frenara, si no lo separamos, una ley nacional de animales. Una vez se consiga esa Ley de protección animal, excluyendo a los toros, tendremos una base legal para atacar la tauromaquia, ya que los toros también son animales. Pero debemos conseguirla sin mezclarla con el mundo horrible y sin sentido de las corridas. Pienso que sería una buena estrategia y entonces todos nos podríamos volcar en su defensa. No deberíamos frenar la protección del resto de los animales por los toros. Unos no tienen que pagar por otros. Sabiendo como está montado este sistema indigno del ser humano, tenemos que amoldarnos y arremeter con sus propias armas. Eso no quiere decir que a su vez, sigamos trabajando para conseguir la erradicación de esta fiesta horrible y cruel.

El Proyecto Gran Simio está en contra de todo tipo de maltrato de los animales, incluidos los toros y los llamados de granja y de trabajo, y siempre estaremos dispuestos a participar en cualquier campaña que se proponga a favor de los de los sin voz.

Hace años, cuando aún mi conciencia no estaba educada, hice una visita al zoológico de Madrid. No se si algunos recordareis, a un orangután metido en una urna de cristal. No tenía espacio exterior, o al menos no lo recuerdo. Estaba en las antiguas instalaciones, que se metían por donde ahora creo que hay un bar, y se subía unas escaleras. Lo que sí recuerdo es el momento de lo que vi y experimenté. El orangután estaba cercano al cristal, igual que otra vez anterior. Me acerqué. Él me miró con unos ojos tan tristes que me llegaron al alma. No pestañeaba, no miraba a otro sitio, sólo a mis ojos. Me acerqué todo lo que pude y él arrimó su cabeza al cristal, como queriendo, delicadamente, ponerla en mi hombro. Así estuvimos unos minutos. Después sin moverse y mirándome, cogió con la mano un papel (parecía un cleenex) y lentamente se lo llevó a los ojos y comenzó a limpiarlos como si estuviera llorando (¿o realmente sí lloraba?). Sin dejar de mirarme, se recostó contra el cristal y se tapó los ojos con las dos manos. Así estuvo hasta que me fui, con los ojos llorosos. Sí, lloré como un niño y comprendí la estupidez humana, la ignorancia y la incultura de los responsables de haberle traído hasta aquí. Lloré porque el lloró y me trasmitió sus penas. Lloré y juré que pasaría mi vida entera volcado en su defensa, la defensa de los grandes simios y de todos los animales.

Ese fue el mensaje que me transmitió mi amigo símio. No se cómo se llamaba, pero llegó hasta mi corazón y se metió dentro de mí. Aun hoy le sigo viendo con esos ojazos, pidiendo ayuda con la mirada, y limpiándose aquellos ojos cansados de vivir con el papel.

Cuando desde el PGS conseguimos alguno de los objetivos, o una pequeña victoria como la del rescate realizado al chimpancé Guillermo, siempre en mi recuerdo (permaneció trece años en una jaula de dos por dos metros, y tras dos años de lucha legal conseguimos llevarlo a un sitio mejor), veo los mismos ojos con los que me miraba aquel orangután sumido en el silencio y la depresión. Y le digo al aire, al cielo, al universo de los que se fueron sin voz: “por ti, amigo mío”.


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