Jordi Sabater Pi, pionero e introductor de la etología en España - Flora Aguilera

ADDAREVISTA 33

Puede que sea porque detrás de cada mirada las mujeres vemos un mundo; porque nos gusta indagar en el interior de aquel a quien queremos, porque somos exploradoras natas. Sí, tal vez sean esas las razones, o quizá por la ternura que desprenden; el caso es que los ojos morenos de los gorilas nos cautivan. Es lo que le sucedió a Diane Fossey, que dio su vida por ellos, asesinada probablemente por los cazadores furtivos a los que tantas veces se enfrentaba. Decidió vivir en una agreste cadena de ocho volcanes situada en la frontera entre Zaire, Ruanda y Uganda: los montes Virunga, donde aún hoy vive la única población de gorilas que queda en África. A Jane Goodall le enamoraron los chimpancés; tras varios años de perseverancia, consiguió que los que viven en el lago Tanganika la aceptaran como una compañera más. Imitar el comportamiento de los primates es el único modo de que acepten al investigador entre los suyos. Así, Diane, Jane y Biruté Galdikas, que lleva más de treinta años en la selva estudiando los orangutanes, pasaron muchas horas de observación masticando hojas, desparasitando a otro primate y dejándose desparasitar, o rehuyendo la mirada de algún joven macho desafiante ante el que debían mostrar sumisión si no querían ser golpeadas o mordidas. En ocasiones recibían a estudiantes, pero muchos, llegados a este punto, abandonaban tan duro trabajo.

Los estudios de campo en las condiciones que presenta la geografía africana son realmente duros. Horas y horas sobre la maleza; a veces, incluso, varios días a la intemperie, en muchas ocasiones bajo la lluvia; un proceso necesario en las investigaciones sobre el comportamiento natural de los primates al aire libre. En nuestro país, la veterinaria Olga Feliu dirige la Fundación Mona, un santuario en Riudellots de la Selva (Girona) que acoge a los chimpancés que han llegado a España provenientes de África, debido al tráfico ilegal. Durante los años 70 y 80 era muy corriente ver en las costas españolas a fotógrafos utilizando chim-pancés como reclamo para hacer fotos a los turistas con el animal y ganar así dinero fácil. A pesar de que hoy esta práctica ha disminuido considerablemente, estos animales continúan siendo utilizados para criar, y sus crías se emplean en circos ambulantes, zoos, anuncios, shows televisivos y otras atracciones.

Los orígenes de la Fundación Mona se remontan a 1984, cuando Simón y Peggy Templer (ver ADDA Defiende los Animales n.° 4, año 1992) una pareja inglesa que vivía en Breda (Girona, Catalunya) creó un pequeño santuario adjunto a su vivienda para poder atender a estos chimpancés, que se encontraban en pésimas condiciones. En esa época, Olga Feliu trabajaba como veterinaria en esta área, y fue requerida
en diversas ocasiones. Los animales rescatados eran recolocados en Zoo Chek, un santuario en el sur de Inglaterra, hasta que finalmente, en el año 1996, y por fallecimiento en un breve espacio de tiempo de los fundadores, el proyecto finalizó, reubicando provisionalmente a los primates que aún se encontraban allí. Como consecuencia, en el año 2000 se crea la Fundación Mona, y se inician las obras del centro de recuperación de Riudellots de la Selva con la inestimable ayuda técnica y financiera de la Sociedad Mundial de Protección de los Animales, WSPA. En la actualidad, Feliu es su responsable.

Y entre tantas mujeres, un sólo hombre, el profesor Jordi Sabater Pi (Barcelona, 1922); un hombre al que la Federación de Entidades pro Derechos de los Animales y la Naturaleza, FEDAN, ha querido rendir homenaje con motivo del 13.° aniversario de su creación en el marco del II Salón para el Bienestar y la Defensa del Animal Abandonado, ANIMALADDA (septiembre de 2006 en Barcelona).

