Entrevista con Paco Morán - Rosa Maria Girona

ADDAREVISTA 14

El famoso y entrañable actor Paco Moran ha tenido la gentileza de recibirnos en el Teatro Borras de Barcelona, donde actúa, con gran éxito por cierto, en la obra "La extraña pareja", para charlar un rato sobre sus ideas acerca del mundo de los animales y su entorno. Siendo Paco Moran un hombre que ha viajado mocho por toda España, empezamos nuestra conversación hablando de las fiestas populares en las que se maltrata a los animales. "Me parecen aborrecibles, degeneradas y crueles -afirma-. Se tienen que eliminar esas atrocidades cuanto antes mejor. Yo, si viera a alguien maltratando a un animal le pegaría, le haría lo mismo que éL o ella, hicieran al animal".

- ¿Cuál es su opinión sobre las sociedades protectoras?
La mayoría de ellas hacen una labor encomiable. Pero no todas. Quiero decir que hay algo que no me hace ni pizca de gracia, porque parecen más campos de concentración de animales que lugares donde se les cuida y quiere. También parques zoológicos, porque los animales deberían estar libres. Si alguien quiere verlos, que se vaya a la selva a observarlos, pero que no los tengan enjaulados. Los hacen sufrir mucho. Paco Moran es un hombre sensible, muy concienciado en lo que a los derechos del animal se refiere. Al mencionar los experimentos en que se utilizan animales vivos se enfurece: "Eso es cruel, abominable. Son seres vivos como nosotros v también tienen sensibilidad".

- ¿Le parece bien el sacrificio de ciertos animales para hacer artículos de lujo?
Eso es inmoral. No creo que esté bien matar animales por capricho, para hacer artículos que en realidad no necesitamos. En cambio los animales sí necesitan su piel. Además, una señora para estar guapa no necesita ponerse un abrigo de piel. Tiene bastante con una sonrisa. Este cómico andaluz, catalán de adopción, va hilvanando sus ideas a medida que entramos en materia. "Lo mismo ocurre con los animales en peligro de extinción. No me parece bien que se trafique con ellos. Aquí no les hacemos ningún bien. Nosotros ya tenemos nuestra propia fauna, muy bonita, por cierto, y es de ésta de la que tenemos que preocuparnos. Debemos dejar que los demás países conserven la suya también. ¿Para qué quiere nadie un mono o una cacatúa tropical en su casa, con lo bien que viven los pobres en sus preciosas tierras?

El gran corazón que tiene este gran artista no se demuestra sólo en sus palabras, sino también en sus actos. Ha recogido a más de un perro y un gato de la calle. "Un día recogí un perro en la autopista -explica-, porque no quise que acabara en la cuneta, como muchos otros. Ahora vive con un vecino mío y es un animal feliz. Yo ya tengo un perro en casa -añade-. Un terrier al que llamo Tay. Anteriormente he tenido otros animales que ahora reposan debajo de un olivo, en el jardín de mi casa". La vida de un actor le obliga a ausentarse de casa con frecuencia, a hacer giras. Paco Moran tiene claro qué hacer con sus animales en esa situación. "Yo considero a mis animales domésticos de mi familia, por eso no me fío mucho de las residencias caninas. Creo que, si uno tiene que ausentarse y no puede llevarse a su animal consigo, es mejor dejárselo a un buen amigo o a un vecino".

Paco Moran se manifiesta sinceramente admirador de aquellos que defienden altruisticamente a los animales y recuerda que entre sus amigosartistas también "hay defensores de los animales: "Mi gran amigo Luis Aguilé es un gran amante de los animales. Quizá poca gente recuerde que escribió un libro titulado "El día en que los perros hablaron". Sin duda Paco Moran tiene interminables anécdotas que contar acerca de sus giras artísticas. Le pedimos que nos explicara alguna relacionada con los animales, y nos dio una muestra de su gran sentido del humor. "Os contaré una que no tuvo lugar en el teatro, sino en un hotel de Granada de cuyo nombre ni me quiero acordar. Estando allí con mi compañía para actuar durante unos días, entramos en el hotel y el recepcionista me dijo, refiriéndose a mi perro Tacho: "Aquí los chuchos no pueden entrar". Yo reclamé la presencia del responsable del hotel, pero no apareció. Entonces cogí al perro, lo subí al mostrador de recepción y le dije: "Mira, Tacho, este hotel es una mierda". El conserje intentó hacerme callar, pero yo le dije que estaba hablando con mi perro. Poco después nos fuimos toda la compañía a otro hotel, en el cual no tuvimos ninguna dificultad."

Paco Moran se despidió de nosotros apostando por el futuro, que en su opinión pasa por la educación de los jóvenes: "Hay que sensibilizar y enseñar a los niños, para que éstos a su vez enseñen a sus padres y luego a sus hijos, y así hasta que el respeto por todos los seres vivos cale hondo en todos nosotros.


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