La preocupación por el sufrimiento animal y las consecuencias que pueden tener para el consumo humano, entre otros aspectos, ha llegado hasta la Unión Europea. La seguridad y calidad en el consumo de los productos animales, junto a la protección del medio ambiente y su sostenibilidad, y una plena garantía de que las condiciones de los animales serán las menos dolorosas, parecen estar siendo tenidas en cuenta en los últimos tiempos. A tal efecto existen una serie de tratados y acuerdos para los países miembros, que ahondan en estos aspectos.

ANTECEDENTES

En 1974, la legislación europea sobre la protección de animales destinados al consumo humano representó un primer acercamiento de la Comisión Europea y los gobiernos europeos hacia una mayor preocupación por el bienestar de los animales y por las diversas tipologías de producción animal que garantizasen el menor sufrimiento. De esta legislación se desprende una Directiva, (74/577/CEE) que garantizaba mejorar las condiciones de los animales destinados al consumo humano, estableciendo y aplicando el aturdimiento previo a su sacrificio, y previniendo cualquier trato cruel hacia ellos.

En 1990, con la entrada en vigor del Tratado de la CE, la adopción del protocolo dirigido a salvaguardar el bienestar de los animales ha constituido un soporte muy importante a la hora de desarrollar políticas y estrategias dirigidas a la preservación de su bienestar, considerándolos seres que sienten y padecen y, por ello, con derecho al bienestar físico y psíquico.

Más tarde, en el año 2009, la puesta en marcha del Tratado de Lisboa después del fallido intento de una Constitución Europea, será crucial e histórico en materia de toma de decisiones. Así, e l Tratado aumenta el poder legislativo del Parlamento Europeo y le otorga más capacidad que nunca, para modelar Europa. El Parlamento queda así en pie de igualdad con el Consejo en el procedimiento de codecisión en diversas materias, como la agricultura y la ganadería.

LA IMPLICACIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

Lamentablemente, y con frecuencia, el rol del Parlamento en la UE era de mero legislador. Pero el Plan Comunitario supone un avance significativo en materia de protección animal, pues propone mejorar las condiciones de los animales mediante la puesta a punto de sistemas voluntarios para alcanzar estándares de protección superiores a los previstos por la legislación, además de potenciar la comunicación y reconocimiento de estos valores en los consumidores europeos.

El llamado Plan de Acción Comunitario, PAC, desde 2006 hasta 2010, sobre protección y bienestar de los animales, es hoy el primer documento estratégico que la Comisión ha adoptado en materia de bienestar animal a nivel internacional, destacando las ventajas económicas que el respeto a los animales puede reportar; entre otras, a las explotaciones agrícolas y ganaderas. Con este Plan, el Parlamento se implica, valorando y reflexionando los resultados de las acciones emprendidas en este sector en el año 2006.

MEDIDAS DE BIENESTAR ANIMAL: "ECO CONDICIONALIDAD"

Para conseguir una mejora genérica y significativa de las condiciones de bienestar animal en materia de explotación (en especial de las gallinas ponedoras, los pollos de engorde, las terneras y los cerdos), durante el transporte y en el sacrificio, es importante concienciar a los consumidores para que sean respetuosos con los animales, así como informar a los ciudadanos de los países miembros, de los esfuerzos que actualmente realiza el legislador europeo para la aplicación de leyes que incrementen su bienestar. Como ejemplo, hay que mencionar que el sector cárnico es uno de los que se han visto beneficiados con la última reforma, en junio de 2003, de la Política Agraria Común, PAC.

La UE incluyó en esta reforma un pago único por explotación para los agricultores de la UE, siempre y cuando respeten las normas medioambientales, de seguridad alimentaria, de sanidad animal y vegetal y de bienestar de los animales, lo que se conoce con el término de “eco condicionalidad”.

La PAC también contempla, entre otros aspectos, una política reforzada de desarrollo rural, con primas para la carne de ganado. En este sentido, los granjeros deben mantener sus explotaciones en buenas condiciones según dos tipos de reglamentos que establece la UE: Por un lado, deben atender a los requisitos de gestión establecidos en 19 Reglamentos y Directivas europeas, y por otro, cumplir los requisitos mínimos para acceder a las condiciones en materia agrícola y medioambiental definidas por los estados miembros. Por ejemplo, registrar e identificar el ganado vacuno, ovino y caprino, es condición necesaria para conseguir las primas. Otro aspecto interesante de la PAC es que los estados miembros pueden percibir pagos adicionales para aquellas actividades agrícolas que resulten importantes para mejorar o proteger el medio ambiente o la calidad de la producción agrícola, y pueden llegar hasta el 10% de los recursos debiendo estar incluidos dentro de los límites establecidos para el sector en cuestión. Las primas pueden ser de 150 a 200 euros por cabeza en animales machos como el novillo o el toro, o de hasta 200 euros por vaca nodriza, entre otras cantidades. Pero se entra aquí en un espinoso asunto para los animalistas en materia de primas por animal: se trata de una casuística comprometida y enfrentada desde hace años en una enmarañada trama de acuerdos, que siempre ha sido casi imposible de aclarar, pues muchos bovinos, que luego terminan destinados al consumo humano, se corresponden en España con los toros, que serán tanto utilizados para las corridas y para una multitud de crueles festejos populares. Francia y Portugal también se benefician, aunque en menor grado, al llevarse España la mayor parte del pastel, con sus continuados festejos populares crueles.

HACIA UN FUTURO MEJOR

Durante las jornadas que han tenido lugar el mes de febrero de 2010 en la UE, la Comisión Europea afirmó que tiene previsto presentar antes de final de año un informe en el que evaluará la aplicación de las reglas sobre el bienestar animal a fin de comprobar si las medidas que se están adoptando en esta materia, han satisfecho las demandas de la sociedad. En este sentido, son muchas las iniciativas en el seno de la UE; Así, se pide "un nuevo plan de acción" y un Centro Europeo sobre el Bienestar Animal. Para el próximo Consejo de Agricultura –Febrero de 2010- está previsto un debate sobre las propuestas de un etiquetado europeo que acredite que la carne, leche y huevos proceden de animales criados en las condiciones de bienestar exigidas por las normas comunitarias. Andrea Gavinelli, Jefe de la Unidad sobre Bienestar Animal de la dirección de Sanidad de la Comisión Europea, que participó recientemente en una conferencia en Barcelona, subrayó también la necesidad de que algunos aspectos de estas leyes mejoren más aún, sobre todo los relativos a las condiciones de transporte de los animales, uno de los aspectos más polémicos.

Todo apunta, en fin, a un futuro mejor en materia de bienestar animal. Se espera que la UE continúe con la creación y promoción de normas que mejoren y garanticen el conjunto de las medidas emprendidas hacia esos seres que, tal y como está establecido en el Protocolo 33 sobre la protección y el bienestar de los animales, anexo al Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (Tratado CE, 1997), deben ser tratados como seres sensibles que sienten y padecen, y son merecedores de un bienestar físico y mental que debe tenerse en cuenta a la hora de formular, o aplicar, políticas en materia de agricultura, transporte, investigación y mercado interior.

Ong ADDA  -Junio 2010