(Al cierre). Abril 2011. Con premeditación y secretismo el mes de abril de 2011 fue revelador. El gobierno francés en voz de un taurófilo con motivo de la inauguración de la Feria de Nimes daba a conocer algo que se mantuvo silenciado desde enero en que fue aprobado: Francia, uno de los países más relevantes en Europa, catalogaba a las corridas en el Inventario del Patrimonio Cultural de la nación. Un grupo de 9 personas encabezado por André Viard –antiguo torero- en un informe de 13 paginas –está a disposición de los interesados- lograba este insólito acuerdo. Era sabido ya antes de su elección, que el Presidente Sarkosy era partidario de las corridas.

Localizadas en al sur y suroeste de Francia son los únicos lugares que por una tradicionalidad -siempre discutida- en donde están permitidas ciertas actividades festiva en las que participan toros. Existen: la corrida camarguesa, la landesa, “el abrivado” y las corridas a la española que son un triste legado de la emperatriz Eugenia de Montijo (Granada 1826-1920) esposa de Napoleón III. Tan sólo la corrida española es la que se mata al animal después de la sucesiva crueldad organizada. Celebrar una corrida, por ejemplo, en el amplísimo resto de la geografía francesa significaría un flagrante delito. En el mismo informe se detalla, en cifras globales y anualmente, que el número de corridas es de 200, que las camarguesas son 900 y las landesas 600. No mencionan a los abrivados. Nada tienen que ver con las corridas a la española, pues aunque resultan ser un maltrato, no hay muerte y se asemejan a unos recortadores tratando de esquivar al animal.

Las tácticas utilizadas por los pocos partidarios de los toros en Francia acostumbran a ser engañosas para el logro de sus aspiraciones. Por ejemplo, en un intento de influir para que Cataluña no prohibiese las corridas en un escrito presentado al Parlament figuraban un listado de cargos que si fueron electos ya no lo eran y había hasta muertos que resucitaron para acogerse al manifiesto (ver ejemplar nº 40, o entrar en www.addarevista.org)

La trazabilidad inequívoca del objetivo está claro: incluir unos festejos propiamente nacionales junto a otro importado –la corrida a la española- que es en realidad el objeto apetecido. Así pues, con un posterior salto cualitativo, se puede elevar la solicitud a la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la prestigiosa UNESCO, y ser declaradas lo que se pretende: Bien Cultural Inmaterial. Con ello, no tan sólo en Francia sino en todos los países en donde todavía se practican las corridas, adquirirían este deseado sello de calidad cultural. El logro francés está auspiciado e impulsado por la preocupación de la gente del toro existente en España que ven el desarraigo progresivo que tienen las corridas.

Si esto se lograse quedaría todo el bienestar animal en entredicho. Cada país podría argüir la pretensión de consolidar cualquier festejo o actividad tradicional dañina con los animales: la vuelta a la caza de zorro, la continuidad en la matanza de focas, las fiestas populares crueles con los animales y numerosísimas acciones –tradicionales- que existen en todo el mundo.

En pleno siglo XXI cuando la mayoría de los ciudadanos gracias a un desarrollo sociocultural de sus respectivos países rechaza la crueldad y el maltrato de los animales, resulta inaceptable que prosperen este tipo de prácticas interesadas impuestas en contra el criterio mayoritario de sus habitantes.

ACCIONES INMEDIATAS

Este suceso, que ahora se expone por primera vez, requerirá una fuerte y enérgica protesta. Las primeras respuestas ya se están produciendo. Brigitte Bardot en una carta abierta (silenciada por los medios españoles) ha puesto verde al ministro de cultura francés y los escritos de protesta y campañas de las asociaciones francesas -como directamente implicadas- y las de todo el mundo, irán en aumento. Es posible que ante un rechazo masivo, los políticos que lo han auspiciado perciban el verdadero alcance de lo silenciado hasta ahora obtenga una dimensión nunca pudieron llegar a imaginar.

Ong ADDA ya tiene en la portada (home page) de su web www.ongadda,org esbozada la campaña que se irá perfeccionando a lo largo de los acontecimientos, pero que ya ofrece al lector un importante punto de partida para su participación.