Estiércol en bandeja de plata - Nuria Carrizosa

ADDAREVISTA 21

La era de la tecnología significa, entre otras cosas, pérdida de los valores éticos y morales. Si no, como se explica que actualmente una vaca pueda ser engordada en un año para que acabe en un plato o que un pollo pueda estar listo para comer en unas semanas. Desgraciadamente, la época en que durante un ciclo vital lógico ellas pastaban tranquilamente por los prados y ellos picoteaban felices el grano, queda muy lejana. Sin ir más lejos, el pasado 27 de enero los Mossos d'Esquadra (policía autonómica catalana) detuvieron al titular de una explotación ganadera en Santa Eulalia de Ronçana (Baix Emporda, Cataluña) por un presunto delito de engorde ilegal de ganado que afectaba concretamente a 90 terneros. En Sevilla, el pasado 6 de enero, el fiscal solicitó cuatro años de prisión para un empresario como responsable de una red de engorde ilegal de ganado en el sur y centro de España. Sus reses recibían, desde 1990, diversas hormonas o esteroides anabolizantes para acelerar el proceso de engorde y maximalizar sus beneficios. Según el fiscal, dichas sustancias "con potencial riesgo mutagénico y cancerígeno" pueden producir taquicardias, arritmias y cefaleas en los consumidores. Se podría encontrar miles de ejemplos de engorde ilegal, pero lo que se está engordando en realidad es el bolsillo de los desaprensivos a costa del sufrimiento de estos animales cebándolos artificialmente y por tanto manipulando su ciclo biológico.


PELIGRO PARA HUMANOS Y ANIMALES

¿Pero, cuál es el tipo de alimentación al que se ven sometidos y, consecuentemente, qué efectos puede tener sobre las personas? Para engordar estos animales y que el coste sea mínimo se recicla cualquier cosa, incluso el estiércol. En algunos casos se trata del 20 por ciento de su alimentación. El problema es que esta sorprendente comida a base de desechos fecales está constituída por una pequeña cantidad de nutrientes y el resto son sustancias que se eliminan, precisamente, porque no son aptas para el organismo: medicinas veterinarias, toxinas de todo tipo, parásitos como la salmonela y tenias, e incluso productos químicos tóxicos. En muchas ocasiones este "exquisito" menú se complementa con basuras y restos de otros animales. Lo peor es que ningún tipo de proceso es efectivo, al cien por cien, para eliminar los organismos patógenos presentes en el estiércol y que son causantes de muchas enfermedades. La Asociación Americana de Inspectores de Control Alimentario, AAFCO, hizo una lista en la que se incluyen todos estos productos susceptibles de reciclaje como ingredientes alimentarios aprobados; según su presidente una de las posibles soluciones sería cambiar el nombre del estiércol y de los desechos por uno más apetecible como por ejemplo "subproductos". Según la AAFCO, sólo debería analizarse esta comida ideal para prevenir la contaminación por salmonela y escherichia coli y sólo en el caso de que sean alimentos comerciables. Es decir: si un criador independiente decide utilizar estiércol para alimentar a sus animales no está obligado a procesarlos ni analizarlos. Las vacas, cerdos y pollos criados para ser sacrificados en EEUU producen cada año 1.600 millones de estiércol. Las toxinas y organismos patógenos presentes en dicho estiércol contaminan aguas subálveas, destruyen los suelos y fluyen al exterior para contaminar también las aguas superficiales. En definitiva, el coste por enfermedades, animales y humanas, que provoca este sistema de alimentación es mucho mayor que un buen sistema de reciclaje para el estiércol. Un estudio reciente elaborado por el Departamento de Agricultura de los EEUU revela que el 15% de los restos animales con que se alimenta el ganado está infectado por salmonela.

VEGETARISMO

En este sentido, algunos granjeros empiezan a concienciarse y están buscando alimentos alternativos al estiércol, resto de animales y basura que son, a menudo, incluso más baratos. Alimentos derivados de los vegetales como el haba de soja, la semilla de algodón, el gluten de los cereales y los aminoácidos sintéticos son alternativas mucho más saludables, que se contaminan con organismos patógenos mucho menos que los derivados animales. Se está intentando que se ilegalicen estas prácticas de cría de animales a base de desechos tan peligrosas para los humanos, los propios animales y las plantas. Y para servir la polémica en bandeja llena de estiércol, se ha comprobado que la cantidad de hierba que necesita comer una vaca para, una vez sacrificada, alimentar a una persona durante dos meses y medio, es equivalente a la cantidad de habas de soja que contienen las suficientes proteínas como para alimentar a una persona durante siete años. El vegetarianismo está servido.

 

Ong ADDA   -Mayo 2000


Relación de contenidos por tema: Conservacionismo


Temas

Haz clic para seleccionar