Un vehículo todo terreno llamado: ADDA Defiende los Animales

ADDAREVISTA 4

Por tercera vez, nuestra publicación se hace eco, y acude en defensa, de los elefantes africanos. Es un animal carismático de aquel continente en inminente peligro de perder su identidad. En el primer número de ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES, ya se hacía un amplio informe de la situación. En el número dos, Bill Clark nos relataba una hermosa historia del rescate de un bebé elefante en Liberia, meses antes que se desatase el final de una terrible y cruenta guerra civil; hemos de volver sobre «Regina» y conocer sobre su paradero. Ahora nuevamente, de la mano del mismo Bill Clark, conocemos los resultados que pueden esperarse al equipar a los «rangers» con un mejor material para su labor. En las ACCIONES, que siguen a este artículo, encontrarán la forma de ayudar económicamente a este bello proyecto que ya es una realidad.

Una vez había un vehículo «todo terreno» del ejército norteamericano identificado por su número de chasis, el W24BE75214443, bien diseñado para operar en las más difíciles condiciones. No tiene nada de anormal. Alineado en una formación militar nadie lo distinguiría de sus hermanos, el W24BE75214442 y el W24BE75214444. ¡Ni tampoco entre las más de 44.000 unidades construidas de este mismo tipo! Tristemente, W24BE75214443 fue construido para ir a la guerra en Europa. El, como tantos otros miles, estaba pintado con camuflaje a rayas verdes y grises y acondicionado con unos bancos de madera, en la parte trasera, para llevar diez soldados con equipo completo incluido armamento y municiones. Fue destinado a la base del ejército de Germersheim, en Alemania, y allí estaba en espera de cualquier conflicto bélico.

Pero ocurrió un milagro. Los americanos y los rusos dejaron sus armas a un lado, se estrecharon las manos y hablaron de paz. Ambos bandos empezaron a desmantelar sus ejércitos a lo largo de la frontera con Alemania. Desde Germersheim, miles de soldados partieron hacia sus casas de los Estados Unidos; pero W24BE75214443 permaneció estático, esperando pacientemente junto a sus hermanos, en una fría y fangosa explanada. Su motor no estaba provisto de un catalizador, tenía un tipo no homologado de cintures de seguridad y habían tantísimas otras cosas que no
concordaban con el código de circulación de los Estados Unidos que las autoridades aduaneras no permitieron que volviese al país donde había sido construido. ¡Pero el W24BE75214443 estaba en magnífica forma! Con tan solo 27.000 kilómetros, se podría decir que era aún adolescente: su motor rodaba como el corazón de un atleta. Estaba perfectamente sano, como lo podía certificar cualquier inspección mecánica.

Por entonces la asociación americana AMIGOS DE LOS ANIMALES (Friends of Animals), FoA, estaba en tratos con el Departamento de Defensa. FoA siente una gran preocupación por el desastre que causan los cazadores furtivos de África y, en especial, está comprometida con la terrible destrucción que han sufrido los elefantes. En 1980 habían cerca de 1.300.000 elefantes en África. Ahora, en 1990, un millón han sido eliminados y su población reducida a unos 350.000. No se tiene que ser ningún Einstein para calcular que los furtivos han estado masacrando una media
de100.000 por año. Esta cifra de matanzas se reduce sensiblemente en 1989 cuando por acuerdo del CITIS —organismo internacional para la conservación de las especies—, se aprueba la protección del elefante africano y se prohibe el tráfico de marfil. Si ésto se combina con la simpatía que, en general, siente la gente por los elefantes, se comprenderá el por qué de esta reacción tan positiva. Hoy en día en vez de los 100.000 elefantes abatidos anualmente, los destrozos producidos por los cazadores furtivos han quedado reducidos en el 88 por ciento. Quizás, aún, 12.000 de ellos continúen cayendo acribillados. Ha sido un gran adelanto; pero no es bastante.

Una de las razones que pueden atribuirse al gran éxito de los furtivos se debe a que los «rangers», encargados de la vigilancia, poseen muy pocos vehículos. Normalmente las patrullas las hacen a pie y existe tantísimo terreno por vigilar que los furtivos escapan, simplemente... ¡porque tienen bicicletas!

La Asociación AMIGOS DE LOS ANIMALES explicó a las autoridades norteamericanas que algunos de estos «todo terreno» podrían ser muy útiles para las reservas africanas y el gran provecho que podrían reportar en favor del elefante africano. El ejército accedió. Existían algunos tecnicismos que superar: la ley, en los Estados Unidos, prohibe que el ejército pueda hacer donaciones. Por ello se tuvo que modificar: el senador Robert Kasten, por Wisconsin, introdujo una cláusula que se autorizaba la donación si era «equipo destinado a proyectos para la conservación y la protección animal». En Noviembre, 1990, me reuní con el diputado ayudante del Secretario de Defensa, Mr. Robert Wolthius en Germersheim. Hablamos muy en serio del W24BE75214443 y de cuarenta de sus hermanos. Pusimos en marcha sus motores e inspeccionamos baterías y radiadores. Hablamos de las dificultades de los parques africanos y cómo unos pocos vehículos resolverían grandes problemas. Y también hicimos unos simples cálculos: un flamante vehículo de esta clase se vende por 17.400 dólares en norteamérica. La flota que teníamos delante nuestro había costado al contribuyente americano 713.400 dólares: «Son suyos», me dijo Wolthius. Y además de este magnífico regalo, el Departamento de Defensa nos subvencionó con 20.000 dólares para ponerlos a punto y en las mejores condiciones mecánicas. Una vez realizado este trabajo, los americanos accedieron a transportarlos desde la base de Germershein hasta el puerto de Rotterdam en Holanda.