El mundo académico conoce bien a este catedrático emérito de psicobiología y etología, Dr. Honoris Causa por la Universität Autónoma de Barcelona y por la Universidad Autónoma de Madrid, premio Narcís Monturiol a las ciencias (mayo 2005). A él se debe la introducción de la etología en nuestro país, y la creación de la primera cátedra de esta especialidad en la Universität de Barcelona. En 1966, la anécdota -como él la califica- de encontrar a Copito de Nieve y trasladarlo al zoológico barcelonés unió su nombre al de este gorila albino para siempre. Unos cazadores lo encontraron abrazado al vientre de su madre muerta, y él le salvó la vida, pues no hubiera sobrevivido solo en la selva, no sólo por la falta de sus padres, sino por las deficiencias que implica el albinismo (de oído, vista, piel, etc.) así como por resultar altamente visible, y por lo tanto, muy vulnerable.

El Dr. Sabater Pi es un científico que ha contribuido al avance de su disciplina con aportaciones tales como la constatación de que los chimpancés poseen sentido industrial y fabrican objetos en función de su cultura, el descubrimiento de la rana Goliat y el estudio de su etología, la dominancia cerebral de los loros grises, etc. Durante su larga permanencia de 30 años en África Occidental fue conservador del Centro de Ikunde, en Guinea Ecuatorial, y llevó a cabo investigaciones (de las etnias de diversos territorios, de los primates superiores, de sus florestas...) gracias a programas de la National Geographic Society y del National Institute of Health, de Estados Unidos.Conoció a Diane Fossey, quien en 1972 le invitó a realizar un estudio conjunto, y hay un trabajo firmado por los dos en el Journal Zoologic Society.

Ya en Barcelona, compaginó su actividad como conservador del parque zoológico de esta ciudad y la docencia en la Facultad de Psicología de la Universidad.

Pero Sabater Pi no es únicamente un experto etoprimatólogo. Sin ir más lejos, los treinta años que vivió en el continente africano le han permitido adentrarse en campos tan amplios como la Zoología, la Etnología, la Herpetología, la Ornitología, la Botánica y la Arqueología. Unos conocimientos que nos ha hecho llegar no sólo mediante sus libros, artículos y conferencias, sino gracias a sus maravillosos dibujos. En efecto, nuestro protagonista, al igual que otros naturalistas que viajaron y han viajado por los parajes más bellos de la Tierra, es un gran dibujante, un dibujante incansable. Él mismo se enorgullece de decir que ya dibujaba antes de escribir; un naturalista que muestra una extraordinaria curiosidad frente a todo aquello que le envuelve, desde una flor o un paisaje de los Pirineos hasta los primates y poblaciones indígenas de África.

Durante el acto de homenaje, Sabater Pi sonreía mientras se presentaba un reportaje en el que se mostraba el trabajo de las primatólogas de nuestro país; él es su guía, su maestro, su profesor... Y así, una vez finalizada la emisión del vídeo, nos conducía a un viaje a través del tiempo y del espacio. Un viaje a través de esas diapositivas que nos muestran imágenes de nuestros amigos más cercanos en su habitat.

LA ENTREVISTA

Con más calma, y habiendo tenido la amabilidad de recibirnos en la Fundación que lleva su nombre, el Dr. Sabaté Pi responde a nuestras preguntas.

-ADDA. Su biografía, Okorobikó, comienza con una cita de Josep Pía: «Lo que llamamos civilización tal vez no sea más que el reconocimiento de la limitación humana». ¿Cree que los seres humanos reconocemos nuestros límites?

-Dr. Sabaté. Todos no; aunque algunos, sí, bastante. La gran mayoría de la gente, no, pero hay un grupo de personas que ha leído mucho, y que tiene una conciencia de las cosas. Es decir, de manera general no, pero de una manera específica, pues sí.

-ADDA. Usted nos habla de la humildad como de una «actitud de contención, la única forma razonable de contrapeso a las actitudes antropocéntricas, un territorio para la esperanza». ¿Nos queda esperanza para los grandes simios?

-Dr. Sabaté. Para los grandes simios, por desgracia, no. Los grandes simios desaparecerán, porque los matarán para comérselos o alegarán que destruyen las fincas.

-ADDA. ¿Cree que sería posible, al menos, mejorar su situación legal?

-Dr. Sabaté. La única esperanza que nos queda es la de crear parques naturales. Grandes parques naturales, pero vigilados por guardias. Porque en África ya hay muchos parques naturales, pero no hay guardias que los vigilen, y sin guardias es como si no tuviéramos nada. Y nosotros, los países occidentales, podríamos pagar a estos guardas.

