En nuestro primer editorial, hace ya más de un año, expresábamos que nuestra información debería ser: seria, veraz y rigurosa. Un reto que asumíamos y que nuestros lectores, mejor que nadie, deberán dilucidar. El pasado 12 de febrero se celebraron en la población de Villanueva de la Vera (Cáceres), una vez más, las fjestas del Pero-Palo y dentro de ellas la «procesión» del burro. Esta fiesta, con utilización de animales, ya fue denunciada, por vez primera, por la asociación ADDA MADRID en el año 1986, y, también por vez primera, salta¬ba al conocimiento del público. Durante estos últimos años ha pasado a ser una de las más famosas y polémicas y, por ende, más noticiables y controvertidas. Ello ha sido debido, en su mayor parte, a la con-tinuada e incansable presión del International Donkey Trust inglés que ha logrado interesar a otras importantes asociaciones europeas. Prácticamente podría decirse que las asociaciones españolas se limitaron a denunciar, tomando la acción y protagonismo otras extranjeras.

Se ha dicho y escrito mucho sobre el Pero-Palo. Más fuera que dentro, es cierto. Pero... ¿qué ocurre, realmente, en el Pero-Palo, visto, como es lógico, bajo el punto de vista animalista? ¿Son creíbles las versiones, algunas de ellas divergentes, que vienen llegando a nuestros archivos documentales? Y así fue como ADDA DEFIÉNDELOS ANIMALES decidió cubrir, este año, la información sobre el desa¬rrollo del festejo para poder con¬trastar la realidad con las noticias recibidas e informar, así, a nuestros amables lectores. Deseamos tratar el tema con la suficiente profundidad, no tan sólo para hacer un relato de los acontecimientos lo más fidedignamente posible, sino estudiarlos dentro de sus implicaciones históricas y de identidad. Se trata, de una vez por todas, de dejar enmarcado lo sucedido hasta ahora y vislumbrar cómo se presenta el futuro. Para ello le dedicamos al tema un amplio y detallado espacio, reafirmando el carácter documental y de consulta de nuestra publicación. Lean, entérense y, si lo desean, escríbannos. El contacto con nuestros lectores, en cualquier circunstancia, es una sabia y democrática práctica.