Gripe A y pandemia que no fue

ADDAREVISTA 41

Próximo al cierre del ejemplar correspondiente al primer semestre de 2009 (nº 38), aparecía en México la gripe porcina —denominada más tarde en España, por intereses del sector cárnico-porcino, como Gripe A— con unas características y una virulencia que llevó pronto a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considerase como una pandemia. Por tratarse de un nuevo episodio de infecciones transmisibles de los animales —gripe asiática/gripe aviar— a los hombres, de inmediato fue objeto de nuestra atención, al entender que se trataba del resultado de una nueva manipulación o situación límite a la que se somete a los animales.

Ya en los siguientes meses los medios de comunicación daban a conocer, constantemente, y con toda clase de detalles, los episodios y el recuento, casi diario, de las víctimas. Por ello en el ejemplar de ADDA Defiende los Animales, correspondiente al segundo semestre (nº 39), se reproducía un artículo muy detallado basado en un informe de procedencia norteamericana que explicaba la interrelación entre los cerdos, los humanos y la nueva enfermedad. Datos, por cierto, rigurosos y muy poco difundidos por los medios generalistas.

Durante los meses de julio y agosto corrientes —año 2010— la misma OMS daba por finiquitada la denominación pandémica, y los medios de comunicación volvían sobre el tema con mucha menor intensidad y se expresaban acerca de las posibles exageraciones generadas por el lobby farmacéutico y el despilfarro de millones de vacunas inservibles. Resumiendo: quizá la OMS, en un exceso de celo, magnificó la situación; quizá sí que hubo intereses ocultos de las farmacéuticas —poderosas multinacionales—, pero la realidad es que la naturaleza se ha mostrado benigna con los humanos y aquella pandemia pasó de puntillas para diluirse entre otras gripes estacionales que afectan regularmente a todo el planeta.

Gripe porcina, SÍ; gripe A, NO.

Sirva lo anterior como broche y cierre —¡se espera!— de esta alarma, que con el recuerdo de la «gripe española», terrible en Europa al principio del siglo xx, ya que se llevó por delante entre 40 y 50 millones de personas, se intentó magnificar.

Ahora se considera que era necesario y respetuoso hacia nuestros lectores, mentar de nuevo el asunto a fin de que no se pudiese pensar que esta publicación, que ahondó en el tema, ahora, por estar callada, se olvidaba de la cuestión. En absoluto. Es más: ha quedado probado y ratificado que la «pandemia» provenía del cerdo y de las condiciones y explotación a las que se halla sometido. Y quienes no lo aseguraron, por la incertidumbre del desarrollo de los acontecimientos y porque hubiesen tenido que aceptar una tremenda responsabilidad, ahora reconocen abiertamente que el origen provino del cerdo. O sea, que: gripe porcina SÍ; gripe A, NO.


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