-ADDA. En referencia a los parques naturales, ¿qué implicaciones tiene el negocio del turismo en la vida de los simios que viven en libertad?

-Dr. Sabaté. Es un mal negocio, porque en los parques naturales, para hacer dinero, dejan entrar a los turistas, y los turistas traen enfermedades. Y estos animales no están inmunizados contra estas enfermedades, así que muchos mueren de neumonía... o de la misma gripe. En los parques naturales no se debería permitir la entrada a los turistas. Sólo científicos, y no demasiados.

-ADDA. ¿Por qué resulta tan complicada la aceptación del Proyecto Gran Simio, que ha reunido a especialistas de todo el mundo con el único propósito de hacer extensivo el ideal de igualdad moral, de libertad y de prohibición de la tortura de los grandes simios?

-Dr. Sabaté. Es un problema de etnocentrismo. Los hombres creen -aún lo creen hoy en día- que son únicos en la Tierra, y que son los amos de todo, y que, por lo tanto, los grandes simios no tienen derecho a nada. Pasaba lo mismo con los esclavos. Hasta hace 120 años no se abolió la esclavitud en España, y los negros no eran considerados personas, los vendían allá, en los mercados; ibas, y decías: «¡compro éste, compro aquél!». Pues con un gran simio, imagínate si hay gente a favor de eliminarlos. Piensan que un goria o un chimpancé es igual que una rata. La prueba es, por ejemplo, que a estos animales los tratan veterinarios, aunque debieran ser tratados por médicos, porque compartimos un 99% de genes con los gorilas y los chimpancés.

-ADDA. Este 1% del ADN que nos diferencia, ¿en qué se refleja?

-Dr. Sabaté. Se refleja básicamente en el cerebro. Porque el hecho de que los genes sean iguales en cierta medida no significa demasiado, porque lo que tenemos que observar es cómo funcionan esos genes, y eso todavía no lo sabemos.
mos en la cola, ¿qué podemos esperar de un país en el que se permiten las corridas de toros?

-ADDA.  ¿En qué más nos parecemos?

 -Dr. Sabaté. En cosas básicas. Conductas básicas. Por ejemplo, los chimpancés están dotados de una capacidad que pocos animales tienen: se reconocen ante el espejo. 

-ADDA. ¿Cree que, de alguna manera, hemos evolucionado en nuestra forma de considerar a los grandes simios? 

-Dr. Sabaté. Un poco, sí. ¡Pero muy poco! Los países más civilizados sí, pero en los países del Tercer Mundo, no. En el caso de España, desde luego estamos en la cola, ¿qué podemos esperar de un país en el que se permiten las corridas de toros? 

-ADDA. Ayer leí la historia de una gorila que siempre había vivido con humanos y, de pronto, la trasladan a vivir con otros gorilas en un centro de estudio.

-Dr. Sabaté. Ella no sabe actuar como un gorila.

-ADDA. No, no sabe. Le habían enseñado el lenguaje por signos, y cuando le preguntaban por los otros gorilas, se refería a ellos como «negras bolas de pelo». No se veía como gorila; en cierta manera, se sentía superior a ellos, porque se veía como un humano.

-Dr. Sabaté. Ella se veía como uno de nosotros. Con el tiempo, iría adquiriendo habilidades propias de su especie, pero de mayor no se adquieren grandes cosas. Porque hasta una edad determinada las cosas se aprenden tan sólo viendo, por imprinting, y en cambio, cuando pasas de una edad determinada, ya no se da el imprinting. Esto sucede, por ejemplo, con el aprendizaje de las lenguas. Un niño pequeño, de unos siete años de edad, aprende sin esfuerzos. Así, los gorilas que viven con nosotros no pueden ser reintroducidos en su habitat, aunque se hayan criado con su madre. Se crean unos santuarios, y allí viven estos animales. Pero, ¿podemos abrir la puerta y decir «a la selva»?, porque los demás animales los matarían.

-ADDA. Entonces, los destruimos.

-Dr. Sabaté. Nos estamos cargando la Tierra, pero esto es más serio de lo que la gente cree. Mire, calculo que si continuamos así, dentro de 40 años no quedarán ni gorilas ni chimpancés, porque en 80 años ha desaparecido el 80%. En los años 50, cuando yo estaba en África, en Guinea aún quedaban gorilas y chimpancés, y podías verlos. Ahora me han dicho que no se ve nada.