Pero toda la generosidad tiene un límite. Y con esto, la generosidad del ejército termina en Rotterdam. 
Queda el tema del traslado desde Rotterdam a las llanuras de Seren-geti, a las selvas de Ghana y Togo o a las zonas ribereñas del sur del Chad donde los traficantes pasan, de contrabando, el marfil. La asociación FRIENDS OF ANIMIALS, FoA, está dispuesta a contribuir, pero toda la operación de traslado asciende alrededor de los 80.000 dólares (unos 8.000.000 de pesetas), cantidad que sobrepasa sus posibilidades. Por esto hicimos una llamada de ayuda a nuestros amigos: La división de ordenadores Siemens-Nixdorf contribuyó con 40.000 marcos. Más tarde lo
hicieron la Fundación Summerlee de Dallas (Texas), la Fundación Franz Weber de Suiza, la Academia de Ciencias y la Sociedad Nacional de Protección de la Naturaleza francesas.Y, naturalmente, ¡ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES!

Esta revista correrá con los gastos de transporte de un «todo terreno» oficialmente conocido como el W24BE75214443. Ahora se llama «ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES» y tendrá Tanzania como destino, en una zona protegida denominada Selous, de 55.000 kilómetros cuadrados de extensión (más grande que Suiza), con una gran variedad de animales salvajes. La región de Selous es conocida por sus jirafas, leones, antílopes y bellísimos pájaros. Pero, lo más importante: es famosa por sus elefantes.
Hace diez años, Tanzania era el hogar de más de 316.000 elefantes de los cuales 109.000 vivían en el Selous. Hoy en día los cazadores furtivos han diezmado la población por debajo de los 80.000 y tan solo 55.000 quedan en la reserva. El Selous es, obviamente, la fortaleza más importante de elefantes de Tanzania. Deben ser protegidos. Y «AddA» pronto estará allí cumpliendo con su deber. En vez de soldados, llevará a los «rangers» hacia el interior del habitat de los elefantes y a bordo de este poderoso «4x4», podrán desplazarse a lo largo y ancho de las sabanas con efectividad, haciendo desistir a los cazadores furtivos de matar elefantes para la venta, en el mercado negro, del marfil.

Es cierto que existe una razón ética para proteger la larga agonía de los elefantes: simplemente, no se les tiene que matar. Y matarlos por algo tan trivial como lucir, luego, un brazalete de marfil es de una horrible corrupción moral. Pero existe, también, una razón biológica para protegerlos: son muy importantes para la vitalización de los hábitats y la vida de muchos otros animales salvajes y plantas dependen de ellos. Por ejemplo: en el Soleus, los elefantes comen gran cantidad de hierba y esto impide que crezca demasiado alta. Existen ocasionales incendios en la región y una hierba alta quema peligrosamente mientras que si es baja, comparativamente, el peligro y la extensión es mucho menor. Por esto a una hierba de nivel bajo los incendios ocasionan menores destrozos. También durante las épocas de sequía, los elefantes se dirigen a los resecos lechos de los ríos y cavan hoyos para beber. Y las cebras, los antílopes y los pájaros también beben de estas «fuentes».

Paralelamente las plantas se benefician de ello. Existen muchísimas plantas cuyas semillas no pueden germinar hasta que ha actuado sobre ellas ciertos ácidos que contiene el estómago de los elefantes y estos árboles resultan, más tarde, lugares para anidar aves, cobijos de sombra para mamíferos y producen frutos que hacen sus delicias. El ciclo del ecosistema todavía permanece intacto pero está siendo atacado por los cazadores furtivos.

El gobierno de Tanzania ha demostrado una buena predisposición. En la reunión de la CITIS, Tanzania fue uno de los países que se adhirió a una efectiva ley que protegiese a todos los elefantes salvajes del comercio del marfil. También ha demostrado sus buenas intenciones destinando 2.000 rangers a la protección de los animales. Pero Tanzania no es un país rico: una cosa es encontrar una persona para proteger a los animales y pagarle con «shillings» de Tanzania y otra, completamente diferente, es comprar vehículos que deben ser importados. Para ello se necesitan monedas fuertes de Europa, USA o Japón. Y en Tanzania, sencillamente, no existen estas posibilidades.

Pero sí que existen otras formas de resolver los problemas. Por ejemplo, la contribución del ejército americano y la contribució, entre otros, de la revista ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES para hacer llegar los vehículos a su lugar de destino. El 4 x 4 «Adda» ha sido proyectado reciclado: fue una vez, una máquina de guerra y ahora empieza un nuevo destino como instrumento de paz. Y paz para los animales que han recibido una cruel persecución durante estos últimos años. 

Sin duda alguna "AdlA" tendrá muchas aventuras rodando a través de las tierra africanas y en futuros números de estas revistas, tenemos proyectado ofrecerles emotivos relatos describiendo lo que ha estado haciendo para proteger a los animales en Tanzania.

 

Ong ADDA   -Octubre/Dicembre 1990


Relación de contenidos por tema: Conservacionismo


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