La caza: un peligro para las especies y quienes las practican

ADDAREVISTA 21

CATALUÑA BAJO PUNTO DE MIRA

En un informe publicado por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca, DARP, de la Generalidad de Cataluña, acerca de las áreas de coto (veda) de caza en Cataluña entre 1997 y 1998, se llega a la conclusión que cada vez hay más áreas de caza gestionadas. En conjunto, las zonas donde no se puede cazar son el "Parque Nacional d'Aigües Tortes" y el "Estany de Sant Maurici", las reservas naturales integrales (dos), los refugios de caza y los de fauna salvaje (27 ha. en 2.106 ha.), y las zonas declaradas de seguridad. Significa que tan sólo está prohibida la caza en un 1,6% de la superficie de Catalunya. Las áreas de caza, de las cuales la Generalitat es titular, representan un 10,5 % del territorio. La parte restante (aproximadamente un 85 %) la constituyen 1.408 áreas privadas de caza (habitualmente llamados cotos o vedados).


  En 1996 se expedieron en Catalunya 104.085 licencias de caza, y desde finales de ese mismo año, no sólo el DARP ofrece las licencias sino que también pueden expedirse en las oficinas de la Federació Catalana de Caza -con una fuerte presencia en el DARP- de Barcelona, Girona y Tarragona, con lo cual los trámites se simplifican. Observaremos que la desaparición de las especies animales en el mundo, y en Catalunya en concreto, está directamente relacionada a las facilidades que se ofrecen para que los cazadores practiquen este deporte tan lúdico que consiste en aniquilar a otros seres vivos.


FRANCIA EN CIFRAS

Un estudio elaborado en Francia por la oficina nacional de caza la pasada temporada 1997/1998 con motivo de la regularización del manejo de armas y la seguridad personal puso de manifiesto 227 accidentes entre los cazadores, de los cuales 45 fueron mortales. Parece ser que los franceses del norte son más prudentes que los franceses del sur. El 58% de los accidentes tuvieron lugar entre septiembre, octubre y noviembre, ya que en estos meses se concentra la mayor parte de las modalidades de caza. El estudio también revela que los cazadores más jóvenes no son los más peligrosos; con menos de 30 años han causado un 18.5% de accidentes mientras que los mayores de 50 han provocado un 48.8%. El 91% de la víctimas son los propios cazadores y el 9% restante sus acompañantes. La mayoría de ellos se producen cazando jabalíes, puesto que las armas que han de utilizarse son mucho más potentes y la caza suele realizarse en espacios más cerrados como son los bosques.

En resumen, del estudio se desprende que la caza no es más peligrosa que otras actividades al aire libre, pero que está empezando a ser preocupante sobre todo debido al creciente número de cazadores que pasan de cazar piezas pequeñas a piezas mayores y con ello el tipo de arma que utilizan. Recientemente se ha regulado, también en España, una formación obligatoria sobre el manejo de armas y las normas de seguridad, conocimientos mínimos antes de pasar el examen para obtener el permiso de caza. El presidente del Tribunal correccional de Verviers (Bélgica) sancionó a una banda organizada, y armada, de cazadores furtivos que venían actuando durante años. La condena fue de 42 meses de prisión para su cabecilla, 26 meses para su colaborador más inmediato y seis meses a los compradores del resultado de la caza; durante enero del 1993 y diciembre de 1996 abatieron, de forma ilegal, unos 3.000 animales. Llegaron a obtener beneficios de hasta 60.000 francos cada mes. El "modus operandi" de estos grupos suele consistir deslumbrar a los animales con potentes focos durante la noche para después matarlos; luego avisan por teléfono a otra persona para que recoja los cadáveres y los lleve a un lugar clandestino. Un trabajo de lo más limpio...

 

Ong ADDA   Mayo 2000


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