Parlamento Europeo y eurodiputados españoles - Manuel Cases

ADDAREVISTA 8

La más viva representación de una actual Torre de Babel — informatizada, eso sí— puede hallarse, como ejemplo, en el Parlamento Europeo con sede en Estrasburgo. Resulta ser un conjunto de edificios de discutible gusto arquitectónico unidos entre sí por interminables pasillos que conducen a infinidad de minidespachos de los eurodiputados, a diferentes salas de reuniones y al gran salón de sesiones en donde cada eurodiputado tiene asignado su número, su sillón y su pupitre. Dicen los enterados que para poder orientarse con una cierta facilidad se precisa, como mínimo, dos semanas para los que tienen conocimientos previos en espeleología y hasta algunos meses para el resto. Además de su complicada configuración, la infinidad de logos, flechas, números, direcciones y sentidos, constituyen una amalgama indescifrable que raramente quien la diseñó, debió llegar a entenderla.
El ambiente no es nada clarificador, con un constante ir y venir de carretillas con miles de fotocopias en nueve idiomas oficiales para que la inmensa mayoría no sean ni leídas y vayan a parar a las basuras comunitarias. Recordemos que otro organismo internacional, la ONU, consumió en un año 5.300 toneladas de papel equivalente a la tala de 100.000 árboles. Otros carritos con aguas minerales, lacticinios, etc., Etc circulan conducidas con la habilidad que da la práctica, entre la nutrida concurrencia. Se distingue, entre el bullicio, algún que otro grupo de personas, con paso rápido y decidido, rostros ceñudos, preocupados; vestidos con trajes oscuros que arropan, o protegen, al —o la— persona que rodean. Eso cuando no se topa con el «euro» reivindicativo vestido a la más pura usanza tirolesa. Profusión de ordenanzas de frac y cadena al pecho cual burgomaestre o «sommelier», que cuando verdaderamente se necesitan —y ello ocurre continuamente—, brillan por su más absoluta ausencia teniendo que recurrir al puro y simple abordaje de quien, por su facilidad de desplazamiento, se supone que ya ha superado la larga fase de aprendizaje.

Con este «background» más propio de un decorado de telefilme americano con las consabidas comparsas de fondo, la actuación y las resoluciones de un organismo que además no tiene fijadas sus competencias, que parece el «patito feo» de la Comunidad como se ha visto recientemente en la cumbre de Maastrich y al que no se le piensa revitalizar, no dejan de ser un tanto peculiares y descafeinadas. Y ello ha de notarse, forzosamente, en su forma de trabajar. Dentro de su actividad existen distintos grupos de trabajo, a los que voluntariamente se adhieren los eurodiputados, y que constituyen los INTERGROUPS. Hay, y habrán, tantos como se quieran sobre los temas más variados.

Y uno de ellos —el que interesa a los animalistas— es el INTERGROUP PARA EL BIENESTAR ANIMAL. Lo preside la Sra. Mary Banotti, irlandesa, y lo forman 23 eurodiputados, todos ellos Vicepresidentes. La secretaria la instru-mentaliza el EUROGROUP, con sede en Bruselas —ajeno al Parlamento Europeo pero reconocido por éste—, quien se encarga de preparar la agenda de las sesiones.
En las últimas reuniones (10 de Octubre y 12 de Diciembre) y sin que se pueda explicar con exactitud el motivo por el cual fue convocado, contó con la presencia del eurodiputado español Antonio Navarro (P.P.) quien fue invitado a hablar sobre el tema de las corridas de toros, presentando ante el Intergroup las excelencias de su otro recién formado «Intergroup en Corridas de Toros y Cultura», de los 55 millones de pesetas que giran alrededor de los toros, de las 250.000 familias que viven, directa o indirectamente, de ellos y de las consecuencias que tendría una restricción en esta materia. Que «su ánimo al haber sido invitado no era el de causar conflicto alguno, que de los 40 «euros» que componen su grupo ninguno era un gran aficionado» y recalcando el carácter cultural del espectáculo. Se declaró en favor de la protección de los animales, en contra de las fiestas crueles no reguladas y que su Grupo había presentado en el Parlamento español un «Proyecto de Ley Protección Animal» que hasta incluía los cuidados que un toro merecería durante su traslado desde la dehesa al ruedo (¡!) y que se estaba elaborando una relación de fiestas crueles — excluyendo las corridas de toros— que sirviera para suprimir las no reglamentadas y así proteger a los animales.

Pero después de tanta explicación, cortesía parlamentaria y varias cortas intervenciones, la sesión acabó bruscamente cuando una de las eurodiputadas extranjeras, le preguntó directamente al Sr. Navarro si tenía o no, intereses económicos en este tema (es bien sabido que el Sr. Navarro es propietario de una dehesa de toros). Así pues se sintió muy ofendido y abandonó la sala. Es posible que este acto insólito despertase a los adormilados eurodiputados poco acostumbrados a similares reacciones.

