
Carta desde Alicante - John Greenstead
Hoy es un día lluvioso y gris. Ayer fui a dos encuentros (tomé un poco de sol en la playa entre uno y otro) y charlé un rato con Enrique Núñez. Leí unos cuantos papeles sobre sus admirablemente nobles planes, que me comunicaron mucho más que esos áridos estatutos llenos de tecnicismos. Sus apuntes mencionan el deseo de "dignificar la actitud y el comportamiento humano", pero, aunque la Junta Directiva de su Asociación pueda tener una sensibilidad superior y un completo altruismo, él tendrá que enfrentarse con la amarga realidad de que la mayoría de sus semejantes no tienen esas cualidades.
Compasión, altruismo, tolerancia, amabilidad, simpatía, cariño (o amor) hacia nuestros compañeros, los animales, no son lo que hace mover al mundo. Básicamente, los motores siguen siendo los principios darvinianos: poder (personal o nacional), enriquecimiento personal (a cualquier costo o sin preocuparse de los demás), vanidad (tener más riqueza, terreno o bienes materiales que los demás), codicia, envidia (de los desposeídos hacia los poseedores) y odio. El síndrome del "Yo primero".
¿Cómo espera la gente noble, como Núñez, superar estas fuerzas elementales? Si fuera para conseguir beneficios o ventajas personales, la gente de todos los niveles (desde el más alto hasta el más bajo) mentiría, engañaría, robaría, aceptaría dinero sucio. Asi que... en primer lugar, Núñez y sus compañeros tienen que enfrentarse con la falible naturaleza humana. En segundo lugar, tienen que enfrentarse con el "sistema", el "modus operandi" de las sociedades creadas por estos humanos.
En cualquier caso, Núñez y sus compañeros son como pequeñas ranas dando patadas a un dinosau rio que se ha metido en su charca. El monstruo se llama comercio y su dimensión y dinámica es todopoderosa. No se puede hacer nada y no hay manera de retardar su carrera hacia la destrucción. El no crecimiento es una ilusión. Un sueño de idealistas, la utopia de los Verdes.
El gigantesco y complejo sistema que involucra el comercio mundial, el FMI, el Banco Mundial, las Bolsas, el depredador sistema bancario, los nuevos monstruos corruptos de la UE y el pendiente GATT ("¡Yupi!, gritó Clinton, porque la ratificación del GATT representó para los EEUU un negocio de 700.000.000.000 dólares en comercio), todos son intocables e inexpugnables. La continuidad de esa red, que lo abarca todo y va desde los arrozales hasta los ordenadores de millones de bytes por segundo, significa la desaparición de bosques y sus billones de pequeñas criaturas e insectos, mares y ríos contaminados, sus criaturas amenazadas de extinción debido a la pesca abusiva o por la contaminación; significa despellejar la tierra viva para obtener sus recursos; significa que ya no habrá más vida en el mundo; significa, de hecho, que se dirige a la autodestrucción sin remedio.
Este hotel mismo, en donde me hospedo, es un buen ejemplo. Y lo que pasa aquí, pasa en miles de hoteles en todo el mundo. A propósito: he elegido este hotel porque en vez de las clásicas 15.000 pesetas por habitación, desayuno e impuestos, ofrecían, por viernes, sábado y domingo en las mismas condiciones '7.420 pesetas!. Menos que el poco acogedor y espartano hotel de la Gran Vía de Barcelona, y en vez de una Cocacola imbebible, un croissant y dos pequeñas tostadas duras, tienen una cantidad ilimitada de zumos de frutas, zumo de tomate, leche, té, café, diez tipos de bollitos, salchichas, tocino, huevos, naranjas y melón, seis tipos de cereales, panecillos, galletas, yogurt y cuajada.
En fin, este enorme hotel (¡260 pasos desde mi habitación hasta la entrada principal!) no podría sobrevivir sólo con el turismo. Cuentan con el personal de las compañías de vuelo, hombres de negocios con cuentas de gastos generosas y, sobre todo, con conferencias y congresos. Es verdaderamente deprimente ver a estos hombres de cara sobria y trajes oscuros corriendo por los pasillos de una sala de conferencias a otra con sus carpetas bajo el brazo o un maletín al estilo James Bond en la mano. Tienen intenciones tremendamente serias e unidireccionales en sus misiones para proteger y promocionar los intereses de las compañías, hambrientas de poder y dirigidas por el rendimiento que representan. Estos ejércitos de entusiastas y miopes esclavos de la industria y el comercio trabajan en las ciudades de todo el mundo. Son invencibles. Probad a mencionarles palabras como: naturaleza, ecología, animales, árboles, ríos, pájaros, etcétera, y sus caras, desconcertadas, no os comprenderán y os considerarán unos enfermos mentales, o un idiota peligroso que se atreve a atacar al "sistema", SU sistema, SU "modus vivendi". Lo mismo sucede con las aterrorizantes y crecientes ambiciones de la economia china, que está emergiendo con fuerza: una catástrofe. (John Greenstead, desde Alicante. Otoño 1994).
Ong ADDA Marzo 1995
Relación de contenidos por tema: Cartas abiertas
- ADDA Revista 43 : Carta abierta a Elena Valenciano. Coordinadora de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba, del PSOE.
- ADDA Revista 14 : Carta desde Alicante - John Greenstead
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