El tráfico ilegal y el "amor" por los animales - Francesc Minguell

ADDAREVISTA 6

Francesc Minguell es Director Técnico del Centro de Protección Animal dependien­te de la Generalitat de Catalunya e integrante del mismo, desde su creación ahora hace dos años. A través de este período son infinidad los casos que han ido presentándose frente a su mesa de trabajo, adquiriendo, cada vez, una mayor experiencia en un campo nuevo hasta entonces. Está colaborando activamente en toda la temática de tráfico de especies y podemos asegurar, por comentarios muy favorables recibidos, que su ayuda es de gran valía. Este es su primer contacto con nuestros lectores y esperamos, en el futu­ro, nuevos e interesantes trabajos.

En los últimos tiempos está sur­giendo en España un creciente mo­vimiento de animales exóticos en vías de extinción. Parece ser que nuestro país es la vía de entrada más importante de este tipo de anima­les procedentes normalmente de Africa, Sudamérica y el Lejano Oriente, con destino a la comuni­dad Europea. Si bien la gran mayoría de la gente cree que este tipo puede ser marginal y poco lucrati­vo, lo cierto es que las cifras que se barajan son muy elevadas, situán­dose el tráfico de animales en tercer lugar en importancia después de drogas y armas.

He aquí algunos datos de interés: Entre 1977 y 1981, Senegal expor­tó un promedio anual de 1.204.000 aves de adorno: la mortalidad final fue casi del 90 %. De los macacos capturados en Indonesia con desti­no a la exportación, el 60-70 % mueren antes del embarque. De ene­ro a septiembre del año 1990 se han solicitado autorizaciones zoosanitarias para importar en España más de 875.000 aves de ornamentación, 6.261 serpientes, lagartos e Iguanas, 5.100.000 tortugas de tierra y culti­vo, 18.000 ardillas, mapaches y si­milares y varios cientos de otras es­pecies. Estas especies figuran como importaciones en régimen comer­cial, y por lo tanto, no incluyen las declaradas como de animales de compañía.Estas cifras son sólo una muestra del tráfico legal, que representa un bajo porcentaje respecto al tráfico ilegal, sobre todo de algunas especies muy protegidas. Además, se debe tener en cuenta que no todos los animales tienen su destino en España, sino que muchos de ellos pasan por nuestro país de tránsito hacia otros europeos.

El comercio de especies protegidas, o en vías de extinción, está regulado por Convenios Internacionales; el más conocido de los cuales es el de Washington, conocido por las siglas CITES. Estados Unidos prohibió, hace diez años, la venta de primates como mascota. Suecia lo hizo, además, con las aves psitácidas (loros, cotorras, papagayos, etc.). Las autoridades comunitarias europeas vienen denunciando la situación, especialmente grave, del tráfico de animales en España y el incumplimiento, por parte de nuestras autoridades, de los Convenios Internacionales. La prensa, últimamente, se está haciendo eco de estas quejas y aparecen en los distintos medios de comunicación, artículos y reportajes dirigidos a sensibilizar a la población. No obstante, parece ser que las sociedades proteccionistas españolas hacen caso omiso de estas advertencias y recomendaciones y están colaborando, poco o nada, con las autoridades para intentar remediar la situación.

Si bien con la aparición de las leyes de protección animal han surgido «protectores» por doquier y las solicitudes para formar sociedades protectoras y/o defensoras de los animales son muy numerosas, es obvio que la «protección» se limita, casi exclusivamente, a los animales de compañía —perro y gato— y, útlimamente, a los de peletería.

Desearía que todos los amantes de los animales conociésemos cómo funciona el tráfico de especímenes por nuesetro país; ¿qué es lo que está permitido y lo que se prohíbe?

Ydedicar algún esfuerzo a colaborar, para limitar, este tráfico, pues la situación en nuestro país es urgente. Es necesaria la participación de todos. La responsabilidad de la existencia de este tráfico no es sólo de los traficantes sin escrúpulos, sino de la tonta moda de tener como "de compañía» a un animal exótico: Cuanto más exótico, mejor. O, también, la pertenencia de otros objetos procedentes de animales en vías de extinción, tal como: el marfil, las pieles, los bolsos..., etc. En la mayoría de los casos, al igual y como hemos venido observando con la problemática de los animales de compañía, las injusticias son debidas a una educación deficiente, hacia el respeto por la vida y a nuestro entorno.

En el caso de estas mascotas «exóticas» se observa, también, que la mayor parte de las personas que acuden a una tienda para adquirir uno de estos animalitos —loros, monos, etc.— desconocen completamente no sólo de los cuidados que tendrán que ofrecer a su nuevo huésped, sino también, sobre cuál ha sido el canino recorrido por estos pobres seres desde su vida libre hasta la jaula donde ahora se encuentran. Creo que si se conocieran los procedimientos seguidos hasta llegar los animales a las tiendas, muchos de estos caprichosos «amantes» renunciarían a su compra y dejarían, así,  de alimentar y favorecer este comercio, con la consiguiente ayuda a la protección de las especies en peligro de extinción. Tema que queda pendiente para futuras colaboraciones (Francesc Minguell, veterinario, en exclusiva para AdlA). 


Relación de contenidos por tema: Conservacionismo


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