Impacto de la guerra del Golfo Pérsico sobre los ecosistemas y especies animales

ADDAREVISTA 6

Todas las guerras tienen consecuencias negativas para la humanidad: pérdida de vidas humanas, destrucción y odio. Todas ellas significan un fracaso de la especie humana, puesto que son una muestra de su incapacidad para utilizar la inteligencia con el fin de vivir civilizadamente con otros seres de la misma especie. A lo largo de la historia las guerras han recibido calificativos que explican su origen, motivación, duración..., etc. (Guerra de la Independencia, de los Cien Años, de los Siete Días..., etc.). A la guerra del Golfo debería llamarse la «Guerra de la Catástrofe Ecológica», por las graves conscuencias que, en este sentido, ha generado y generará.

Las imágenes que la televisión mostró al mundo entero de los pozos ardiendo o de un Cormorán agonizante empapado de petróleo, han sacudido, sin duda, y de forma especial, al mundo Occidental. En esta guerra se ha utilizado una nueva y terrible arma: el provocar una destrucción ecológica para minar la opinión pública y moral del contrario, habida cuenta de su mayor conciencia ecológica. El terrible error de quien utilizó este arma es la creencia que ello afectaría solamente a uno de los bandos en litigio; mientras que la verdad es que los primeros afectados son los propios habitantes de la región.

Los expertos han vaticinado que serán necesarios, al menos, 200 años para paliar la gravísima catástrofe ecológica que ha implicado el vertido masivo del crudo en las aguas del golfo Pérsico. Esta cifra, quizás optimista, se basa en que es éste, precisamente, el tiempo necesario para renovar totalmente las aguas de este mar. Mar que se caracteriza por su poca profundidad y por la existencia de un ecosistema muy cerrado donde el agua circula lentamente y se renueva, únicamente, por el estrecho de Ormuz. Al ser las aguas transparentes y poco profundas, su riqueza y productividad es muy elevada especialmente en la cercanía de las costas donde existen arrecifes coralinos. El crudo vertido impide que la luz solar llegue a las capas más profundas y dificulta el desarrollo de los pequeños organismos —plancton— que son la base de todo el ecosistema. El coral se verá afectado y su recuperación puede durar varias décadas debido al lentismo crecimiento de estos organismos. Los peces se verán también afectados, especialmente las crías que nacen y crecen en las marismas y estuarios. La pesca disminuirá, sin duda, durante un largo período. El impacto de la guerra afectará también a áreas situadas a gran distancia; la combustión del petróleo que arde en los pozos incendiados, o el que se ha derramado en el mar, genera toneladas de contaminantes y humos que llegarán a las capas altas de la atmósfera y serán transportados por las corrientes de aire hacia la zona de la India. Ello provocará lluvias acidas en toda el área del medio y extremo Oriente, pudiendo afectar, incluso, a los delicados bosques subtropicales de la India. A nivel climático puede coincidir con la llegada de los monzones y provocar alteraciones importantes e imprevistas.

Por otra parte en las zonas desérticas el impacto de la guerra — explosiones, grandes movimientos de tierra, vehículos pesados, residuos producidos por los grandes contingentes humanos...,— es importante pero, probablemente no irreversible. Otro aspecto, que de forma indirecta, puede tener graves consecuencias, según ha quedado demostrado en otros conflictos bélicos, es la caza incontrolada de animales para realizar prácticas de puntería o para alimentación de las tropas. En la región todavía pueden encontrarse la Hubara chlamidotis unduiata (una especie de Avutarda que recuerda a una pequeña Avestruz) y las Gacelas arábicas (Gazela gazela) que tiene unas poblaciones muy reducidas debido a la intensa presión de las cacerías que realizan los árabes con vehículos todo terreno. Las dos especies pueden haber llegado a desaparecer definitivamente en toda esta área.

