El pasado 7 de marzo de 2000, días antes de las elecciones generales españolas, llegaba al Defensor del Pueblo de Madrid, como finalización de la campaña, una voluminosa caja conteniendo el compromiso de 7.620 españoles y españolas que votarían al partido que presentase, dentro de su programa electoral, una mayor atención en favor de la causa animal.

Esta acción, campaña VOTO ÚTIL, primicia en España, ha sido el resultado de una paciente labor. No se ha recurrido a la acostumbrada recogida de firmas. ADDA ya presentó hace años más de un millón de ellas entregadas en el Ministerio del Interior para que se suprimiesen las fiestas crueles con animales. De poco sirvió: se está igual o peor. Por esto esta nueva estrategia mucho más laboriosa, pues cada votante firmaba su propio Manifiesto y asumía este compromiso. Es importante que los políticos sepan que si los animales no pueden votar, sí que pueden quienes los defienden.

La Secretaría del Defensor del Pueblo, puesta en contacto con ADDA, aseguró que -por la ley que les obliga al ir cada Manifiesto individualizado- contestarán dando acuse de recibo a cada persona; de forma que no tienen que extrañarse ni alarmarse quienes han participado en esta campaña al recibir tal escrito.

Los 7.620 Manifiestos entregados iban acompañados de la solicitud de ADDA que una vez constituido el nuevo Congreso de los Diputados, fuesen a su vez entregados al nuevo Presidente del Congreso, en este caso María Luisa Rudi, para que hiciese saber a sus señorías tres peticiones: legislar una ley nacional marco de protección y defensa de los animales, tantas veces prometida pero incumplida, la supresión inmediata de las fiestas crueles con animales y la modificación del actual Código Penal para que sea tipificado como delito la crueldad con los animales cuando actualmente tan sólo es una falta.