Proyecto Pentauro, del dicho al hecho

ADDAREVISTA 48

A finales de 2013 el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, presentó el primer plan estratégico nacional de fomento y protección de la tauromaquia, denominado Pentauro. Dicho plan ha sido elaborado por la comisión nacional de asuntos taurinos (CNAT), formada por representantes de la administración central, de las autonómicas y de profesionales y aficionados a los toros. En total han prestado su colaboración más de 40 «expertos» y profesionales de prácticamente todos los sectores relacionados con el mundo del toro (matadores, subalternos, ganaderos, empresarios, presidentes de plazas, prensa taurina, aficionados, etc.) y ámbitos de las administraciones públicas. Se ignoraron los grupos animalistas, dada la circunstancia de que a suponer de los expertos, el movimiento antitaurino en España no existía.

Al igual que la ley de la tauromaquia de 2013, el plan estratégico nacional de fomento y protección de la tauromaquia aboga por el impulso de los trámites necesarios para la inclusión de la tauromaquia en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO, así como fomentar y garantizar el libre ejercicio de la lidia. De lograrse esta quimera, una entidad de la solera y bien hacer como la UNESCO quedaría absolutamente desprestigiada ante cualquier entidad cultural de prestigio del mundo. Para ello, Pentauro se ha estructurado en cinco ejes, articulados en cuatro programas, cada uno de los cuales cuenta con un objetivo concreto y unas medidas para llevarlo a cabo. Estos son: la calidad del producto, la competitividad, la aportación al PIB y a la seguridad social y un plan estratégico de comunicación.

Asimismo, el plan contiene un listado en el que se reflejan los responsables del cumplimiento de cada una de las medidas (sean administraciones pu?blicas, sectores taurinos o una combinación de ambos). La comisión ejecutiva de la CNAT, en coordinación con la unidad de asuntos taurinos del Ministerio de Educacio?n, Cultura y Deporte, será la responsable de fijar los calendarios, indicadores de cumplimiento y costes aproximados para cada uno de los puntos marcados en los programas de Pentauro, y llevarlos al pleno para su posterior aprobación.

Y ya por finalizar, la quinta columna de este plan estratégico nacional de fomento y protección de la tauromaquia señala la cooperación tanto interadministrativa como entre países con tradición taurina y también hace referencia a la reforma de la comisión nacional de asuntos taurinos.

Voces en contra

Podría considerarse en su conjunto este plan estratégico Pentauro como una hábil estrategia para contentar al sector taurino, después de haber visto cómo su iniciativa de legislación popular, ILP, que «debía devolver las corridas de toros en septiembre pasado a la Monumental de Barcelona» y tantas otras pretensiones, ha quedado desvanecida. También para contento de la ciudadanía en continuada crisis, el ministro José Ignacio Wert ha remarcado que el plan estratégico nacional de fomento y protección de la tauromaquia «costará cero euros al bolsillo de los españoles», algo que las asociaciones animalistas no creen y que son totalmente contrarias a que se destine dinero público a los toros.

Al coordinador de la Asociación Parlamentaria Defensa de Derechos de los Animales, APAPDA, con sede en el mismo Congreso, y diputado de la Chunta Aragonesista, CHA, Chesús Yuste en el Congreso de los Diputados, le parece inverosímil que el gobierno vaya a implantar un plan con cuarenta y seis medidas sin destinar dinero público y que «respaldarlo con una pátina de patrimonio cultural es desviar recursos que deberían ir a la cultura de verdad y proyectar una cultura de España muy alejada de la realidad».

Evidentemente Ong ADDA se manifiesta totalmente en contra de Pentauro. No solo por el maltrato animal que esta práctica desfasada y camuflada de tradición supone, sino también porque cree que está totalmente fuera de lugar y en nula sincronía con la opinión pública. Tal y como se extrae de los últimos datos oficiales, correspondientes a la edición 2010-2011 de la encuesta de hábitos y prácticas culturales, elaborada cuatrienalmente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a partir de un muestreo dirigido a 16.000 personas de 15 años en adelante, la tasa de asistencia anual a espectáculos de lidia se situó en el 8,5% de la población analizada. Si se compara este resultado con el del periodo comprendido entre 2006 y 2007 que es del 9,8% se observa un ligero descenso en la cifra de asistentes a este tipo de espectáculos. El descenso es general e imparable incluso en las consideradas catedrales de la tauromaquia como son Sevilla y Madrid.

 

Ong ADDA  -Junio 2014


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