El reconocimiento de un creciente interés hacia el mundo de la naturaleza y en especial hacia los animales, ha encontrado cauce mediante la expresión artística y creativa dentro del ámbito de la cultura moderna. Redactado un manifiesto, los artistas animalistas firmantes, pretenden reconocer, definitivamente, la existencia de la corriente animalista y determinar oficialmente sus características. El término “animalista” ha sido adoptado sobre bases históricas y de paralelismo con las demás corrientes artísticas (impresionista, futurista, cubista, expresionista, surrealista) en reconocimiento de la existencia de los animales como entidades independientes al hombre. El artista “animalista” es favorable a los animales para interpretar sus formas y espíritu, y extraer ideas para trasformarlas en combinaciones puntuales, cromáticas, de formas y volúmenes.

El animal debe ser representado libre de cualquier sometimiento humano; ser ellos los protagonistas, predominar, incluso, con la presencia del hombre; y aunque no sea estructuralmente reconocible, se debe comprobar a través de la temática o de un sujeto animalista.

La primera muestra de este estilo se pudo contemplar el pasado 28 de noviembre de 2002 en Barcelona con motivo de la presentación de una colectiva itinerante expuesta en la sala Espais d’Art ACEA’s . Ha recalado en la Ciudad Condal, procedente de Torino (Italia), pues han sido artistas italianos quienes han iniciado este movimiento, para continuar hacia Londres (Reino Unido), con una gran variedad de obra, ya sean lienzos o esculturas, elaborados con cualquier clase de técnica, que permiten, al artista, la mayor libertad de expresión.