La pretendida segunda edición de la cena basada en carne de burro, celebrada esta vez en Esterri d’Àneu (Pallars Sobirà), ha fracasado debido a la falta de público y al silencio absoluto de los medios de comunicación, que habían divulgado anteriormente esta celebración. El propietario de La Bruixa d’Or de Sort, contrario a la cena, creará un santuario de burros para la asinoterapia y las visitas turísticas.

En el número 34 de esta publicación -Cataluña se come a sus Símbolos-, se denunciaba con un amplio reportaje la peregrina idea de un colectivo de Sort, Lleida, que decidió el año pasado comerse dos ejemplares de burro (guarà català), en un ágape popular. El burro es una especie en peligro de extinción esporádica, y está unánimemente aceptado como símbolo de Cataluña. Este año las protestas han sido masivas, por lo cual el ayuntamiento de Sort no permitió dicha celebración y las cajas de ahorros que subvencionaban a este colectivo no volvieron a patrocinarlo.

La Xicoa, que así se llaman los promotores, encontró otra población cercana, Esterri d’Àneu, para celebrar esta “original cena”, explicando ahora que para nada se trataba de matar burros catalanes, sino de asnos comunes, cuya carne, además, tiene un sabor entre la ternera y el caballo, y que así se abre una posibilidad económica para la cría de estos solípedos en la comarca.

Los medios catalanes, prensa, radio y televisión -quizás por falta de noticias de mayor calado en fin de semana-, difundieron ampliamente la noticia de este evento. Sin embargo hubo un discreto silencio al día siguiente, domingo 30 de marzo de 2008, debido al fracaso de la convocatoria. A un precio de 12 € por comensal, vaso de plástico y servilleta de papel, el polideportivo de Esterri, con 400 sillas preparadas, quedó semivacío, ocupado tan sólo por amigos, familiares y algunos que, en pos del módico precio anunciado, pensarían en aprovechar la ocasión para recuperar energías.

El comer carne de burro o de lo que fuese, recordando las penurias de una España felizmente superada, e incidir además en un símbolo popular, resulta, como se está demostrando, fuera de lugar y de toda lógica. Este tipo de propuestas tan sólo se justifican por un afán de notoriedad o de llamar la atención de quienes no se la merecen.

Resulta lamentable para la población de Esterri d’Àneu y su alcalde, que siendo de ERC, partido que se ha destacado por su sensibilidad con los animales, permita tal clase de celebraciones cuando sabe que son polémicas y carecen de aceptación popular. Esterri es un lugar bellísimo del pirineo, con cerca de 1.000 metros de altitud, y está próximo al Parque Nacional de Aigües Tortes y al lago Sant Maurici; es el camino de entrada a la Vall d’Aràn y tiene actualmente un potencial enorme para captar recursos que lo favorezcan y no caer en estas provocaciones.

Pero no todo es negativo: Xavier Gabriel, el lotero más famoso de España, propietario de La Bruixa d’Or y en lista de espera para viajar al espacio, es consciente y contrario a lo sucedido en Sort el año pasado; tiene en proyecto crear un santuario de burros para poder practicar la asinoterapia, visitas turísticas o actividades que atraigan al público -ya sea por razones curativas o simplemente turísticas-, que muestren a estos animales en su estado natural, y se les reconozca la enorme ayuda que han hecho en favor de la humanidad, concretamente en las labores del campo y del transporte en la región. La misma que ahora, en un dislate, pretende matarlos para comérselos.