El Tráfico de animales en España - P. Ortín

ADDAREVISTA 6

Este informe pretende ser una llamada de atención ante la gravísima situación del tráfico de animales en el Estado Español. Conocer la situación legal de práctica impunidad en la que se mueven los traficantes de especies protegidas en nuestro país, es el primer paso para poder solucionar el problema. Reconocer la gravedad del problema es el paso previo para poder actuar. Su autor, tras una intensa labor de periodismo de investigación nos ofrece el marco actual de la problemática con sus complejas implicaciones.

ESPAÑA: PUERTA DE EUROPA

No es un informe exhautivo; tampoco era esa mi intención. En estas líneas se relatan las'diversas situaciones que se dan respecto al tráfico ilegal de especies protegidas en tres ámbitos concretos y decisivos a la hora de reflejar la situación de nuestro país: el legislativo-judicial, el social y el policial. Ejemplos concretos, casos e investigaciones profundas se podrían poner unos cuantos, pero este informe pretende pro-porcinar una visión de conjunto del gravísimo problema que supone en nuestro país —e internacionalmente también—: el tráfico internacional de especies protegidas.

El tráfico de animales protegidos es un negocio ilegal de magnitud internacional comparable, por el volumen económico, al de drogas o armas, y, la mayoría de las veces, utiliza las mismas redes de distribución y venta.

A pesar de una opinión generalizada en nuestro país de que sacar especies de países del tercer mundo y transportarlas hasta Europa es un hecho aislado, marginal y poco lucrativo, la realidad es otra muy distinta. Traficar con especies animales es una de las fáciles maneras de hacerse rico actualmente y además, los animales no van a denunciar a nadie.

Los animales se convierten en los auténticos perjudicados de esta variante de la indignidad del género humano. El Estado Español es una de las vías más importantes de entrada de estas especies en Europa. los traficantes internacionales conocen y utilizan la vía española para hacer entrar "sus productos" a la vieja Europa. la procedencia del "material" varia según la especie que se trate:

  • Los pájaros exóticos vienen de las zonas tropicales de: Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Guayana y Surinam 8son solo unos ejemplos).
  • Los traficantes internacionales consiguen sacar mamíferos y primates de países como: Senegal, Gambia, Guinea ecuatorial, Nigeria, México y Brasil.
  • A la hora de conseguir reptiles y anfibios los traficantes se mueve con facilidad en lugares como: Tailandia, filipinas, Indonesia, malasia, Singapur, China y la colonia de Hong Kong.

CONVENIOS Y LEGISLACIÓN

El comercio de todas estas especies protegidas internacionalmente, y con las que trafican las redes internacionales, esta regulado por el Convenio de Washington, CITES, formado el año 1973; y al que el Estado español se adhirió en el año 1986.

Este convenio CITES, incluye las diferentes especies protegidas que hay en todo el mundo. los diferentes casos de protección animal aparecen incluidos en los diferentes anexos del CITES, según la escala de protección de la especie en cuestión (por ejemplo, los chimpancés, como todos los primates son especies CITES protegidas internacionalmente; y su escala de protección es máxima por lo que incluyen en el anexo 1 de máxima protección).

En el año 1988, el Parlament de Cataluya, aprobó la Ley de Protección de los Animales, que rubrica y apoya todas las resoluciones internacionales del Convenio CITES. Según los artículos 25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31, en Cataluña está prohibido comerciar o hacer uso lucrativo de todas las especies CITES, si no se tiene permisos necesarios. Hasta aquí la Ley es correcta, pero el problema se produce por la absoluta falta de cumplimiento de la legislación. 

La Ley catalana, la primera de España, es sólo de rango administrativo y prevé multas para las infracciones que se detecten. Aquí es donde comienza el gran problema de la situación del tráfico de animales en nuestro país. Leyes como la catalana, que sólo protegen la fauna desde la vertiente administrativa, no se han mostrado eficaces a la hora de luchar contra los traficantes. Las multas son asumidas por los traficantes que operan en nuestro país como una especie de pequeño impuesto adicional que hay que pagar a la hora de traficar con animales en este territorio. Con este tipo de leyes los traficantes no se arriesgan a perder la libertad, que se ha demostrado en la mayoría de los países europeos, como el único método eficaz de combatir este tráfico. El verdadero problema de nuestro país es que no es delito penal traficar con animales.

La única referencia que el Código Penal español hace a la protección del medio natural aparece en el artículo 347 bis. El texto habla de la protección de la fauna, pero sólo colateralmente e incluyéndola dentro de otro tipo de desastres ecológicos del tipo de vertidos ilegales y contaminación.

Hace unos meses la Fiscalía de Barcelona puso de manifiesto, en un informe, la necesidad de modificar el Código Penal para incluir un título específico sobre el tráfico ilegal de especies protegidas, con lo que pasaría a ser delito en el nuevo texto pendiente de aprobación. El mismo informe explicaba que la reforma del Código Penal «ha de entender la protección del medio natural, de su fauna y de su flora, como bienes jurídicos transcendentales en la supervivencia humana». Este podría ser el camino para que cambiara la situación de práctica impunidad en la que se mueven los traficantes de animales protegidos en nuestro país.

