STOP SUFFERING

ADDAREVISTA 47

ACABAR CON EL SUFRIMIENTO «STOP SUFFERING»

Marius Donker

El objetivo de nuestros esfuerzos es acabar con el sufrimiento de los toros, becerros, novillos y los caballos en las corridas de toros, así como todos los festejos en donde son maltratados. Si acabamos con su sufrimiento, también acabaremos con el nuestro.

Mi profesor de Psiquiatría Social me dijo una vez que «Si fuera testigo de todo el sufrimiento humano ocurrido en una sola noche en la ciudad, pasaría el resto de mi vida encerrado en un hospital psiquiátrico». Unos meses más tarde, en el sótano oscuro de un hospital, vi el cuerpo todavía caliente de una mujer joven y hermosa que se había colgado con la ilusión de que su muerte podría detener el sufrimiento en este mundo. Incluso presenciar el sufrimiento nos puede conducir a la locura; es una amenaza para la salud mental de todos, jóvenes y viejos.

El sufrimiento de las personas, de los animales y de la naturaleza es transferible. Si la naturaleza sufre, los animales y las personas también se ven perjudicados. Los que tenemos un vínculo estrecho con nuestras mascotas, sabemos que los animales y las personas son capaces de cruzar la frontera entre las especies y compartir el sufrimiento mutuo. Los seres sensibles expuestos al sufrimiento de cualquier forma de vida lo sienten como una enfermedad. No podemos eludir el impacto físico y mental de las imágenes, el sonido y el olor del sufrimiento.

Por tanto, debemos detenerlo.

Respecto a las acciones que hemos realizado hasta ahora, me parece que gastamos demasiada energía y dinero en esfuerzos que tienen poco efecto. Con algunas pequeñas variaciones, nuestras campañas llaman principalmente a las mismas puertas, y son contestadas por los mismos rivales que utilizan básicamente los mismos argumentos. Los deseos de cambio se ven perjudicados por unas redes internas cerradas en sí mismas.

Luchar contra una cultura o tradición supone tener que luchar contra un pueblo protegido por su nación, la UE o la UNESCO. Estos objetivos son muy difíciles de combatir. La cultura y la tradición —como la religión— son abstracciones discutibles con una historia larga y ambivalente que no pueden ser eliminados de la noche a la mañana. Sin embargo, infligir dolor y muerte son acciones concretas que pueden ser detenidas en el acto. Se podrá tener éxito defendiendo la cultura y la tradición, pero nunca defendiendo el sufrimiento causado por las mismas.

¿Cuáles son los derechos que tenemos para protegernos las personas, los animales y la naturaleza frente al sufrimiento?

Todos los «derechos» son invenciones humanas basadas en el interés humano. Los derechos son pasivos, sin efecto hasta que son activados por nosotros, los seres humanos, y se transforman en una legislación sólida y obligatoria.

Está claro que los animales dependen de nosotros para activar esos derechos, por tanto, el ejercicio de los derechos de los animales —y los derechos de la naturaleza— es un deber humano. Quiero hacer hincapié en este punto: es nuestro deber de humanos acabar con el sufrimiento. En consecuencia, tenemos el derecho como humanos de ejercer nuestro deber de humanos para que cese el sufrimiento.

Sugiero que nos concentremos en un blanco fácil: «Acabar con el sufrimiento», ya que no nos pueden vencer con la lógica, la moral y la ética. Si nos atenemos a ese precepto no nos veremos arrastrados en discusiones sobre el valor de las tradiciones, los niveles «aceptables» de sufrimiento, ser vegetariano, etc.

«Acabar con el sufrimiento» tiene como objetivo la prevención: se trata de detenerlo antes de que comience, no a mitad de camino o después de que el daño ya está hecho.

Desde el punto de vista legal podría significar un cambio de enfoque desde la prohibición de las corridas de toros a la prohibición de todos los medios que son instrumentales en la tortura y matanza y la prohibición de todas las fuentes relacionadas con los daños a la salud mental pública. Y necesitamos la protección jurídica para ejercer nuestro deber de humanos de acabar con el sufrimiento, preferentemente reconocido como un derecho humano. Dado que una legislación imperfecta ampara las violaciones de los derechos de los animales, es necesario, sobre todo, acabar con una legislación socialmente injusta para los animales.

Desde el punto de vista médico/psicológico cabe destacar el impacto físico y mental del sufrimiento que es igual y transferible en el hombre y los animales, incluido el impacto social y económico de los daños a la salud pública en nuestra sociedad. Y podría ser útil señalar que el sadismo socialmente aceptado no sólo es un problema de salud mental, sino también una amenaza al orden público.

Al ser inferiores en fondos y número, debemos reflexionar sobre nuestras estrategias y tácticas, así como la efectividad y eficiencia de nuestras campañas y reuniones.

Necesitamos muchos apoyos para ser eficaces.

«Acabar con el sufrimiento» atraerá más apoyo del público en general que nuestro problema específico de las corridas de toros. Encuentro el mismo compromiso entre los amigos que protegen y rescatan a los animales callejeros, y los defensores de focas, ballenas, delfines, elefantes, rinocerontes, lobos y la naturaleza salvaje.

Innumerables organizaciones de derechos humanos y las organizaciones de protección animal comparten nuestro compromiso. ¿Por qué no compartir nuestros objetivos y acciones comunes en estructuras sólidas y eficaces?

Sugiero que abramos nuestra red, actualmente cerrada, al exterior para construir o ampliar estructuras y redes eficaces. Con el mensaje «Acabar con el sufrimiento» simplificamos nuestro objetivo, tenemos más apoyo, restringimos y condensamos nuestros argumentos y eliminamos las discusiones sobre detalles irrelevantes.

La acción directa contra el sufrimiento en nuestro propio terreno tiene prioridad, ya que estamos familiarizados con nuestros propios problemas regionales, la cultura, los políticos, las administraciones y sus posibles soluciones. Lo que importa es estar donde y cuando se nos necesita.

Una red internacional puede ser útil en el intercambio de información, experiencias, estrategias y puntos de vista de sus miembros. Pero nunca nos puede dirigir en nuestras acciones locales.

Así que les pido que tengan en cuenta estas sugerencias y espero sus comentarios. Creo que podemos ser más eficaces si cambiamos nuestro enfoque y abrimos nuestra red actualmente cerrada a fin de atraer un apoyo masivo para conseguir un objetivo más factible.

 

Ong ADDA -Diciembre 2013


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