-ADDA. Y hablando del lenguaje como hablábamos, ¿qué sentido tiene el experimento de enseñar nuestro lenguaje a un gorila?

-Dr. Sabaté. Hombre, tiene el sentido de averiguar hasta qué punto son inteligentes. Y para valorar su capacidad de aprendizaje, que es muy elevada, porque un chimpancé puede aprender unas 500 palabras.

-ADDA. Y, en cambio, nosotros no somos capaces de comprender el suyo...

-Dr. Sabaté. Hay científicos que lo intentan, pero les cuesta mucho. No somos tan listos como nos creemos.

-ADDA. Tal y como explican Douglas Adams y Mark Carwardine en el libro "El proyecto gran simio, la igualdad más allá de la humanidad" puede que no se trate de que los simios deban adquirir un lenguaje, sino que lo que sucede es que existe un lenguaje que nosotros hemos perdido. ¿Qué lenguaje es éste?

-Dr. Sabaté. No, no es que tengan que adquirir un lenguaje, esto se hace para comprobar sus capacidades; lo que pasa es que así puedes conocer lo que un gorila piensa.

-ADDA. ¿Y en qué piensan?

-Dr. Sabaté. Piensan en cosas muy parecidas a las que pensamos nosotros. Piensan mucho acerca del grupo social en que viven.

-ADDA. Tal vez nosotros hayamos perdido un lenguaje...

-Dr. Sabaté. Hombre, el que debían hablar los Neandertales. ¿Cómo hablaban los primeros Neandertales, los primeros Homo sapiens?, nosotros no lo sabemos, ni lo podemos investigar. Pero, por ejemplo, si hoy de los aborígenes australianos, que son gente con facciones primitivas, quedaran sólo los esqueletos, los bautizaríamos con otro nombre. No los llamaríamos Homo sapiens. Y son Homo sapiens, igual que nosotros. Yo creo que los mismos Neandertales eran tan inteligentes como nosotros, o incluso más aún, lo que sucede es que no tuvieron tiempo de evolucionar. Tengamos en cuenta que el Homo sapiens apareció hace unos 200.000 años, y que hace tan sólo 10.000 años que hemos llegado a un estadio que hemos llamado «superior»; o sea, que antes éramos totalmente primitivos, pero muy parecidos a los chimpancés. ¡Eh!, son nuestros hermanos, por mucho que nos pese. Por lo tanto, merecen un respeto, un respeto especial. Ellos, los chimpancés, los bonobos y los orangutanes.

-ADDA. Según el profesor de Zoología de la Universidad de Kyoto, Toshiada Nishida, probablemente no hay ninguna otra especie animal al estudio de la cual alguien haya dedicado más de veinte años. ¿En qué cree que se diferencia el estudio de los chimpancés del de otros animales?

-Dr. Sabaté. En la proximidad. Es que así podemos conocer cosas de los hombres primitivos, podemos saber cosas de estos parientes nuestros tan cercanos, y conforme los vamos estudiando, los vamos viendo cada vez más cercanos.

-ADDA. Esta concepción antropocéntrica, a la que llamamos especismo, eso de que nosotros nos creamos el centro de todo... ¿de dónde proviene?

-Dr. Sabaté. Nosotros somos seres antropocéntricos, o etnocéntricos. Creemos que nuestro grupo es el de los verdaderos hombres. Esta idea ahora está algo más diluida, pero antes era muy firme. Por ejemplo, los catalanes enraonem (razonamos), los demás hablan. La razón es parienta del alma. La palabra vasca euskera significa «la lengua por antonomasia». Por lo tanto, y en cierta manera, quien la habla es un hombre. Los griegos llamaban bárbaros a los extranjeros que no hablaban su lengua, porque «no sabían hablar». Y todos los grupos humanos se definían a sí mismos con el nombre de «hombres». Por ejemplo, los esquimales se llaman a sí mismos iunk, que significa «hombres». Por lo tanto, los demás no son verdaderos hombres. Así, no nos ha de extrañar lo que sucede con gorilas y chimpancés, y esta concepción permitía la antropofagia, porque se comían a gente de otras tribus que no eran «verdaderos hombres». Esto lo expliqué en un Congreso, en Chicago, v me dijeron: "¡qué barbaridad!». Y les respondí: "no señor, yo esto lo sé porque he vivido en África durante 30 años, y he tenido relación con tribus indígenas, de las que conozco su lengua. Y he hablado con personas que, cuando eran jóvenes, aún no habían visto a los blancos, y me lo explicaron: que habían comido hombres y habían sido antropófagos.