CONTRABANDO

La situación legal del tráfico animales protegidos se complica con otros dos aspectos más: si montante de los animales trafica supera el millón de pesetas, se pide emprender una actuación judicial basándose en la ley de contrabando. Una ley que, por otra parte, no contempla en su texto contrabando de especies animales protegidas vivas. El juez puede plear el artículo 43.4, de la Ley Caza, para actuar sobre los traficantes. Pero los problemas grandes con esta ley, pues, como nombre indica, no se hizo pensando en luchar contra el tráfico de animales vivos.

La situación legislativa incluyendo las legislaciones autonómicas— es primitiva y débil. A pesar de ser un delito internacionalmente penado con la prisión, según los diferentes tráficos realizados en el Estado Español, el tráfico de animales se mira con permisividad y cierta tolerancia por parte de los diversos estamentos del poder, tanto político como judicial. Parece que tampoco hacen efecto las reiteradas advertencias hechas por la Agencia Europea del Medio Ambiente, para que se controle la situación de tráfico de animales en el Estado Español, y se solucionen los problemas judiciales a la hora de luchar contra él.

FALTA DE MENTALIZACION

Pero si la penosa situación de nuestro país en cuanto a legislación sobre el tráfico de animales protegidos es grave, hay un aspecto que complica todavía más la lucha contra los traficantes. En el Estado Español no existe una conciencia social del grave desastre ecológico que significa este tráfico de animales protegidos y su posterior venta en tiendas especializadas o mercados diversos. La sociedad española desconoce la sistemática esquilmación de las especies del tercer mundo que se produce, para que aquí, en alguna de nuestras ciudades se puedan vender: tucanes, guacamayos, chimpancés o titis.

Existe una moda de coleccionar o tener animales protegidos en casa. Esta costumbre, ciertamente extendida en nuestras ciudades de poseer el animal más raro, exótico, vistoso y diferente posible, es un peligro para la fauna mundial y una gran fuente de ingresos para los traficantes. Estos negociantes aprovechan esta «moda» y hacen un provechoso negocio matando decenas de chimpancés adultos para conseguir una cría; o matar centenares de pájaros exóticos en los viajes para que lleguen unos cuantos vivos a sus destinos en los comedores de las casa de algunos amantes de los animales que, por ignorancia o insensatez no conocen el daño que realizan comprando una especie protegida.

Es muy importante concienciar a la sociedad sobre los peligros reales del tráfico de animales. No se debe olvidar que comprar una especie protegida y extraerla de su medio natural de vida para su goce personal y egoista en una casa es, como mínimo, la mejor manera de colabrar en su extinción; y, como máximo, una contribución decisiva a que el negocio ilegal de los traficantes de animales continúe adelante y con gran rentabilidad.

CARENCIAS

Es evidente, después de todo lo expuesto que la situación del tráfico de especies protegidas en el Estado Español es grave y preocupante, principalmente, por los siguienes motivos:
1. Disponemos de una legislación débil, primitiva y que raras veces se cumple.
2. existe una gravísima falta de concienciación ciudadana sobre los peligros que se traducen del tráfico ilegal de especies protegidas.

Los problemas se complican, todavía más, con la evidente falta de coordinación que existe entre los diferentes grupos policiales y de seguridad, que se deberían encargar de controlar y luchar contra este tráfico comercial ilegal. Guardia Civil, Funcionarios de Aduanas y del Soivre, Policía Judicial, Agentes Rurales (ICONA) y Policías Autonómicas en Euskadi y Catalunya, carecen de los efectivos suficientes y de la preparación adecuada para luchar con garantías de éxito contra los profesionales del tráfico de especies protegidas.

Podríamos continuar hablando sobre otros aspectos del tema como, por ejemplo: la restricción en los puntos de entrada de animales protegidos a sólo unos puertos y aeropuertos determinados del país, lo que facilitará la labor de control; también se podría hablar de la situación en la que quedan los animales una vez han sido decomisados después de alguna exitosa actuación policial; o del proceso de especialización de los funcionarios; o bien de la consideración de los animales protegidos como materia prohibida con la que no se pueda comerciar sin permiso —al modo de drogas o armas—; pero todos estos temas nos llevarían a un nuevo informe. Ahí quedan planteados.

A MODO DE REFLEXION

Una pequeña reflexión final modo de resumen: Hemos de tener claro que la solución del problema del tráfico ile gal de especies protegidas no es una cuestión de un solo país, socied o estamento. La solución del problema pasa por una concienciación individual de que: si existe tráfico ilegal de especies protegídas a escala internacional es porque hay personas que compran estos animales y, mientras haya comprador también habrá traficantes dispuestos a conseguir esos animales al precio que sea y hacer un gran negocio con ellos, sobre todo si, como en el Estado Español, el traficante sólo se arriesga a pagar una multa.


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