Perros Este de Europa

ADDAREVISTA 49

He comprado un perro defectuoso, ¿lo puedo devolver?

 Aunque salta a la vista y a la sensibilidad, que un perro o un gato no son objetos a los que se pueden cambiar las piezas si enferman o canjear si no cumplen las expectativas, el titular de este artículo no resulta tan disparatado. La compraventa de animales es un negocio en el que, con excepciones, como en el caso de los criadores profesionales concienciados, suele primar la economía y puede no tenerse en cuenta que los animales no son mercancía, sino seres vivos sintientes.

Redacción.- Tras algunos escaparates de tiendas de animales hay irregularidades que afectan a la integridad de los perros o gatos que se exponen como reclamo para la venta. Esta situación preocupa especialmente a Ong ADDA, que trabaja desde hace años para evitar la importación irregular y masiva de animales para comerciar con ellos. Una de las últimas operaciones de la Guardia Civil de incautación de animales introducidos en España de forma irregular, en el año 2014, así lo constata: 180 cachorros de perros con documentación falsa (pasaportes, certificados veterinarios) que procedían de la República Eslovaca y que iban destinados a tiendas de Girona, Barcelona, Badajoz, Guadalajara, Málaga y Huesca.

Estos animales que viajan miles de kilómetros desde países como Hungría, Eslovaquia o Chequia lo suelen hacer en condiciones clandestinas y pésimas, durante un trayecto que se prolonga durante días; sin ventilación adecuada o descansos. Algunos de ellos, los más afortunados, llegan exhaustos y enfermos y, los que corren peor suerte, muertos. Los veterinarios explican al respecto que los cachorros todavía no tienen desarrolladas, del todo, sus defensas y al estar en contacto con otros animales en espacios reducidos contraen enfermedades, como el moquillo, el parvovirus o gastroenteritis. Es por ello por lo que no se permite importar perros o gatos menores de tres meses, algo que no siempre se respeta por parte de las redes de compraventa internacional de animales.

Si bien es cierto que el boom de las pajarerías o tiendas de animales fue a finales de los años 90, que es cuando se abrieron la gran mayoría de estos negocios, hoy por hoy, son muchas menos las pequeñas empresas que se dedican a esta actividad. Los cambios de legislación, como en Cataluña, con la prohibición de la exposición en los escaparates de los animales, que fomenta la compra compulsiva e irracional, así como el aumento de la conciencia social sobre la importancia de adoptar a los miles de perros y gatos que esperan un hogar en los albergues han frenado de manera considerable la importación de animales, cuyos precios se disparan en el mercado para hacer el negocio redondo. Pero en Ong ADDA también existe preocupación por el verdadero destino de los animales que pasan a formar parte de las adopciones internacionales. Perros que viajan desde España hasta Alemania y Suiza y de los que, aunque llegan fotos tranquilizadoras de ciertos hogares donde están bien cuidados, nunca se ha llegado a constatar que sea así, de manera fehaciente y exhastiva.

Por su parte, las víctimas del tráfico ilegal de animales, que tiene su origen principalmente en el este de Europa son, sin duda, los animales y las personas que los compran. Se implican con su cuidado y se encuentran con un perro o gato que muere o enferma a los pocos días de tenerlo en casa, con el consiguiente perjuicio moral y económico. Por su parte, para los animales que consiguen superar el kilométrico viaje en un furgón, hasta llegar a los puntos de venta, es injusto vivir en una jaula o habitáculo que puede resultar escaso para un cachorro que necesita jugar, correr y saltar a diario. En ocasiones, pueden transcurrir meses hasta que alguien los compra. Cabe preguntarse: ¿qué ocurre si el perro o el gato no se vende? ¿Viven de por vida en un escaparate? Algunos responsables de estos negocios explican que, en estos casos, los animales desechados van a parar a algún criador de la raza a la que pertenece el perro o gato.

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Los clientes de algunas tiendas –salvo otras que hacen bien su trabajo-  pueden llegar a pagar por pedigríes inexistentes, cachorros enfermos y con más edad de la que les cuentan. Aunque desde Ong ADDA se puede evitar que una persona decida comprar un perro o un gato en vez de adoptarlo, sí se está en disposición de ofrecer ciertas pautas para evitar desagradables sorpresas cuando se adquiere un animal. A continuación figuran algunos consejos en este sentido:

- Denunciar la situación irregular de los animales en estos establecimientos, como las condiciones higiénico-sanitarias inadecuadas o las instalaciones inapropiadas que impidan su bienestar.

- Solicitar en el establecimiento de compra la cartilla sanitaria oficial en la que conste toda la información posible sobre el animal, como: el pedigrí, las vacunas y su estado de desparasitación. Todo ello, con los sellos de las clínicas y el número de colegiado o veterinario correspondiente.

- Demandar un documento de compraventa donde se manifieste por parte del vendedor que el animal está sano.

- Llevar al perro o gato al veterinario después de comprarlo para comprobar su estado general de salud y poder reclamar a la tienda en caso de que esté enfermo.

- Especial cuidado con comprar animales a través de Internet, ya que se multiplican las posibilidades de adquirir perros o gatos víctimas de tráfico ilegal y con documentación falsa.

 

Ong ADDA  -Dicembre 2014


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