-ADDA. ¿De dónde proviene este etnocentrismo?

-Dr. Sabaté. Esta situación también se produce en el caso de muchos animales. Todo lo que no es suyo se puede rechazar. Las guerras no son más que una manifestación del etnocentrismo. Para los nazis, los judíos no eran verdaderos hombres. Y, ¿por qué se vendían negros en los mercados? Porque no eran verdaderos hombres. No tenían alma.

-ADDA. ¿Cómo se imagina que nos ven a nosotros los grandes simios?

-Dr. Sabaté. Nos ven como a parientes, aunque nosotros no los veamos a ellos como tales. Y así nos dan una buena lección. Son más buenos que nosotros.

-ADDA. ¿Por qué se burlan tanto de los chimpancés?

—Dr. Sabaté. Porque se parecen a los hombres. También se burlaban de los negros. Yo tengo publicado un libro que se titula "Etología, hacia la desmitificación del hombre" que explica todo esto. Buda dijo: «no causes daño a ningún ser vivo». No causes dolor absolutamente a nadie. Esto es fantástico, ¿no? Siempre lo digo en las conferencias. Es una frase lapidaria. No causes daño a ningún ser vivo, una mosca incluida. Y yo no soy budista, pero el budismo tiene cosas muy buenas. El budismo guarda un gran respeto por los animales. Es una religión de la Naturaleza. San Francisco era también un gran amante de los animales. Los llamaba a todos hermanos, y el Papa no quiso recibirle.

-ADDA. No lo sabía, explíqueme la historia.

-Dr. Sabaté. No querían hacerlo santo. El Papa no quiso recibirle, y entonces fue a la iglesia de La Porsiúncula; la Porsiúncula es una iglesia que antes era un corral de cerdos, y de ahí el nombre. Y allá se metió, y se ensució de arriba abajo. Entonces, el Papa lo recibió, porque se conmocionó y lo recibió, ¡y cuando iba normal no quiso recibirlo! Yo tengo un hijo que se llama Francesc.

-ADDA. Sabemos que su vida contiene episodios excepcionales. ¿Podría explicarnos, por ejemplo, cómo fue su primer encuentro con los grandes simios?

-Dr. Sabaté. El primer contacto que tuve... ¡hace muchos años! Fue con los gorilas. Cerca de una montaña que recuerdo como un gran bloque de granito. Mi primer contacto con los gorilas fue allá, y lo recordaré toda la vida. Es impresionante ver a estos animales, tan grandes y tan mansos.

-ADDA. Dicen que cuando miras a los ojos de un gorila cambias para siempre.

-Dr. Sabaté. Sí, es una frase de Steve Bloom. Cuando miras a un gorila te llenas de ternura. Son unos buenos seres.

-ADDA. ¿África le cambió, doctor Sabater?

-Dr. Sabaté. ¡Y tanto, si me cambió! Me hizo ser más humilde. Todos deberíamos ir a África, porque allí se encuentra el origen de la Humanidad. Todos los grupos humanos proceden de África. Yo lo digo en todas las conferencias, todos los humanos deberíamos ir a África y besar la tierra, porque aquella es nuestra cuna. Y todos, todos, venimos de África.

-ADDA. ¿Cuál es la lección más valiosa que ha aprendido de los simios?

-Dr. Sabaté. Humildad. Estos animales son muy inteligentes, mucho más de lo que nos creemos, y nosotros los tratamos como a animales despreciables. Y esto no es justo. Nosotros también estamos muy limitados en nuestras posibilidades. Nuestra vida en la Tierra también se acabará. Nosotros tendremos un final trágico.

-ADDA. Muchísimas gracias, Dr. Sabater Pi, será una excepcional ocasión poder pasar al papel impreso expresiones, comentarios, citas y conocimientos que merecen ser divulgados por el enorme interés que contienen y de quien provienen.


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