Y con este «suspense» en la reunión del 12 de Diciembre volvió a presentarse sobre la agenda el tema «corridas de toros» y a ser invitado, nuevamente, Antonio Navarro, quien repitió, en general, lo ya expuesto anteriormente: «no somos los exportadores de la brutalidad de la cultura», «no estamos dispuestos a la uniformidad de las culturas», «cuando se habla de los toros se habla a un distinto nivel de los perros y los gatos». Son varias frases entresacadas de su papel prominente y avasallador con que —sentándose en la mesa de la presidencia— acometió ante un «respetable» que de toros sabía poco, o nada, y que quedaría más que convencido de que intentar erradicar las corridas de toros en España era el peor agravio que se podía hacer a todos los españoles, quiénes, más o menos, se sentían aficionados y fervorosos de la fiesta. Es lógico que ante un público que hace de la corrección y la prudencia su forma de ser habitual, la arrogancia, el desparpajo y el dominio del tema de Navarro los dejase sin capacidad de reacción. Tan sólo algunos eurodiputados ingleses entre ellos Madrom Seligman, intentaron replicar con razones éticas y filosóficas, pero el desconocimiento supino de la actual realidad española, les dejaba faltos de la fuerza de convicción que era precisa para contrarrestar el bien preparado juego que el grupo taurino había planeado. Y el punto culminante de la sesión llegó cuando Madrom Seligman dio la palabra a Vicky Moore, quien le asistía y era su invitada. En este punto el eurodiputado español invitado García Amigo interrumpió diciendo a la Presidencia que en caso que se autorizase su intervención, él abandonaría la sala, aduciendo otros temas ajenos e irrelevantes ocurridos en su ganadería el pasado mes de agosto con motivo de un programa de la Thames Televisión inglesa. Hechos que, además, resultaban injuriosos para Vicky Moore. Pero la Presidencia, aquel día, no supo reaccionar. Los taurófilos lograron mantener el discurso para acaparar tiempo y esperar el fin de la reunión que se produje irremediablemente a la hora fijada, pues el foro debía estar dispuesto para otro acto. Y así se llegó al... «érase una vez que, en una reunión del Intergroup para Bienestar Animal del Parlamento Europeo, una probada, respetable y enterada defensora de los animales fue injuriada por un eurodiputado taurófilo invitado y no se le dio ni tuvo opción para replicar». Para que vean, amigos lectores, que cuando decíamos lo de la Torre de Babel no andábamos muy equivocados.
En su momento tuvimos la ocasión de escuchar de sus propias palabras —en manifestaciones a Fernández Deu en Radio Nacional— las aventuras del espabilado «euro» Antonio Navarro que, con un cordial trato personal, juega a mitad picaro mitad caballero andante, y su intensa actividad desplegada aquel día en que la Mesa de hemiciclo del Parlamento Europeo discutía el «Informe Schmid» que tenía por motivo condenar las fiestas crueles con animales; no tan sólo en España sino en Europa y en especial a las corridas de toros. Cogiendo, como tiene por costumbre, adormilados al resto de sus colegas, después de un rápido recuento dentro y fuera de la sala con personas estratégicamente ubicadas al efecto, forzó, en un momento dado, la votación para que el informe no prosperase. Y lo logró. Y lo hizo bien, porque cuando hay que preservar la continuidad de la «fiesta» aunque tan sólo se trate de condenas morales, hay que aguantar firme en el escaño. Pero claro... el cansancio y la debilidad hicieron mella en otros que, de forma consecuente, debían apoyar el Informe y que fueron escaqueándose fuera de la sala. Hasta que su número —que era controlado desde dentro y fuera— daba el cómputo que se deseaba y... ¡zas!, votación. No prospera, y a otra cosa.
Y así fue como Antonio Navarro, Ingeniero Agrícola, eurodiputado por el Partido Popular empezó a adquirir popularidad y su figura, figura (valga la redundancia) como paladín a nivel político del mundo del toro. Y así es como continúa en la brecha formando recientemente el nuevo «Intergroup para la Tauromaquia y la Cultura», presidida por un francés y él mismo como Vicepresidente. Interesa, como es lógico desmontar lo de «La Tortura no es Arte ni Cultura» y, por lo tanto, hay que enfatizar tanto como se pueda una amalgama de conceptos: «arte, cultura, toros, tradición,... En fin, «lo nuestro».

Todo lo anterior no debe extrañarnos. Desde que España accedió a la Comunidad y, concretamente, al Parlamento Eurpeo en enero de 1986, si se siguen las actas del Intergroup y las actividades parlamentarias, se puede constatar que cuando se toca el tema «toros», al grito de «Fuenteovejuna» se olvidan partidos, querellas o «trapitos sucios» para presentar un bloque monolítico en favor de la mal llamada Fiesta Nacional.
Pero, ¿a qué conduce todo esto? Vamos a las encuestas. Vamos a la base; a la realidad de los hechos. En este mismo número figuran los resultados de los últimos sondeos de opinión. Y están muy claros: más del 50 % de los españoles no se interesan por las corridas o están en contra, y en Cataluña, simplemente, el 90 °/o de los encuestados las suprimirían. ¿Cómo es posible de que no exista un partido político — pues las listas cerradas obligan a los partidos, no a las personas— que 'quiera hacerse partícipe de este sentir popular del electorado y se decida, de una vez por todas, a hablar claro en los foros españoles e internacionales? ¿O es que «en hablando de toros» las encuestas no valen y podrían perder votos?

Creemos, sinceramente, que la falta de representatividad es tan ostensible y alarmante que el sistema no funciona. Al igual que respetamos a quienes están a favor de los toros -sin compartir su posición-, exigimos tener una voz democrática y responsable con la que nos sintamos dignamente representados para pedir, también, de que ya ha llegado la hora de suprimir o evolucionar profundamente este tipo de cruel espectáculo.

Partidos políticos y señores europarlamentarios... ¿quién da más?

 

Ong ADDA  -Octubre/Diciembre 1991


Relación de contenidos por tema: Corridas de Toros


Temas

Haz clic para seleccionar