En las zonas litorales es donde se encuentran los ecosistemas más ricos desde el punto de vista biológico, como son los grandes estuarios y deltas —como es el de Shatt-el-Arab, en la zona de Basora—, marismas litorales y arrecifes coralinos (prácticamente a lo largo de toda la costa de Kuwait) y pequeños islotes próximos donde hay grandes colonias de aves marinas. La marea negra de petróleo afectará, prácticamente, a todas ellas, especialmente a las situadas en al costa de Kuwait. Tanto las zonas de Irak como las de Irán sufrirán las consecuencias más adelante, especialmente Irak dado que, al parecer, las corrientes predominantes que arrastran el petróleo van en dirección SE. Pero en tiempo de tormentas, llevarán la marea negra también hacia el extremo norte del Golfo. Los arrecifes coralinos pueden destruirse completamente por pérdida de transparencia de las aguas y por la sedimentación del petróleo al cabo de un tiempo.

Las especies anímeles afectactadas por la marea negra son las siguientes:

AVES

  • Faetón (Phaeton aethereus). La subespecie que vive en el Golfo, cría únicamente en una colonia situada en una isla de Kuwait. El resto del año vive totalmente en el mar, empezando a criar a principios de la primavera. Puede verse muy afectada. Esta subespecie probablemente quedará amenazada de extinción.
  • Cormorán de la Socotra (Phalacrocorax niglogularis). Ave marina litoral que captura peces de superficie nadando y zambulleándose en el agua. Los efectos de la marea negra serán nefastos para esta especie tal como se ha podido ver en las imágenes televisivas que nos han llegado del Golfo.
  • Garceta dimorfa (Egheretta gularis). Vive a lo largo de toda la costa donde pesca peces en aguas poco profundas. Tendrán graves dificultades para hacerlo debido a la marea negra que cubre buena parte del litoral. Cría en abril a junio, preferentemente en islotes. Este año la nidificación se verá muy afectada.
  • Flamenco (Thoenicopterus ruber). Cría en islotes próximos a Kuwait, se alimenta en aguas salobres poco profundas que, en buena parte, se encuentran cubiertas por petróleo.
  • Petrel de Jouanin (Bulweria fallax) y Pardela pérsica (Puffinus herminieri). Ambas son aves totalmente marinas parecidas a los albatros dado que viven y duermen en el mar. Crían en islotes pero se desconoce exactamente su localización. La segunda es endémica del Golfo. Pueden verse seriamente afectadas sus poblaciones.
  • Charranes, diversas especies de estas golondrinas de mar viven en las aguas del Golfo Pérsico (Serna caspia, Sterna bengalensis, Sterna repressa, Sterna albifrons, Sterna anaethetus, Sterna saundersii). Todas ellas capturan pequeños peces de superficie zambulleándose en el agua. Las manchas de petróleo provocarán grandes migraciones en busca de alimentos así como la muerte, por inanición, de muchos ejemplares.

TORTUGAS MARINAS

  • Tortuga verde (Chelonis mydas). Cría en playas desérticas en unas pocas localidades que ahora, quedarán afectadas.
  • Tortuga carey (Eretmochelis imbricata). Es todavía más rara que la anterior. Hay muy pocas localidades de cría de esta especie en el mundo. La desaparición de las colonias del Golfo podrían poner la especie en peligro a nivel mundial.

MAMÍFEROS MARINOS

Hay diversas especies de delfines que viven en las aguas del Golfo (los géneros Stenella, Pseudorca, Neop-hocaena). A pesar de ser un mar bastante cerrado y poco profundo, también es posible la presencia de ballenas como la Ballena azul (Balaenoptera músculos). Estos mamíferos se verán afectados directamente por la mancha de petróleo e indirectamente por la falta de alimento.

Esperemos que después de esta horrible guerra, el hombre tome conciencia de las consecuencias entre causa y efecto y se tengan en cuenta, y prevalezcan, unos criterios básicos para que no pueda repetirse una catástrofe ecológica de esta magnitud. (Enric Carrera, en exclusiva para AdlA).

 

Ong ADDA   Abril/Junio 1991


Relación de contenidos por tema: Conservacionismo


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