La Federación de Veterinarios Europeos, FVE, a favor de la videovigilancia en los mataderos

Redacción. Existe una legislación europea de protección de los animales, una declaración universal de la Liga Internacional de los Derechos del Animal y tratados y normativas reguladoras en la mayoría de los estados miembros de la UE. En los textos escritos y acordados, los animales deben ser respetados y tratados como seres sintientes. Por lo tanto, habría que garantizarles una muerte humanitaria. Entre lo existente en las diferentes legislaciones y la realidad existe una diferencia abismal. Terciar con la industria cárnica en la que prima la velocidad y el beneficio económico con el bienestar de los animales es materia difícil de ensamblar. Unas ganancias que, la mayor parte de las veces, se consiguen a costa de un sufrimiento innecesario de los animales; cada vez más, después de conocerse casos vergonzosos de malos tratos, la sociedad civil empieza a presionar a los gobiernos para que sea obligatoria la videovigilancia en los mataderos. En la actualidad, su instalación queda a merced voluntaria de cada centro y no está regulada por ley, salvo en Inglaterra.

El reciente posicionamiento favorable viene de la Federación de Veterinarios Europeos, FVE, «la videovigilancia puede ser una herramienta útil para controlar el bienestar animal y los estándares de calidad de la carne. En ningún caso, sin embargo, puede, ni debe, sustituir los controles y la intervención efectiva de los profesionales sanitarios».

Beneficios de la videovigilancia

La FVE, una importante institución con sede en Bruselas, considera esencial la importancia del control de todo el proceso de matanza. Incluye, para poder resultar efectivo, la ubicación de cámaras en lugares estratégicos de todo el proceso que sufrirá el animal desde su llegada y descarga en el matadero hasta su aturdimiento previo y muerte. Un proceso que permita ver con nitidez los puntos clave: su llegada, manejo, estancia, alimentación, abrevado, el proceso de aturdimiento y, finalmente, la matanza. Eso permitiría, siempre según la FVV, poder evaluar con precisión posibles deficiencias en puntos concretos. Información necesaria como prueba legal frente a acusaciones o dudas, y como protección, también, ante actuaciones de acoso laboral. La videovigilancia sería también efectiva de cara a la formación continuada del personal de control y permitiría más transparencia, lo que significaría una mayor confianza para consumidores y defensores de los animales. La Federación considera que tanto el encargado/responsable del bienestar animal del matadero —cargo obligatorio— como el veterinario de la autoridad competente que realiza los controles tiene que tener el poder necesario y suficiente para tomar las medidas necesarias en caso de detectar anomalías.

Puntos a considerar

Algunos centros argumentan que un proceso de videovigilancia compromete a los trabajadores y aumenta su presión. Por eso, la FVE propone un control modélico y efectivo del soporte de las imágenes, a las que solo tendría acceso el personal técnico, con formación y capacitación para detectar anomalías, maltrato/crueldad, utilización, estado y uso de los instrumentos para asegurar y mejorar el trato a los animales. El coste de la instalación tendría que ir a cargo de la administración, por tratarse de un bien público, o del matadero, por ser una parte integrante de su profesión. La custodia y visionado del material grabado debería estar perfectamente protocolizado. Se considera imprescindible guardar las imágenes un período mínimo de tres meses y capacitar al equipo veterinario del tiempo necesario para poder ver en directo lo que está ocurriendo como en diferido en imágenes y sonido. La FVE propone también que las imágenes puedan ser difundidas a través de la web u otros medios a fin de facilitar su acceso e inmediatez.

Una medida necesaria, pero no sustitutiva

Queda claro en el comunicado que figura en la web de la FVE del pasado mes de junio de 2018 que los veterinarios consideran crucial como medida de apoyo la instalación de un circuito de videovigilancia; sin embargo, innovación no tendría que significar, en ningún caso, reducir el número de controles veterinarios, algo que es motivo de preocupación, ya que ciertos centros de matanza están delegando la responsabilidad del control veterinario a trabajadores sin la adecuada capacitación profesional en la inspección. Para el adecuado cumplimiento de todo lo legislado, la FVE considera que es vital dotarse de directivas de la UE que marquen con claridad y exactitud las obligaciones que contraerían los mataderos con ese circuito de videovigilancia, que estipulen las medidas que habría que tomar en caso de incumplimiento. 

Ong ADDA -Diciembre 2018