Playa urbana para perros

ADDAREVISTA 53

La primera playa urbana de perros de España

Redacción. El pasado verano, Barcelona estrenaba, para ser coherente con la denominación de ciudad amiga de los animales, la primera playa urbana de España, que si se incardina dentro de la importancia de una gran ciudad, merece ser resaltado. Las ciudades que gozan de playa, con un amplio litoral peninsular, son muy numerosas, y algunas famosas y extraordinarias, como la de San Sebastián, pero con apelativo de «urbanas» la situación cambia radicalmente. Y ha sido el Ayuntamiento de Barcelona el que, finalmente, ha decidido iniciar durante la plena época estival una prueba piloto para instalar en un extremo de su extensa playa una zona reservada para que ciudadanos y ciudadanas barcelonesas puedan bañarse en compañía de sus mascotas.

Eva Herrero, comisionada de ecología del ayuntamiento, ha explicado detalladamente el porqué de esta decisión, que significa «visualizar que a donde va todo el mundo, también pueden ir los ciudadanos acompañados con un perro. Así se visualiza, se convive y se comparte una llamada a la responsabilidad común; al igual que ir sin perros también hay que tenerlo en consideración».

Con estas premisas, en un extremo y adosada a un espigón, en un espacio más bien reducido al ser una prueba piloto, se habilitaba la playa perruna integrante del resto, pero separada con vallas, pues para que el poseedor de la mascota pudiera utilizarla debía presentar los documentos del censo y chipado animal, además de que, por supuesto, el aspecto exterior correspondiese a un animal sano, bien atendido y sin enfermedades aparentes. El interior del recinto, de unos 1200 m2, tiene un aforo aproximado para cien personas con sus perros, con los servicios adecuados tanto para personas como para animales, y un servicio de vigilancia y limpieza en todo momento salubre.

Pendientes de su futuro

El hecho de que en pleno verano significase una complicada búsqueda de lugares para poder bañarse con su mascota, y que ahora, al igual que otros ciudadanos, se pudiera disfrutar de un lugar en su propia ciudad fue extraordinariamente bien acogido. Como siempre, todo lo que significa algún cambio en democracia conlleva opiniones a favor o en contra según su conveniencia e intereses. Quienes tenían por costumbre utilizar, año tras año, aquel lugar lindante con el espigón mostraron su rechazo pues tendrían que cambiarse hacia otro lugar; el vecindario próximo o el entorno también se sintió frustrado al no poder utilizar aquel emplazamiento y, paradójicamente, quienes no se quejaron fueron los bañistas que gozan de esta espaciosa playa. Si en algo existió unanimidad es que la playa urbana canina es demasiado pequeña.

El ayuntamiento, que debe atender y escuchar a toda la ciudadanía, justificó que el lugar había sido seleccionado porque concurrían aspectos técnicos que aconsejaban aquel sitio: se aprovechaba el costado del espigón, con lo que quedaba más resguardado por un flanco. La prueba piloto ya pasó y ha sido un éxito. Falta ahora saber cuál será su continuidad para el verano de 2017, tanto en ubicación como en amplitud.

Ong ADDA  -Diciembre 2016


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