Asociación Defensa de Équidos, ADE

ADDAREVISTA 47

Historia de la Asociación Defensa Équidos, ADE

Leonor Díaz de Liaño Serra

 

Hola a todos, me presento ante todo para que sepáis quién comenzó este loco proyecto de ayuda a los caballos y por qué.

Soy Leonor Díaz de Liaño Serra, tengo ahora 55 años, desde niña aprendí a amar a los animales y casi desde que pude hablar mi sueño era tener un caballo, uno mío.

A los 14 años mi padre me regaló mi primer caballo, Gaucho, que fue el amor de mi vida.

Con él pasaba las horas en la Escuela de Equitación Tomás de Barcelona y allí comencé a sorprenderme de que los caballos iban y venían, se compraban y vendían y desde luego, no había viejos. Solo dos, que eran mirados como una «curiosidad».

Al cabo de pocos años, se cerró esta escuela y Gaucho y yo junto con el caballo de mi entonces marido nos trasladábamos al Real Club de Polo de Barcelona, las instalaciones mucho más lujosas, y eso que aún no habían llegado las Olimpiadas, que las «modernizaron» y despersonalizaron a partes iguales: los caballos, generalmente de competición, salto o doma clásica, o bien Polo, el juego argentino tan de moda en la jet- set, pero el destino de los caballos el mismo… no había viejos, y los lesionados iban directamente al matadero. Esto me hizo perder algunas amistades, no podía comprender cómo personas próximas a mí, vendían caballos con los que habían ganado todo, para comprar otros más jóvenes que, por ejemplo, saltaran más.

El destino de los viejos era ir de mano en mano, «enseñando» a niños inexpertos, recibiendo tirones de boca y patadas hasta que ya, demasiado cansados y cojos, eran enviados al matadero.

Tenía ya entonces cinco caballos, pues había recogido tres maltratados y abandonados, pero mantenerlos en el Polo me era inviable. Buscaba una solución y acabé trasladándome a vivir a una pequeña finca casi en ruinas cerca de Manresa. Entonces, el germen de lo que tantas veces había hablado con algunas amigas, que compartían más o menos mi ideario, dio fruto y teniendo el lugar y ofreciendo yo hacer el trabajo de forma voluntaria de cuidar a los animales, creamos ADE. Iniciábamos el proyecto a finales de 2001 recogiendo a Sandalio un poni abandonado en Tarragona. A principios de 2002 entraban Samba, una yegua de Polo demasiado «rota» para continuar jugando, un poni abandonado por gitanos en la calle Bach de Roda de Barcelona (BACH) y un caballo español martirizado a niveles de locura, Bongo. Ellos fueron los pioneros; en poco tiempo nos entraban caballos continuamente, se acompañaban de perros, gatos, cabras, ovejas, gallinas, todos en la misma situación de necesidad y sin ningún otro lugar que los pudiera acoger.

En el año 2003 entrábamos a formar parte de Fundación Altarriba como departamento de équidos, y tras pasar seis años, haciendo el trabajo yo sola con una media de 150 animales de nueve especies diferentes y pagando las facturas de mi bolsillo, recuperábamos la libertad, y reiniciábamos el camino solos como Asociación Defensa Équidos otra vez.

Salir adelante nos ha costado muchísimo, pues no se nos devolvió el listado de socios con lo cual no teníamos forma de contactar para recuperarlos y aún a día de hoy nos encontramos gente que cree seguir con nosotros y son por ejemplo padrinos de nuestra vaca y nosotros no hemos recibido un euro, pues Fundación Altarriba se guarda muy mucho de aclarar el tema. Ellos ponen la mano y «a vivir, que son dos días».

Por suerte para nuestros animales, jamás hemos pensado en tirar la toalla, y a día de hoy casi 400 caballos han pasado por casa y tenido una 2.ª oportunidad, junto con un número incontable de perros, gatos, cerdos, ovejas, etc.

Os animamos a venir a conocernos y os damos las gracias por ayudar a los animales.

 

Ong ADDA -Diciembre 2013


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