Carne barata y crueldad para los animales

ADDAREVISTA 27

Nadie pone en duda que el mayor número de anima­les que se matan está en el sector de la carne; el de los animales destinados al consumo y la alimentación de los humanos. Ideas muy arraigadas antaño, especial­mente entre las madres, de que una alimentación basada en proteínas provenientes de la carne era esen­cial para el crecimiento de sus hijos, se ven ahora refutadas de forma más ecléctica por lo que los dietistas recomiendan: una dieta equilibrada exenta de gra­sas animales y dosificada según la edad y el esfuerzo realizado; o sea, la llamada "dieta mediterránea". Lamentablemente, ya empiezan a descubrirse empre­sas oportunistas que bajo esta denominación quieren vender más por el nombre en sí que por la verdadera bondad del producto que ofrecen.

ADDA viene, desde hace años, dedicando un especial esfuerzo en dar a conocer lo que ocurre con los ani­males que se crían para la venta de su carne; y esta misma publicación ha sido machacona, constante y coherenteal publicar extensos reportajes sobre esta temática (véanse los números 16, 23 y 25). Coaligada con la importante organización británica Compas­sion in World Farming, CIWF, y con FAWN (véase ejemplar n° 17), colabora en España para dar a cono­cer al público español la agobiante situación de millo­nes de animales que, en el mundo entero, están pade­ciendo un sufrimiento indecible.

LA CRÍA INTENSIVA

En los años 50 del siglo pasado se inició en los Esta­dos Unidos la cría intensiva de pollos. Fue el primer intento de forzar el rápido crecimiento de estas aves ubicándolas y sometiéndolas a unas condiciones extremas, en las que, ignorando sus necesidades biológicas y etológicas, se trastocaban todos sus hábitos con el fin de lograr un máximo beneficio. La carne de pollo, hasta entonces un manjar reservado para ciertas celebraciones, bajaba de precio con rapidez y pasaba a ser alimento refugio para economías con limitado poder adquisitivo. Lo que ahora se ofrece y se consu­me no tiene ya nada que ver con el pollo criado en libertad y alimentado con grano y el alimento que por él mismo pueda obtener libremente. La cría intensiva de millones de pollos, cuyas mermas por mortalidad ya están programadas, repleta de hormonas, medicamentos y substancias necesarias para el fin que se persigue, es un espejismo del pasado.

El pollo como paradigma de la cría intensiva dio paso a la aplicación de métodos crueles de sometimiento y padecimiento, prácticamente, a todo el resto de los animales destinados al consumo humano; con la excepción, por el momento, de los corderos que, por sus características, continúan en pastoreo y, por lo tanto, en extensivo. El sacrificio, como trabajo extre­mo a que se somete a un animal, está llegando a lími­tes intolerables, inmorales y faltos de la mínima ética. Y aún se tiene que contemplar cómo en ferias y expo­siciones temáticas la industria del sometimiento y la tortura expone y canta las excelencias de nuevos ins­trumentos mecánicos para constreñir al animal, obviando que se trata de seres vivientes, sensibles al padecimiento, al miedo, al estrés, al hambre, a la sed y al dolor. La Unión Europea, en el Tratado de Amsterdam —por el que se modificó el Tratado de Roma fundacional del Mercado Común, que consideraba a los animales tan sólo como una pura mercancía—, reconoció finalmente que son seres sensibles; y, asimismo, Alemania ha incorporado recientemente el concepto de derecho de los animales en su Constitu­ción. Ahora el movimiento animalista europeo se está volcando para que este derecho se vea reflejado, también, en el proyecto de Constitución Europea que preside el francés Giscard D'Estaing.

¿De qué sirven estos reconocimientos y las numerosas Directivas de la U.E., algunas misérrimamente tras­puestas por algunos estados miembros —España es uno de ellos—, si cuando llega el momento de ver implementados estos avances no se cumplen y no existe ni conciencia, ni voluntad, ni medios para hacerlos cumplir? Entran aquí las presiones de los poderes fácticos de una industria falta de sensibilidad que no está dispuesta ni a cambiar de hábitos ni a que se les recorten prerrogativas, privilegios y benefi­cios. En Bruselas, sede de la Unión Europea, existen innumerables gabinetes de astutos y poderosos aboga­dos que siguen. estudian y hacen las presiones y los contactos necesarios con los políticos —loobys— con el fin de que no prosperen iniciativas que supongan un mayor bienestar de los animales cuando estos avances afecten a su cuenta de resultados.

LA GLOBALIZACIÓN

EI mundo actual tiende a la globalización, pues las comunicaciones, Internet y los satélites permiten conocer y ver en tiempo real lo que ocurre en las antí­podas y que la interacción en todos los campos sea más estrecha. Pero no todo son ventajas. Es más, res­pecto al bienestar de los animales, el comercio global regido por la Organización Mundial del Comercio, OMC (World Trade Organization, WTO), ubicada en Suiza, está demostrando ser el peor enemigo para los animales. La Unión Europea, y en especial su Par­lamento, está proponiendo a la Comisión continuas mejoras que, en algunos casos, son aceptadas y apare­cen como Directivas de obligada transposición y cumplimiento para todos los estados miembros; pero cuando se va a proceder a su implementación, caso de que esto ocurra, aparece el nubarrón de la OMC, con sede en Ginebra, e impone un súbito paro.

Se ha visto lo que ha ocurrido con la experimenta­ción en animales para su uso en investigación de cos­méticos, cuando una prohibición iniciada hace ocho años ha sido pospuesta con enmiendas hasta el año 2012 y, aún así, puede ser revocada (véase el n° 26, sección Noticias). Algo similar ha ocurrido con la importación, prohibida en la UE, de pieles, obtenidas de la caza cruel con cepo, el cual muerde y lacera las patas (trampa leghold): a pesar de los innumerables esfuerzos e interminables discusiones sobre si la leg­hold era humanitaria, si se tenía que modificar, etc., continúan entrando pieles cazadas de esta forma. Por otra parte, las jaulas de las gallinas de batería serán prohibidas para el año .... y seguramente, cuando llegue esa fecha se producirá un aplazamiento de la misma. Situación similar a las anteriores se ha visto con la muerte de miles de delfines debida al hecho de que nadan por encima de los bancos de atunes, los pescadores localizan, así, dichos bancos y aprovechan para tirar sus redes, con lo que pescan atunes y delfi­nes todos juntos; se ha visto con la carne hormonada cuando los Estados Unidos obligan a la UE a aceptar carne así tratada a pesar de la prohibición del sumi­nistro de estos productos a las vacas lecheras y a las terneras por el grave riesgo para la salud humana y animal y se ha visto con las tortugas marinas, en extremo peligro de extinción, que son capturadas junto a las redes de pesca de gambas a pesar de que esta vez la poderosa OMC tuvo que aceptar en el año 2001 la instalación de redes especiales que permitiesen a dichas tortugas escapar.


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