Historia de un caballo - Victoria Grey

ADDAREVISTA 14

Era un caballo muy alegre y juguetón, un animal tan optimista e inocente que sacab la cabeza entre los barrotes de la puerta para mostrar su confianza a todo aquél que s acercaba a su cuadra. Tenía unas simpáticas manchas rosadas alrededor de los ojos, su delicado hocico era del mismo color. Llamaba constantemente la atención de todo el mundo, relinchando y haciendo diver­sas exhibiciones en el reducido espacio en el que vivía. Intentó levantarse dando un salto hacia arriba más de una vez, pero lo único que conseguía era golpearse la cabeza con el techo. Aun así, él no se daba por vencido y al día siguiente lo volvía a intentar. Entonces, siempre se le acercaba alguien para tranquilizarlo a base de caricias, y quizás algún piropo.

Sin embargo, recibía muy pocos elogios, porque se le consideraba un caballo poco atractivo y nada elegante. A pesar de ello, era uno de los protagonistas de las fiestas de Menorca, "El Jaleo", y varias veces al año caminaba por las calles con la cabeza bien alta, orgulloso, sin saber que muchos de los que lo rodeaban criticaban continuamente sus defectos, por­que consideraban que todos los caballos debían seguir el mismo patrón. La gente reconocía que era un animal simpático, pero los muy entendidos en caballos lo rechazaban; sólo estaban dispuestos a aceptar a los de pura raza, y mar­ginaban a los demás. Así era cómo conseguían que, al oír sus palabras, aquéllos que se acerca­ban a acariciar a Blacky, pues así se llamaba, se apartasen de élpara acercarse al más admirado caballo de raza. Las personas cambian muy rápidamente de opi­nión. Los que unos minutos antes habían reconocido que Blacky les gustaba se contradecían unos minutos después y afirmaban que jamás lo comprarían.

Por aquellas fechas, abril de 1990, Blacky tenía un amo joven que recorría muchos kilometros paseando sobre su lomo. Trotaba contento, relinchando y mostrando su orgullo al pasar frente a otras cuadras. Me gustaba observarlo porque era feliz, y cuando un animal es feliz contagia su alegría a todos los que le rodean. Pero la gente lo criticaba cada día más. Mientras, Blacky, que no podía comprender lo que la gente decía de él, te mordisqueaba la camisa. Pasados unos meses, en verano, regresé esperando encontrarlo todo igual. Me sorprendió mucho ver a aquel chico que tanto lo quería en el mes de abril pasean­do sobre un potro negro. Le pre­gunté dónde estaba Blacky y me explicó que lo había vendido para poder comprarse aquel pura raza menorquín que podía exhibir con más orgullo ante la gente. Enton­ces comprendí que quienes dicen entender de caballos buscan siem­pre el más bonito, el que más llame la atención, olvidando lo que es realmente un caballo. 

Blacky cojeaba de una pata. Su nuevo amo, que lo había puesto a la venta a un precio muy bajo, lo visitaba cada día para ponerle unas inyecciones y lavarle el casco. Durante las fiestas, le ponía una sustancia en el casco que se lo insesibilizaba para así poder sacarlo. Terminada la fiesta, la pata estaba aún peor que al prin­cipio. Su nuevo amo intentaba sacarle todo el provecho posible a pesar de su estado, ya que exhi­bir un caballo en la fiesta repre­senta una no desdeñable cantidad de dinero que paga el ayunta­miento. Los caballos tienen la mala suerte de que quienes los compran se aprovechan de ellos, olvidándose muchas veces de sus derechos. Al terminar el verano lo vendió, por desgracia, a alguien que no merecía ser su dueño. Blacky empeoró mucho, no sólo física, sino también psíquicamente. Des­pués de tres meses sin verlo, lo encontré irreconocible. Si no hubiese sido por aquellas man­chas que lo caracterizaban no hubiera sabido que se trataba de él.

Esa vez no conseguí verlo fuera de su cuadra. Su nuevo dueño no se acercó por allí en una semana. Oí decir que tenía otro potro y que no podía "perder el tiempo con ese cadáver". Estaba total­mente desnutrido y se le había hundido el lomo debido al poco ejercicio. Tenía 15 años, pero aparentaba el doble. No sé cuánto tiempo hacía que no salía, pero cuando alguien se acercaba a su cuadra se lanzaba bruscamente contra la puerta, como si quisiese demostrar que estaba allí. Tuve la impresión de que se estaba volviendo ciego. La cuadra estaba en el interior de una cueva y cuando empecé a llevarle zanahorias observé que giraba la cabeza de un lado a otro, tratando de distinguir lo que le estaba ofre­ciendo. De repente la conseguía oler y la arrancaba de mi mano, se la comía y volvía a sacar la cabeza, girándola de nuevo en busca de algo más. Su comedero estaba totalmente vacío y sólo a veces tenía la suerte de que alguien, por lástima, le tirase un poco de paja de los otros caba­llos.

Realmente no parecía el mismo. Los humanos le habían arrancado la alegría y su orgullo de caballo. Ahora sólo era un animal acabado que se lanzaba contra la puerta y rebuscaba en el comedero algo con que alimentarse.

Lo visité con una amiga y le lle­vamos zanahorias. Regresamos dos días después. Esta vez no se lanzó contra la puerta, sino que relinchó y sacó la cabeza esperan­do a que llegáramos. Al día siguiente, sábado 29 de diciembre, llegué y vi la puerta abierta y la cuadra vacía. Pensé que quizás aquel día lo habían sacado a pasear, pero no me ima­ginaba lo mucho que me equivo­caba. Aquella misma mañana se lo habían llevado al matadero.

Éste fue el final de Blacky, como el de miles de animales tan nobles como él, sólo porque mucha gente cree que la vida de un animal se puede comprar. Lo peor de todo es que Blacky no es el único que ha acabado así. Y estas pobres cria­turas ni siquiera saben que hay personas que sí se preocupan por ellos: los verdaderos amantes de los animales.


Código de conducta de la Federa­ción Internacional de Hípica con el fin de asegurar la salud y bienestar de los caballos que participan en com­peticiones:

  • En todos los deportes ecues­tres, el caballo es lo más importante, el bienestar del caballo está por encima de cualquier otro interés.
  • Todo cuidado o tratamiento veterinario deben asegurar la salud y bienestar del caballo.
  • Se deben mantener los máximos niveles de nutrición, salud y seguridad. También proporcionar ventilación y nutrición, salud y seguridad.
  • Hay que fomentar la educación de adiestradores y promover estudios científicos acerca de la salud del caballo. 
  • La preparación fisica y competencia del jinete es esencial para el interés del equino.
  • Los métodos de doma y monta deben considerar al caballo como un ser vivo y no ser abusivos
  • Las Federaciones Nacionales deben supervisar el cumplimiento de las normas favorecedoras del bienestar del caballo.
  • Para finalizar, las normas nacionales e internacionales sobre salud y bienestar del caballo deben cumplirse en proceso de preparación previo a la competición.

 

Ong ADDA   Marzo 1995


Relación de contenidos por tema: Caballos


Temas

Haz clic para seleccionar