Incendio en l'Empordà

ADDAREVISTA 45

Durante el mes de julio de 2012, un importante incendio arrasó más de 20.000 hectáreas de una gran parte del Alt Empordà (Girona), zona limítrofe con Francia y la más densamente arbórea de Cataluña. En pocos minutos, impulsado por la tramontana a una velocidad indescriptible (más de 60 kilómetros), con las consiguientes rachas que la caracterizan, el fuego se extendió con una rapidez insospechada. La tramontana, de vector norte, es típico de esta parte del pirineo; llega hasta la población de Figueras por la parte española y más lejos de Perpignan por la francesa. Casi siempre va parejo con el mistral de la desembocadura del río Ebro y por la parte francesa del río Ródano. Al mismo tiempo en Portbou (Girona), nudo ferroviario internacional, se declaraba otro incendio de menor extensión, pero con más victimas humanas. En total, fueron tres las bajas humanas, y... ¿cuántos animales quemados vivos? Las causas verdaderas probablemente no se sabrán, aunque se atribuyen a unas colillas de cigarrillos lanzadas desde automóviles.

 

El Alt Empordà es —o era— una extensión muy rica en vegetación, con numerosísimas granjas con cría de diferentes especies domésticas. Está cuajada de ellas entre numerosas poblaciones diseminadas y, en todo su conjunto, es una parte de Cataluña con un elevado potencial productivo y económico. El invierno fue seco y los bosques estaban llenos de maleza y arbusto mediano: la situación propicia para que ocurriese este desastre. ¿Por qué los bosques se hallaban, al igual que en muchos otros lugares de España, en un deplorable estado? Pues porque sus propietarios no encuentran beneficio económico en limpiarlos y desbrozarlos. Consideran que esto corresponde a las diversas administraciones. Entre tanto en España el ingente número de parados no cesa de crecer, muchos de ellos cobrando del paro para no hacer nada; pura holganza laboral forzada.

 

El paisaje, la naturaleza, es un constante contraste de aspectos: áridos, secos, verdes, montañosos, lacustres, etc. Cada uno tiene sus características, pero en todos existe vida. Desde un escondido insecto nocturno, una ave que lo sobrevuela o un animal que está pastando. Ahora ocurre que ya no es tanto así. Definitivamente los animales en el campo han desaparecido. La maldita cría intensiva los ha encarcelado y condenado para sacar tan solo de ellos beneficio. Solo beneficio. Cuanto más beneficio y rentabilidad mejor, hasta olvidarse de que son seres sintientes y sufrientes. Antes, las cabras, los bovinos, los cerdos, los caballos pastaban y se les veía en los campos. Ahora si se encuentra uno es por casualidad y habría que preguntarse si su poseedor —no propietario, porque la vida no tiene dueño— será uno de los pocos que forma parte de este todavía reducido grupo humano que se preocupa por ellos, por el medio ambiente, por el cambio climático, etc. O, si es persona del campo, por una contumaz continuidad de la cultura de sus ancestros.

 

El incendio del Alt Empordà se extendió tan rápidamente, que en muchas masías sus propietarios tan solo tuvieron tiempo de salvar sus vidas. Cada incendio de un bosque significa un holocausto de todos los animales que viven en él, pero si son domésticos, entonces dependen del hombre. Allí quedaron rebaños enteros de ovejas encerradas en sus corrales abrasadas vivas y cientos de vacas, bueyes, cabras y aves de corral que fueron pasto de las llamas. O, como se ha visto, grupos de caballos y burros corriendo despavoridos; eso, si pudieron encontrar una salida para su salvación. ¿No es hora ya de olvidarnos de la palabra intensivo para la cría y aplicarlo al pastoreo inteligente y realmente «intensivo» en el campo, que es en donde deben estar?, ¿o del ramoneo de las cabras —que ya están en peligro de extinción— que se dedican a cortar los brotes del bosque bajo, algo que impide que estos brotes con el tiempo devengan arbustos y se conviertan en un material altamente incendiario? ¿O de los cerdos, que son animales limpios e inteligentes en su medio natural? Es posible que todo lo anterior suene a quimera, pero es sabido y se ha aplicado durante largos años. Es hora de una profunda reflexión; aprender de lo acontecido y reaccionar para que humanos y animales, insertos en la naturaleza, puedan encontrar un sistema más racional de entendimiento.

 

Ong ADDA  -Diciembre 2012


Relación de contenidos por tema: Ecología


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