El gato urbano barcelonés

ADDAREVISTA 50

El gato urbano barcelonés

Neus Aragonés

La presencia del «gato urbano» o «callejero» es un hecho innegable en todas las ciudades del mundo; su figura forma parte, junto a otras especies, de la llamada «fauna urbana». ¿Por qué y cuándo su presencia puede llegar a originar conflictos de convivencia en el entorno urbano?

Los gatos son animales que se reproducen con una gran facilidad, y esto lleva, si no hay ningún tipo de control en las poblaciones felinas urbanas, a una superpoblación. El origen de esta superpoblación debemos buscarla en el abandono de gatos domésticos y la descendencia incontrolada de los gatos urbanos ya existentes. A ello hay que añadir que un buen número de gatos logran escaparse de sus casas en la época de celo, y a las que difícilmente pueden regresar, debido a la desidia de sus dueños, al no haberlos identificado ni esterilizado.

Cuando la población de gatos urbanos crece de forma excesiva, empiezan a surgir los problemas de convivencia con el entorno urbano, siendo los más perjudicados los propios gatos. La superpoblación comporta un deterioro en la calidad de sus vidas, una falta de bienestar, sufriendo además de una carencia nutricional y sanitaria.

Las entidades animalistas y también grupos de ciudadanos sensibilizados, desde hace años a través de peticiones a las administraciones municipales y de campañas informativas, impulsan las colonias de gatos controladas siguiendo el modelo ya existente en muchas ciudades.

En Cataluña, los gatos urbanos están protegidos (Ley de Protección de los Animales DOGC 5113 17/04/2008, y código penal español, artículo 337) y tienen la consideración de animal doméstico.

Colonias de gatos en Barcelona, problema resuelto

Las colonias controladas están formadas por un grupo de gatos esterilizados sin poseedor reconocido, que conviven en un espacio público o privado, a cargo de asociaciones y entidades cívicas, sin ánimo de lucro, con el objetivo de proteger su bienestar y donde reciben atención, alimentación y vigilancia sanitaria.

Barcelona, considerada ciudad amiga de los animales, comprometida en su protección, tenencia y en mejorar la convivencia entre ciudadanos y animales, es un ejemplo más, en el modo de cómo se están gestionando las colonias controladas de gatos. Actualmente, el Ayuntamiento de Barcelona, aplica el llamado modelo CER (captura, esterilización y retorno), que permite disfrutar de estos animales en la ciudad, al mismo tiempo que disminuyen los problemas de superpoblación y se garantiza una adecuada integración a la realidad urbana.

Este método consiste en capturar a los gatos, esterilizarlos y retornarlos a la colonia de donde han sido capturados. Los gatos son identificados con una pequeña marca en la oreja. En algunos casos, si fuera necesario, pues el gato doméstico —perdido o abandonado— dista mucho del gato urbano, se le busca una posible adopción.

La captura, aparte de la esterilización, conlleva también implícita una revisión veterinaria para descartar algún tipo de enfermedad contagiosa.

Las colonias controladas en Barcelona son una realidad que funciona y que permite respetar la libertad del gato urbano.

Gestión de las colonias

Las colonias están gestionadas por el Ayuntamiento de Barcelona con la colaboración de las entidades animalistas de la propia ciudad que así lo solicitan. A través de un convenio, las entidades reciben una subvención del ayuntamiento por las actuaciones que realizan en las colonias, así como para los programas y campañas informativas que realizan a la ciudadanía.

Cada entidad se centra en uno o varios distritos de los diez que configuran la ciudad de Barcelona. Las entidades pasan a ser el «referente» de cada distrito, llevando a su cargo el mantenimiento de todas las colonias adjudicadas ubicadas en el mismo.

Las entidades y su trabajo

El control de la colonia se hace de forma desinteresada por los voluntarios y voluntarias de cada entidad animalista, conocidos como los «alimentadoras de colonias», pues mayoritariamente son voluntarias quienes se prestan a esta labor. El ayuntamiento también contempla un programa de formación de gestores de colonias controladas, con el que se obtiene un carnet acreditativo. Así pues, se dispone de un equipo mentalizado y entusiasta de su trabajo, amparado por una representatividad pública y unos conocimientos previos adquiridos. La organización es compleja e importante, pues ya son más de trescientas personas las acreditadas dentro del voluntariado, que abarca, por zonas y distritos, la totalidad de la ciudad. Todo esto no hubiese sido posible sin encontrar la disponibilidad, el interés y los medios que tan solo una entidad local puede ofrecer.

Logística

  • Localizar e identificar la ubicación de la colonia: calle, plaza o lugar específico a gestionar.
  • Contabilizar el número de individuos de que se compone.
  • Esterilización de las hembras, castración de los machos y posterior retorno de todos a las colonias origen.
  • Desparasitación y control veterinario.
  • Recogida de aquellos gatos que necesiten ser adoptados por algún motivo especial.
  • Alimentación con pienso. Es importante informar, mentalizar y pedir a la ciudadanía su colaboración, para no dar otro tipo de alimento y siempre dentro de esta misma zona. Algunas colonias disponen de dispensadores para el pienso y casetas a modo de refugio.
  • Higiene de la colonia, evitando riesgos sanitarios, tanto para los gatos como para sus vecinos.
  • Informar de cualquier incidencia que haya sucedido: desaparición de gatos, posibilidad de algún maltrato, etc.
  • Anualmente, las entidades deben presentar a la Oficina de Protección de los Animales del Ayuntamiento de Barcelona, OPAB, un listado con el seguimiento de los movimientos que se han producido en la colonia durante todo el año: bajas, nuevas entradas, número de esterilizaciones realizadas, adopciones, etc.

Clasificación

La información obtenida permite tener actualizada la gestión y evolución de cada una de las colonias para confeccionar, posteriormente, un mapa general de todas las colonias de la ciudad, identificadas por tres colores distintos, dependiendo del número de individuos que viven en ella:

·         VERDE: colonias pequeñas de 0 a 15 gatos.

·         AMARILLO: colonias medianas de 16 a 30 gatos.

·         ROJO: colonias grandes más de 30 gatos.

En Barcelona, en el año 2013, se identificaron 625 colonias controladas, con un número total de 9.404 gatos. Las cifras señalan, por ejemplo, que la media en una colonia de 13 gatos es el 70 %, el 21 % las medianas y el 9 % las grandes (ver gráficos).

Barcelona, que ya luce con orgullo su título «ciudad amiga de los animales», puede considerarse pionera en Europa en haber logrado resolver, mayoritariamente, el problema de los gatos urbanos que, se quiera o no, siempre existirá en cualquier núcleo urbano, y que ha causado problemas de rechazo y convivencia con cierta ciudadanía.

 

Ong ADDA   -Junio 2015


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