La Ley de Protección de los Animales balear prohibe los espectáculos que conlleven maltrato y crueldad con los animales, a excepción de las corridas de toros. La delegada de ADDA en Mallorca, María Sansó, venía denunciando desde hace 14 años –que son muchos años– ante el Govern Balear el reiterado incumplimiento de la normativa, pues en la playa de Can Picafort, en la bahía de Alcudia, y en el ayuntamiento de Santa Margalida, al que pertenece, se hacía caso omiso de la legislación.

El pasado verano de 2005, el ayuntamiento ya no organizó la suelta de patos por la multa de 9.000 euros que se le impuso (ver ADDA Defiende los Animales n.º 30) debido a las reiteradas denuncias de ADDA, a pesar de que un grupo de particulares hizo un nuevo intento. Las relaciones entre la administración local y ADDA se convirtieron en un enfrentamiento, con declaraciones a la prensa descalificativas por parte del alcalde pedáneo hacia la ONG. Similarl suelta Colonia de Sant Jordi, en la costa este cercana a la isla de Cabrera. 

Todo lo anterior ya es historia. El mes de agosto de 2006, época de «patos vivos al agua para su caza» ha terminado en Mallorca. Ambas localidades, Can Picafort y la Colonia, han decidido continuar la fiesta de una forma más original, exenta de crueldad, realmente divertida y que ha tenido un gran éxito entre los que participaban. Los patos lanzados al mar eran de plástico, y quien lograba hacerse con uno de ellos podía encontrarse con la agradable sorpresa de que le tocaba un viaje, o un variado surtido de premios. Como era de esperar, la asistencia fue mucho mayor, la diversión sana, y todo el mundo satisfecho.

El ADDA, olvidando todo lo pasado, envió escritos agradeciendo y felicitando a las autoridades locales. «Queremos que nuestras denuncias de cada año ante las autoridades pasen a la historia», manifestaba María Sansó, representante de ADDA en Mallorca.