Las pruebas en cosméticos con animales, la Directiva sin fin.

ADDAREVISTA 22

Famosos y famosas de toda Europa se congregaron en Bruselas, un mes de noviembre de 1996, para entregar a la Comisión Europea, la mayor solici­tud, en forma de firmas, jamás presentada en el mundo en favor de los animales. Asistieron al encuentro: la cantante británica Chrissie Hynde, el actor Andrew Sachs, la guionista Carla Lañe, periodistas y numerosos representantes de los animalistas, que acompañaron a Anita Roddick (The Body Shop) y Mike Baker (BUAV). Después del intento de presentación a la Comisión Euro­pea, tuvo lugar una conferencia de prensa y una manifes­tación con numeroso público, gente afín a Body Shop y representantes de la Coalición Europea a la que se unieron algunos Eurodiputados.

La petición avalada con más de ¡4 millones de firmas! se dirigía al Presidente de la Comisión Europea, Jaques Santer. Se pedía un cese inmediato al uso, cruel y innecesario, de animales en las pruebas de los cosméticos. Pero Santer no apareció. Anita Roddick, fundadora y ejecutiva princi­pal de "The Body Shop", y Mike Baker, entonces director de la BUAV y presidente de la Coalición Europea para el Fin de los Experimentos con Animales, COEAEA, de la que es ADDA representante para España, fueron los encar­gados de llamar a la puerta, en la que tan sólo apareció el funcionario de turno a quien le tocó hacer el ritual.

Anita, disgustada y furiosa por haber sido recibida de esta forma, se despachó a gusto en la posterior conferencia de prensa: "nuestra petición demuestra un apoyo abrumador en toda Europa para la prohibición del uso de animales en las pruebas de cosméticos. Quisimos presentarla a Jaques Santer, pero él se ha negado a estar presente. Puedo revelar porque: hace tres años -esto era en el año 1993-, se acordó que a partir del 1 de enero 1998, se impondría una prohi­bición en toda Europa en la venta de cualquier producto final cosmético, o ingrediente, que hubiese sido experi­mentado con animales. Ahora sabemos que la Comisión rompe con su promesa. Esto es un bofetada en la cara de 4 millones de europeos que firmaron nuestra petición y demuestra que la gente de Europa tiene razón; la Comi­sión simplemente no escucha. Hemos visto ahora las pro­puestas de la Comisión. No habrá una prohibición para los ingredientes de cosméticos, e incluso la prohibición del producto acabado a partir de 1 enero 1998 contiene una cláusula de escape que permite algunos experimentos bajo "circunstancias excepcionales". Esto es totalmente inacep­table".

Un sondeo de opinión hecho por MORI para The Body Shop muestra que la prohibición tiene un abrumador apoyo en Gran Bretaña, con el 73% de los entrevistados apoyándola y que al fin prohibió las pruebas con animales. En Suecia un 70% están en favor de la prohibición, en los Países Bajos un 66%, en Alemania un 61%, en Italia un 45% y en Francia -hogar tradicional de la industria de la belleza- el 54%.

Han pasado más de cuatro años desde aquel evento. La Comisión que planificó una nueva revisión para el año 2000, llegado su vencimiento volvió a incumplirla. La Directiva ya está por su séptima enmienda convirtiéndose en el cuento de nunca acabar. Una prueba más que los políticos, estén en Europa o en sus respectivos países, se hallan presionados por los loobys de la industria que tie­nen bien establecidas sus oficinas y sus núcleos de presión en el mismo Bruselas. Parece ser que el sentir popular queda ahogado por los intereses económicos. Una reciente y lacerante realidad que ha tenido que ser ahora, por fin, urgentemente ventilada, se tiene en la conmoción que ha supuesto el mal de las vacas locas. Existieron, en su momento, las mismas presiones en favor de la industria de aquel sector.

PINGÜINO, de FRANS LANTING

El gran fotógrafo y naturalista holandés Frans Lanting nos vuelve a obsequiar con un libro de fotografías, dedicadas, en esta ocasión, a retratar los pingüinos, que supone todo un canto a la naturaleza. Lan­ting realizó durante tres veranos consecutivos tres expediciones para conocer mejor a la más humana de todas las aves. Sus viajes le llevaron primero a las islas Malvinas, donde habitan los pingüinos más pequeños (moñudos, juanitos y pingüinos de Magallanes); posteriormente a Georgia del Sur, donde se encuentran las más importantes colonias de pingüinos reales; y por último a la Antártida, el más difícil, donde pudo ver de cerca al más célebre de la especie, el pingüino emperador, cuya existencia se desarrolla en las condiciones más extremas.

Más de 110 fotografías ilustran este inmenso y deslumbrante trabajo, que nos acerca con todo lujo de detalles a una ave de la que normalmente sólo se conocen sus aspectos más frivolos y de la que, en cambio, se ignora su estructura social, sus habilidades para la caza, sus métodos reproductivos o su magnífica adaptación a climas tan extremos como el polar. Lanting se muestra sorprendido por la fiereza con la que el pin­güino moñudo defiende su hogar de los intrusos y por la estabilidad de su vida en pareja; por la diligencia casi militar de los pingüinos reales, o por la resistencia sin límite y capacidad de sacrificio del pingüino emperador. Comportamientos todos ellos que hacen que el observador naturalista no puede evitar buscar puntos de contacto entre pingüinos y humanos. En sus propias palabras: "Este libro pretende ser una inter­pretación personal de los pingüinos que vi, más que una historia natu­ral de toda la especie. Sólo espero que mi obra sea considerada como un homenaje al individuo que se esconde dentro de cada uno de ellos". (Frans Lanting, Pingüino. Editorial Taschen 1999. Madrid).


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