El agua

ADDAREVISTA 59

El agua, H2O, un líquido incoloro, inodoro e insípido; agua potable, marina que ocupa dos tercios del planeta, de desaladora, termo mineral, de lluvia, de manantial, natural, carbónica, alcalina. ¡El agua! ¡Bendita agua que constituye el milagro de la vida! De sus humanos, de sus animales y de todos cuantos le merecen su existencia. ¡Ese bien preciado que, por su abundancia, mares y océanos dan fe de ello! Y sus carencias, cuando desaparece y desertiza, o la condenan, la maltratan, la polucionan, la ensucian y la desaprovechan. Interesante recordar que en todos los avances y búsquedas planetarias existe un factor común que los científicos están ansiosos de descubrir: la existencia de agua.

Pero nada desaparece, todo se transforma; y la secuencia de estado de sólido a vaporoso y líquido permite el ciclo vital de la vida en nuestro planeta. Algo tan sencillo y difícil de recordar cada día de nuestra existencia sin darle las merecidas gracias. Concienciarse de este tesoro hoy sería de obligado cumplimiento para respetar su resguardo y utilización.

En algo, eso sí, el hombre le ha otorgado la preponderancia requerida, y que por su cualidad, impone su dominio en cuanto a la temperatura, fijando unos estándares, a una atmósfera de presión atmosférica que regularizan unas normas mínimas por las que regirse; desde los cero grados —estado sólido— a vapor —100 grados centígrados— que, en conjunto, ponen orden en la vida diaria de los humanos. También concuerda en el SMD el agua con la definición del peso: un cubo de agua de 10 centímetros de lado equivale a un kilo, y si el cubo tiene 100 centímetros de lado (1 metro), representa una tonelada.

Avanzando más, si se entra a enjuiciar su consumo y utilización, ¿cuáles serían las prioridades que le debemos al agua en un sentido antropocéntrico, si es vital para nuestra subsistencia, cuando el cuerpo humano se compone del 60 % de agua?

En referencia al medio ambiente, el agua regula, establece, otorga o castiga según las características geográficas en donde figura con mayor o menor presencia. En consecuencia, toda actividad humana queda a merced de su presencia. Y es aquí donde interesa estudiar la utilización y el aprovechamiento que se hace de ella en razón de su abundancia o escasez. Seguir con este relato, hasta ahora atemporal, no sería viable si en estos momentos, inmersos ya en pleno cambio climático, no se focaliza el problema al que ahora se tiene que hacer frente.

Se tiene por factible que en el año 2025 dos tercios de la población humana carecerá de recursos hídricos. En concreto España, al sur de Europa y cerca de África, tiende a la desertización con mayores posibilidades.

Tan solo el 2,5 % del volumen total del agua del planeta es agua potable y solo un 3 % de las reservas mundiales provienen de ríos y lagos; el resto es salada, de mares y océanos. Su permanencia se produce por el ciclo de vaporización formando nubes y nieblas que revierten en la tierra en forma de precipitaciones. El hielo, como reservorio de los polos, por el efecto del cambio climático y calentamiento del planeta se deshiela, y el agua dulce de los glaciares se diluye y aumenta el nivel del mar.

La presencia del agua define la formación de grandes, medios o pequeños núcleos urbanos que se han ido localizando según las posibilidades hídricas disponibles. Al igual, la presencia de los animales y aves silvestres responden a este condicionante.

 

Regulación de la utilización del agua

Se ha expuesto de forma generalizada la importancia vital para el planeta y sus habitantes del agua. También se ha incidido en su utilización, que resulta vital, pero en su desperdicio al ser utilizada en otras labores más problemáticas, dada la progresiva desertización de espacios que antes eran ricos para dar producción vegetal. A nivel global, como todo se trasforma, lo que sustrae de un lugar la naturaleza lo devuelve en otros en forma de catástrofes. O sea, el espacio cultivable decrece, pero más tarde el agua se precipita sin control sin que pueda retenerse para su correcta y beneficiosa utilización. El cambio climático nuevamente. En vistas de un futuro prospectivo, parece claro lo siguiente:

- El agua es vida y resultará, progresivamente, el elemento más ansiado y fuertemente defendido.
- Su obtención para el consumo como agua potable procedente de la lluvia, los ríos, las fuentes y otras zonas de captación que deberán    estar rigurosamente protegidas para poder conservar su salubridad.
- Cualquier utilización de tipo industrial o manipulación debe ser estudiada y autorizada.

 

La ganadería industrial y el problema hídrico

El aumento excesivo y monopolizador que está sufriendo recientemente España con la ganadería industrial o intensiva, puede llevar al desastre si no se toman medidas inmediatas, al menos para parar el aumento de granjas y después rehabilitar lugares naturales con una productividad racional y que no comprometan el entorno. La ganadería industrial basa su presencia en el agua. Sin este elemento, no existiría. El agua se utiliza para todo, directa o indirectamente, y el sector porcino es el de mayor consumo. Nuestros lectores han sido informados de todo este proceso y conocen toda la problemática; por esto, no se incidirá más. Pero sí, se vuelve a poner de manifiesto el gran consumo de agua de los cerdos y el problema que implican sus deyecciones (purines).

La escasez de agua en todo el planeta prevé serios problemas para un cercano año 2025. El consumo cada vez mayor de carne para una población también cada año mayor conducirá a un nuevo sistema alimenticio. Lo que parecía hace unos pocos años ciencia ficción ya parece más verosímil: carne ajena a los animales fabricada por cultivo de células, consumo de insectos, etc. Sea lo que sea, los sistemas actuales son insostenibles y precisan de nuevas perspectivas rápidas y efectivas.

 

Diciembre 2019


Relación de contenidos por tema: Conservacionismo


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