Fronteras y animales de compañía

ADDAREVISTA 51

Redacción.- Viajar con las mascotas, a menudo resulta algo más complejo de lo que se puede presumir en un principio. El placer y la satisfacción de poder compartir un viaje, un traslado o cualquier otra situación que se presente merece ser preparada con cuidado. Gran Bretaña, por ejemplo, tiene un estricto control desde hace muchos años con la entrada en su territorio de animales de compañía y otras especies de mascotas. Todo animal que vaya acompañado por su poseedor quedará separado de él debido a una rigurosa cuarentena obligatoria y que además deberá ser abonada por el responsable del animal. Este hecho, que puede sorprender, ha sido criticado en numerosas ocasiones, pero, a pesar de todas las protestas, continúa en vigor. Y es que una de las posibles razones ocultas es que al amparo de esta prohibición, se mueve mucho dinero, ya sea de instituciones de protección animal y del corporativismo del cuerpo de veterinarios. Dado, no obstante, que en el Reino Unido el cuidado, respeto y amor por los animales está más que demostrado, es de suponer que el animal estará en buenas condiciones de salud y alimentación cuando lo recupere su poseedor.

En España, la cuarentena no es obligatoria en tanto no se detecten circunstancias especificas para la entrada desde un país extranjero de un animal de compañía; tiene que ir acompañado de su documentación actualizada. Pero, en este sentido, España no es el Reino Unido y por el momento carece de un sistema similar de puesta a punto. Surge entonces el problema de dónde y en qué condiciones de vulnerabilidad queda el animal con la natural congoja de su poseedor. La entrada se efectúa por el aeropuerto de El Prat y se ha llegado a un convenio entre la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Barcelona —así lo han hecho público ambas entidades— para que los animales que no puedan entrar en la UE por incumplimiento de las condiciones sanitarias exigidas, puedan, momentáneamente, ser acogidos en el Centro de Acogida de Animales de Compañía, CAAC, que posee el Ayuntamiento de Barcelona, en donde profesionales, cuidadores y veterinarios se encargarán de su atención integral. En algo se coincide con Gran Bretaña: los gastos también correrán a cargo de su poseedor.

Diciembre 2015


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